Medio Millón de brasileños aclaman a “Lula”

Brasilia, 1 ene (PL)
Medio Millón de brasileños aclaman a "Lula"
por LEONEL NODAL (Prensa Latina)

 

Medio millón de brasileños aclamaron hoy a Luiz Inacio Lula da Silva su nuevo presidente constitucional con un apretón de pueblo, que rompió protocolos y medidas de seguridad en un alud de vivas, besos y abrazos.

Gente de todos los rincones del país, que lo eligió el 27 de octubre pasado con casi 53 millones votos, una abrumadora mayoría de más del 60 por ciento de los sufragios válidos, tomó por su cuenta el amor y los cuidados al tornero mécanico elevado a Jefe de Estado por voluntad popular.

La gigantesca explanada de verde césped, bordeada por los edificios de los ministerios, que desemboca en una especie de valle cerrado por un espejo de agua, en el que se refleja el Palacio del Congreso Nacional, parecía sembrada de grandes flores rojas.

La mayoría de aquellos hombres y mujeres que colmaron el inmenso espacio abierto, capaz de hacerse sentir pequeño a cualquier ser humano, ante la majestuosidad de sus construcciones, vestían pañuelos de cabeza, gorros, sombreros, camisetas y sayas rojos.

En sus manos ondeaban banderolas rojas y blancas con la estrella del PT, que hoy amaneció cruzada por dos franjas verticales verde y amarilla, los colores del pabellón nacional.

Ni las amenazas de inclementes lluvias caídas en los últimos días, ni el fuerte calor que tomó su lugar hoy, desanimaron a la masa que se propuso demostrar su vocación de cambio, al elegir el primer presidente de izquierda de la mayor y más influyente nación sudamericana.

En las cuatro horas transcurridas desde que salió de su alojamiento provisional, en una residencia campestre del gobierno, hasta que recibió de manos de Fernando Henrique Cardoso la banda presidencial, Lula vivió las horas más emocionantes desu vida, y con él todos los brasileños asistentes al traspaso de mando.

La gente corría a su lado, acompañando el trote de los hermosos caballos blancos de los fusileros que escoltaban el carro descapotado en el que viajó de la Catedral hasta el Congreso, junto al vicepresidente José Alencar.

Los admiradores querían verlo de cerca, tocarlo, besarlo, hasta hacerse una fotografía junto a él -como al fin consiguió una simpatizante-, sin contar que por una inexplicable pirueta un hombre cayó dentro del carro y se aferró a él, lo que puso en aprietos a la impotente seguridad personal.

Fue así todo el tiempo, hasta cuando entró en el majestuoso edificio de la Cámara de Diputados, donde invitados, familiares, periodistas y funcionarios de la casa violaron las reglas, entraron por todas las puertas y oyeron el juramento y el discurso de política de gobierno que le siguió apretujados, de pie en pasillos y corredores.

En una última demostración de modestia, por si faltara alguna, Lula se inclinó y recogió del suelo los lentes de Cardoso, que los tiró accidentalmente, en el momento que se sacaba la franja de seda verdeamarilla que simboliza la primera magistratura.

Fue una tarde repleta de irreverencias y simbolismos del cambio que prometió el flamante presidente obrero de Brasil, quien subrayó que esa fue la palabra clave del mensaje de la población en las urnas, durante las elecciones de octubre.

"La esperanza venció al miedo y la sociedad decidió que llegó la hora de trillar nuevos caminos", afirmó Lula, quien criticó el actual modelo de gestión de gobierno que -dijo- promovió el desempleo y el hambre, entre otros problemas.

Los presidentes Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, los más esperados y populares entre los asistentes foráneos a la cita, saludaron el momento histórico haciendo la L de Lula con el pulgar y el índice, como hizo el pueblo, cuando recibió la banda presidencial.

En las últimas frases de su discurso en el Congreso, Lula recordó su propia trayectoria como el símbolo más evidente de que muchas cosas cambiaron en Brasil y otras tantas deben tomar otro rumbo.

Estamos comenzando una nueva historia, como nación altiva, noble, afirmándose valientemente ante el mundo como nación de todos", afirmó.

"Este es el país del nuevo milenio por su riqueza cultural, amor, a la naturaleza, competencia intelectual, por el calor humano, pero sobre todo por los dones y poderes de su pueblo", enfatizó el recién estrenado presidente de todos los brasileños.