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Carta de Amor a l@s amig@s del MST en Europa

Carta de Amor de Ademar Bogo (ideologo del MST) a l@s compas
del MST en Europa.

Amigo, cultiva-se como o trigo. Após a longa convivência, ele oferece o
pão como sinal de sua coerência. Então, reparte-se em pedaços para
fortalecer ainda mais os laços. Uma amizade vale mais do que um milhão de
propriedades.

Amigo é aquele que acompanha, que estranha quando mudam as aparências. É
quem revela as impaciências quando vê o outro ameaçado. É quem não fica
acomodado, busca informações e as passa adiante. Amigo é um acompanhante,
quase um amante, sem nunca ter atraiçoado.
    Amigo é quem nunca deixa alguém andar sozinho; pode ser um parente ou um
vizinho, está sempre presente. Não importa a distância, até o tempo perde a
importância, como a cinza no braseiro ardente. Como simples camponeses,
sentimos por diversas vezes, o calor afetivo de todos os continentes.
    Amigo é solidário, não se arrepende, ao contrário, quer envolver-se ainda
mais. Empenha o seu tempo de descanso, humildemente e manso, realiza
tarefas infinitas. Faz coletas, faz visitas, mantendo-se sempre cordial. E
foi assim que vimos acontecer, na Europa, as pessoas coletarem e vender,
objetos, para construir a nossa Escola Nacional.
    Folhas de remédios em pacotinhos, vendidas com todo o carinho com rótulos
artesanais identificando o movimento. E não foram extraídas de
assentamentos, mas de lavouras doadas, pelo simples fato de que nossa luta
organizada, estimulou este desprendimento.
    E assim são muitas as iniciativas, de pessoas de fronte altiva que
caminham em nossa direção. Acreditam na transformação do ser humano e
também da sociedade. Aqui dizemos com toda a honestidade; se os burgueses
brasileiros quiserem mesmo saber de onde vem este dinheiro, jamais
entenderão, porque nada entendem de solidariedade.
    Mas não é a ajuda material a contribuição principal. São as denúncias e a
divulgação. Os governantes que viajam em missão, lá se defrontam com a
imagem dos Sem Terra. Uma bandeira, um boné ou uma faixa os espera,
cobrando providências; isso inibe as mentiras e as imprudências e alguns
deles se revoltam como as feras.
    E o mais interessante, é que estes amigos e amigas militantes, querem
participar da formação, seja nos cursos, no intercâmbio ou na produção, até
mesmo nas lutas cotidianas. Como explicar esta energia, este vigor da alma
urbana, que desafia a própria consciência? É a mística que se torna
resistência e a coerência que revela a essência humana.
    É importante que a base de nosso movimento, saiba que alguém distante zela
por cada acampamento. Sofre com as perdas dos assassinatos e festeja quando
são vitoriosos os nossos atos.
    Mas há uma questão mais importante. Não importa que estejam próximos ou
distantes; se nos conhecemos ou nunca nos tocamos. Importa é dizer que a
vós juramos, jamais trair a vossa confiança. Diremos às nossas crianças,
que, se um dia estiverem realmente emancipadas, que a terra foi deveras
libertada, com a ajuda desta grande aliança.
    E podemos dizer mais uma vez; que nas noites das frias madrugadas,
dormindo sobre a terra ou na beira das estradas, em nossos sonhos estão vocês.
    Que a utopia suspensa nas mãos do horizonte, nos faça seguir sempre mais
confiantes. E, dizemos com sinceridade, sentindo esta solidariedade, é um
prazer continuar a ser, a cada dia, melhores militantes.
           

Ademar Bogo.

La hora de plantar árboles

Raúl Zibechi
ALAI-AMLATINA 11/11/2005, Montevideo.-

Luego de tomar distancias del gobierno de Lula, el principal movimiento social de Brasil y de América Latina quiere profundizar sus lazos con los jóvenes pobres de las periferias urbanas, para seguir avanzando en su empeño por cambiar el mundo.

Debajo de la enorme carpa instalada en el campus de la Universidad Federal Fluminense (UFF), Marina dos Santos, de la dirección del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), asegura que “en este país vivimos un período histórico muy complejo, tal vez una de las peores coyunturas de los últimos años”. Marina forma parte del contingente de 500 militantes sin tierra que llegaron hasta Niteroi, sede la UFF, para participar a mediados de octubre del encuentro internacional Pensamiento y Movimientos Sociales junto a una decena de intelectuales y cientos de activistas urbanos(1). “Es necesario que la gente entienda que este gobierno, como los anteriores, es como el fríjol duro que hay que meterle mucha presión para cocinarlo”, concluye.

Los últimos meses significaron un remezón para el MST. Con la crisis del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, perdieron las escasas esperanzas que aún tenían de que se produjera un viraje hacia la izquierda. En septiembre, un texto firmado por el coordinador del movimiento, Joao Pedro Stédile, fue una suerte de ruptura “Digamos adiós al gobierno del Partido de los Trabajadores y a sus compromisos históricos”, puede leerse en el documento El MST ante la coyuntura brasileña(2). Esta despedida fue muy significativa e impone al movimiento un esfuerzo para comprender el fracaso del PT en el gobierno, así como ensayar nuevos rumbos.

Nueva clase social

Hasta ahora el análisis más profundo sobre lo sucedido con el PT sigue siendo el del sociólogo Francisco de Oliveira en un texto titulado El Ornitorrinco(3). En su opinión, el PT representa el ascenso de una nueva clase social formada por gestores de fondos de pensiones -la Constitución de 1988 creó el Fondo de Amparo al Trabajador (FAT), que es el mayor financiador de capital de largo plazo, donde las centrales sindicales tienen sus representantes- pero no es una clase propietaria de medios de producción, ni de tierras ni de fábricas, sino algo diferente. “Las capas más altas del antiguo proletariado se convirtieron en administradoras de fondos de pensiones, que provienen de las antiguas empresas estatales; forman parte de los consejos de administración, como en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), a título representantes de los trabajadores”, que ahora “están preocupados con la rentabilidad de tales fondos, que al mismo tiempo financian la reestructu
ración productiva que genera desempleo”, dice Oliveira.

Desde el punto de vista político, esto explica la convergencia programática entre el PSDB (el partido de Fernando Henrique Cardosdo) y el PT. Se trata de “una nueva clase social, que se estructura de un lado, sobre técnicos y economistas doublés de banqueros, núcleo duro del PSDB, y trabajadores transformados en operadores de fondos previsionales, núcleo duro del PT”. Todavía hay algo más: “La nueva clase tiene unidad de objetivos, se formó en el consenso ideológico sobre la nueva función del Estado, trabaja en el interior de los controles de fondos estatales y semiestatales y están en el lugar que hace de puente con el sistema financiero”, allí donde el capital privado busca recursos para acumular. De modo que las relaciones de la cúpula del PT con el sistema financiero no son nuevas sino que se forjaron a mediados de los años 90.

Apenas un ejemplo. Cuando el secretario de finanzas del PT festejó su cumpleaños en una hacienda de Goiás, la prensa contó 18 aviones ejecutivos, incluyendo varios jets privados, algo fuera de lo común incluso entre los más destacados dirigentes petistas. Se trataba de Delúbio Soares, quien antes había sido representante de la central sindical CUT en el consejo de administración del BNDES, y el hecho sucedió antes de que Lula llegara a la presidencia. Delúbio había comenzado como metalúrgico y en pocos años trabó amistades con el tipo de personas que viajan en jets privados(4). Durante el escándalo de corrupción Soares fue señalado como uno de los principales responsables de la compra de votos de diputados. No es el único caso. El nuevo presidente del PT, Ricardo Berzoini, y el ex ministro de Comunicaciones, Luiz Gushiken, presentan biografías políticas casi idénticas, emparentadas a la gestión de los fondos previsionales.

La cuestión del poder

Stédile asegura que “la crisis es mucho más grave que lo que dice la prensa”. Sin duda está en lo cierto. Sólo estando en Brasil, escuchando a la gente de izquierda, mirándola a los ojos y dejándose contagiar por esa mezcla de desesperación y rabia, puede comprenderse la profundidad de una crisis que, como dice el coordinador del MST, trasciende a la propia izquierda para convertirse en “una crisis societal”(5).

Oliveira sostiene que Lula cometió un error grave al asumir el gobierno: “El sistema partidario estaba extremadamente fragilizado. Al asumir, Lula en vez de profundizar la crisis intentó reconstruir un sistema que no representa nada”(6). El resultado es que en nombre de la gobernabilidad se llegó a una situación de gran ingobernabilidad, de la cual es muy difícil salir sin hacer grandes concesiones a la derecha. Sin embargo, la crisis de representación sigue su curso y el escándalo de corrupción no ha hecho sino agravarla. En este punto, tanto el análisis del MST como el de Oliveira convergen mostrando un panorama desalentador, más aún cuando el gobierno Lula agravó los problemas creados por 15 años de neoliberalismo. Quizá el más importante, ya que puede provocar un estallido social, son los 12 millones de desocupados y los 15 millones de informales, casi 30 millones de personas en situación de extrema precariedad. Para empeorar las cosas, los movimientos sufren las consecu
encias de la derrota de 1989 con la que se impuso el neoliberalismo. En consecuencia, se trata de trabajar a largo plazo. “Ahora no es hora de plantar alfalfa. No se trata de plantar para recoger en tres o cuatro semanas. Es hora de plantar árboles. Van a demorar en dar frutos, pero cuando surjan serán duraderos”, dice Stédile.

El MST se apoya en sus 15 mil militantes que están estudiando, las 140 mil familias acampadas a la orilla de las carreteras bajo las lonas; o sea, un millón de personas que se pueden movilizar. Además, su base social son unas 480 mil familias ya asentadas, de las cuales unas 300 mil están vinculadas al movimiento, y los cuatro millones de campesinos sin tierra. Pese a toda esa fuerza social y militante acumulada en 25 años, no son optimistas. Gilmar Mauro, de la dirección del MST, sostiene: “No hay perspectivas, a corto plazo, de ascenso de la lucha social y de masas. Entendemos que el proceso será lento y que es necesario pensar el movimiento a largo plazo”(7).

Para el MST esto se traduce en cuatro líneas de acción: estimular un debate sobre un nuevo proyecto de país que supere el neoliberalismo, formar militantes, impulsar las luchas sociales y elevar el nivel de cultura del pueblo. El coloquio realizado en Niteroi forma parte de los convenios que mantiene el MST con 42 universidades en las que se forman 4.000 militantes, pero también es parte del esfuerzo por vincularse con los movimientos urbanos y en particular con la juventud pobre.

Una buena muestra de los puentes que están forjando con los sectores urbanos, fue la asamblea popular “Trabajo solidario por un nuevo Brasil” realizada a fines de octubre en Brasilia, en la que participaron 8 mil militantes –sin tierra, sin techo, sin trabajo, hip- hop, iglesias-, con el objetivo de crear “unidad de lectura de la crisis y unidad de lectura de las salidas”. El MST no deja de sorprender: por encima de un discurso que en ocasiones parece calcado de la III Internacional, muestra una gran creatividad en las iniciativas de base, muy en particular en la educación, y está siendo capaz de modificar sus propias formulaciones. Durante el último Foro Social Mundial en Porto Alegre, Stédile dijo algo que revela que el MST no está aferrado a dogmas: “La cuestión del poder no se resuelve tomando el Palacio, que es lo más fácil y se ha hecho muchas veces, sino creando nuevas relaciones sociales”.

Con los pobres urbanos

No es la primera vez que el MST tiende puentes con las ciudades. En 1997 decidió destinar militantes al trabajo urbano que se dedicaron al tema vivienda y desocupación. La iniciativa fructificó con la creación del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) que consiguió cierto arraigo en el área de San Pablo y en Rio de Janeiro. Los sin techo se proponen desplegar dos formas de lucha: la ocupación de “latifundios urbanos improductivos” y el trabajo comunitario, “un trabajo largo y que no tiene fin, pero genera frutos y fortalece la lucha uniendo a los que no tienen vivienda con los que tienen pero que aprendieron que sólo con eso no es suficiente”(8).

El movimiento viene creciendo y ha protagonizado algunas acciones importantes pese a la represión sistemática que sufre. En la madrugada del 1 octubre instalaron un gran campamento en Taboao da Serra, a 25 kilómetros del centro de Sao Paulo, un estado que tiene un déficit de 1,4 millones de viviendas(9). El “campamento Chico Mendes” (en homenaje al luchador ambientalista asesinado por hacendados), creció a la medida del hambre de vivenda: se inició con 300 personas, a los tres días ya eran mil y al mes son dos mil familias, unas diez mil personas. Los campamentos sin techo son creados sobre el patrón de los que instalan los sin tierra a la vera de las carreteras: carpas de plástico negro, organización por grupos de familias, estricta disciplina, discusión política, movilización constante.

Los desempleados urbanos, recuerda Stédile, ya no son lumpen, la mayoría tienen estudios secundarios completos y es posible que “construyan nuevos movimientos”. Y agrega un comentario que muestra una lectura de la realidad muy diferente a la que tienen los partidos de izquierda: “Un movimiento que se está ampliado y masificando es el hip-hop. Es un movimiento que, con base cultural, aglutina a los jóvenes pobres, negros y mulatos de las periferias con ideas en la cabeza. Esos muchachos no son estúpidos. Y no son lumpen. Y nosotros tenemos relaciones con ellos”.

A través del hip-hop perciben que la juventud pobre de las grandes ciudades encarna en la música tanto la protesta como su deseo de cambio social. Una de las particularidades del movimiento hip- hop en Brasil es que, además de la existencia de miles de grupos locales, se han creado “frentes” nacionales que agrupan a sectores del movimiento. En Sao Paulo, por ejemplo, hay 4 mil grupos de hip-hop, en los que trabajan 60 mil personas haciendo grabaciones, distribuyéndolas y organizando festivales y conciertos(10). Los “frentes” agrupan al sector “organizado” del movimiento, que participó incluso en un encuentro con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva hace ya dos años. Sin embargo, para la cultura de los jóvenes pobres de las periferias urbanas la idea de representación -que va de la mano con los “frentes” más institucionalizados- suena como algo lejano y ajeno. “Todo el mundo queire hablar por sí mismo, nadie quiere que otro hable por él”, reconoce Marcelinho Buraco, de Naç
ao Hip Hop, ligado al Partido Comunista de Brasil(11).

Los sin techo del Chico Mendes organizaron un festival de rap para celebrar, a comienzos de noviembre, el primer mes de instalado el campamento. En la convocatoria señalan que “la música combativa tiene el poder de hacer una verdadera revolución en la mentalidad de las personas. El rap es una de las formas que el pueblo de la periferia se comunica, se expresa y se indigna”. Lo consideran parte de una “guerrilla cultural”, que rendirá sus frutos a largo plazo(12). El encuentro de los excluidos del campo con los excluidos de la ciudad, promete liberar energías insospechadas en un país que ha sido definido como el “campeón mundial de la desigualdad”.

Ahora que el MST rompió con el gobierno de Lula, retorna a un lenguaje duro y radical. La “Carta a Lula” emitida por la Asamblea Popular de Brasilia, es elocuente de un estilo que habrá de profundizarse. La reforma agraria prometida no existe: “En el estado de Maranhao, donde está el mayor número de familias sin tierra y la mayor concentración de latifundios, en los últimos tres años el Incra no consiguió asentar ninguna familia del MST. Eso es una vergüenza”. Luego de la marcha por la Reforma Agraria de mayo, de los siete acuerdos firmados ninguno ha sido cumplido. La Carta finaliza con una ironía que habla por sí sola acerca de las distancias entre el gobierno Lula y el MST: “El no cumplimiento de estos compromisos es una afrenta al sufrimiento de las familias acampadas y una vergüenza para su gobierno. ¿Podemos imaginar lo que sucedería si el gobierno fuese tan lento para atender los intereses del agronegocio o de los bancos?”.

Notas:
(1) Ponencias y debates pueden encontrarse en www.uff.com.br/msalc
(2) El texto puede encontrarse en www.jornada.unam.mx del 27 de setiembre de 2005.
(3) “O Ornitorrinco”, Boitempo, Sao Paulo, 2003, pp. 125-150. Oliveira fue fundador del PT y ahora es miembro del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), creado por parlamentarios expulsados del PT.
(4) Entrevista a Francisco de Oliveira en Fola de Sao Paulo, 22 de setiembre de 2003.
(5) En www.cartacapital.com.br
(6) Revista Sem Terra, julio-agosto de 2005, p. 7.
(7) Revista Sem Terra, julio-agosto de 2005, p. 34.
(8) MTST, “Cartilha do Militante No. 1”, Sao Paulo, 2005, en www.mtst.info
(9) Brasil de Fato, 13 de octubre de 2005.
(10) Marina Amaral, “Da volta para o futuro”, en revista Caros Amigos edición especial Hip Hop, setiembre 2005.
(11) Idem.
(12) www.mtst.info

La política agraria del Banco Mundial

La política agraria del Banco Mundial en el inicio del siglo XXI:ofensiva neoliberal en marcha acelerada. Está en curso una ofensivapolítica del Banco Mundial (BM) en el sector agrario, especialmentelatino-americano.

Entre el 1990 y el 2004, el BM suscribió con 32 países, 45 préstamospara proyectos relacionados con su política agraria. Sumados losproyectos concluidos y en curso, se observa que las regiones de AméricaLatina y el Caribe responden por un 33,3% del total; el Este Europeo yAsia Central, por un 26,6%; el este de Asia y la región del Pacífico,por un 24,4%; África y Oriente Medio, por un 13,4% y el sur de Asia porun 2,2%. Se nota también, que el BM viene acelerando significativamentela aprobación de tales proyectos: entre 1990 y 1994, 3; de 1995 la1999, 19, totalizando US$ 700 millones; desde el 2000 hasta el 2004,25, totalizando US$ 1000 millones en préstamos. Paralelamente, el BMviene articulando, en diversos países, cursos y talleres para laburocracia estatal
 directamente responsable de la implementación de políticas en el mediorural, a fin de ejercer una efectiva dirección intelectual y moralsobre la definición de la política agraria de los Estados nacionales.

Por haber concentrado su agenda en el ajuste macroeconómico, el BMprácticamente abandonó el tema agrario en los años 1980. ¿Por qué,entonces, el BM volvió a interesarse por él en la década siguiente?Básicamente, por cinco razones: a) la oportunidad de despolitizar eltratamiento del problema agrario existente en gran parte de los paísesdel Sur, una vez que el fin de la Guerra Fría, en su visión, habríadebilitado la vinculación entre la lucha por la reforma agraria y unideario de transformación social más amplia; b) la necesidad deliberalizar los mercados agrarios, eliminando las barreras legales a lalibre compra y venta y al arrendamiento de tierras, como parte de losprogramas de ajuste estructural; c) la necesidad de dar respuesta a losconflictos agrarios y, en algunos casos, a las acciones de movimientossociales pro-reforma agraria, con el objetivo de garantizar laseguridad del capital; d) la necesidad de crear programa s socialescompensatorios en el campo en respuesta
 a los efectos socialmente regresivos de las políticas de ajusteestructural; y) la necesidad de hegemonizar la mercantilización de lastierras rurales en las sociedades del antiguo bloque soviético, de modode acelerar y consolidar su transición al capitalismo financiero.

El lector ya debe haber percibido que, en hipótesis alguna, se debetratar la política agraria contemporánea del BM como un tema meramente"rural", desligado de procesos económicos y políticos más amplios. Enverdad, tal política agraria fue diseñada y viene operando en losmarcos establecidos por el ajuste estructural impulsado por el FondoMonetario Internacional (FMI) y el BM. Es por eso que esta políticaestá subordinada a dos procesos antagónicos a los intereses del mundodel trabajo: de un lado, la liberalización de las economías nacionales,que profundiza la mercantilización de la vida social; de otro, a lacontra-reforma del Estado, que sustituye su papel redistributivo porpolíticas focalizadas de "alivio" de la pobreza que no alteran lasbases de la reproducción de la desigualdad y de la explotación.

¿Como se organiza la política agraria del BM? Básicamente, en ocho líneas de acción:

– Estímulo a las relaciones de arrendamiento. Este es un tópicoprioritario para el BM, después que la reforma agraria de mercado entróa varios países donde fue experimentada. Implica la suspensión debarreras legales, normalmente creadas en el auge de lasa reformasagrarias, para proteger a los pequeños arrendatarios. El hecho de queeste tipo de relación social fuera identificado, hace décadas, comosinónimos de explotación del campesinado y de retroceso económico portodas las organizaciones campesinas latinoamericanas – no siendoreivindicado por ninguna de ellas – no es tomado en consideración porel BM. Sus objetivos principales son aumentar el uso productivo de latierra y disminuir los costes de producción de las empresasagroindustriales. Diversas investigaciones muestran que ese tipo derelación no está contribuyendo a mejorar el acceso a la tierra enAmérica Latina.

– Estímulo de las relaciones de compra y venta. El objetivo también esaumentar el grado de mercantilización de la tierra, permitiendo, víamercado, la salida de productores "ineficientes" y la entrada deproductores "eficientes", bajo la óptica del capital agroindustrial.

– Titulación privada. Implica la concesión de títulos de propiedad alos poseedores, con el objetivo prioritario de disminuir lainformalidad en el mercado de tierras, dando más seguridad legal a lastransacciones. Para el BM, no importa si un pueblo considera que elvalor de uso de la tierra es más importante que su valor de cambio,pues su visión de desarrollo está basada en la universalización de lapropiedad privada en todas las sociedades humanas. En algunassituaciones, la titulación estimuló la venta de tierras por loscampesinos y su posterior concentración. Además de eso, al contrario delo que afirma el BM, varias investigaciones muestran que el título depropiedad no mejoró el acceso del campesinado pobre al mercado decrédito en América Latina.

– Cambio de la legislación agraria y creación de un nuevo aparatoadministrativo. Se trata de crear las condiciones legales yadministrativas para la libre transacción mercantil de la tierra,simplificando y abaratando los procedimientos burocráticos ygarantizando la seguridad de los contratos. En esa lógica, todo elproceso debería ser gestionado por los municipios.

– Control de los conflictos agrarios. Se trata de la creación demecanismos de resolución o encaminamiento rápido de las tensionessociales, preferentemente por los gobiernos municipales.

– Tributación de la propiedad rural. El BM defiende la municipalizaciónde la tributación rural y no prioriza el apoyo a la implementación dela tributación progresiva para cohibir la especulación agraria.

– Privatización de las haciendas estatales en el Este Europeo y en laantigua Unión Soviética. Se trata de crear mercados de tierra ytransformar la matriz de la propiedad en aquellas sociedades endirección al capitalismo.

– Reforma agraria de mercado. Experimentada en Sudáfrica, Colombia y enGuatemala, entró en colapso, quedándose muy por debajo de lasexpectativas de sus ejecutores. En Brasil, programas de esa naturalezafueron iniciados por el gobierno FHC y continuados por el gobiernoLula. Se trata de la concesión de crédito público a los campesinospobres para la compraventa de tierras, con una parte variable desubsidio destinada a inversiones socio-productivos complementarias. Ensuma, consiste en una mera relación de compra y venta entre agentesprivados financiada por el Estado. Este modelo integra la agenda depolíticas selectivas y puntuales de alivio de la pobreza rural,agravada por las políticas neoliberales de ajuste estructural. Alcontrario de lo que dice el BM, éste no es otro modelo de reformaagraria, pero sí su negación, pues reforma agraria consiste en unaacción pública que, en un corto espacio de tiempo, redistribuye acampesinado pobre tierras privadas apropiadas por una
 clase de grandes propietarios. Su objetivo es democratizar laestructura agraria, lo que presupone transformar las relaciones depoder económico y político, causantes de la reproducción de laconcentración agraria. Mientras la política redistributiva implica,antes que todo, la desapropiación obligatoria de tierras privadas queno cumplen su función social. Redistribuir tierra y poder, alterandolas relaciones de fuerza en la sociedad en favor del campesinado y delas coaliciones que el apoyan, nada tiene que ver con las transaccionespatrimoniales privadas financiadas por el Estado.

Es esta la política agraria del BM, en rápida expansión, especialmenteen América Latina. No es difícil percibir cuáles son sus implicacionessociales y políticas. (Traducción: ALAI)

João Márcio Mendes Pereira es historiador, cursa un doctorado enHistoria en la Universidad Federal Fluminense/Brasil, Rio deJaneiro/Brasil.

Disponible en
http://alainet.org/active/9257&lang=es
http://www.cadtm.org
www.resistir.info
 
Texto publicado en portugues en la revista Sem Terra, septiembre/octubre 2005.

Frei Betto escribe a Bush en su visita a Brasil

Tras la Cumbre de las Américas, Bush está de viaje oficial en Brasil. Ésta
es la carta que Frei Betto le ha dirigido:

Presidente Bush: bienvenido a un país soberano llamado Brasil. Como el
presidente Lula ya demostró, no queremos el ALCA y tenemos un gobierno
solidario con Venezuela de Chávez y con Cuba de Fidel. Ya fuimos colonia de
Portugal por 322 años y sabemos lo que es producir riquezas en beneficio de
otros pueblos.
 
Aún hoy el pueblo brasileño trabaja, y trabaja mucho, para pagar la deuda
e(x)terna contraída por nuestras élites sin que la población haya sido
consultada. Nuestra carga tributaria es una de las más altas del mundo, el
36% del PIB; nuestra tasa de interés sobrepasa el 19% al año; nuestro
gobierno gasta con la amortización de los intereses de la deuda, cada año,
más de diez veces el presupuesto de que dispone para nuevas inversiones.
Oficialmente nuestro superávit primario es del 4,25%. De hecho, pasa del
5%, porque el equipo económico de nuestro gobierno cree, religiosamente,
que el dios mercado es capaz de producir el milagro del bienestar de la
nación sin que haya cambios de estructuras, como la reforma agraria. Y no
digo que eso es problema nuestro porque nuestra economía está controlada
por el FMI, en el cual Ud. manda. No conozco un sólo país que haya salido
de la pobreza gracias al FMI.
 
Vengo a pedirle la paz. Hace 2.800 años, un hebreo llamado Isaías afirmó
que sólo habrá paz como fruto de la justicia. El señor cree que ella se
producirá con la imposición de las armas. Mas, la guerra es el terrorismo
de los ricos, así como el terrorismo es la guerra de los pobres. ¿No bastó
la derrota de Estados Unidos en Vietnam? Allí murieron 1 millón de
personas, de las cuáles 50 mil eran norteamericanos. Pronto o tarde su país
tendrá que dejar Irak sin ningún orgullo, cargando el fardo de miles de
jóvenes norteamericanos (muchos de ellos de origen latino y negros)
condenados a la muerte por que creyeron que es bueno para el mundo lo que
es bueno para Estados Unidos.
 
Su país posee sólo el 6% de la población mundial. Sin embargo, controla el
50% de la riqueza del planeta. Jamás exigió democracia en Arabia Saudita,
donde se encuentran las mayores reservas de petróleo del mundo, porque el
gobierno autocrático de aquel país es dócil a la política del Tío Sam,
aunque de allí hayan salido Bin Laden y los terroristas que derrumbaron las
torres gemelas. El año pasado se gastaron en armamentos, en todo el mundo,
cerca de US$ 900 mil millones de dólares. Estados Unidos desembolsó casi la
mitad, US$ 390 mil millones. ¡Y pensar que se necesitan tan sólo US$ 50 mil
millones, hasta 2015, para erradicar el hambre del mundo!
 
¿Por qué será que la muerte merece más dinero que la vida? ¿No habrá algo
muy equivocado en esa lógica? ¿Por qué el capitalismo coloca la propiedad
privada por encima de vidas humanas y del bien colectivo? ¿Por qué mueren
de hambre cada año 5 millones de niños menores de 5 años, sin que las
naciones ricas destinen más del 10% de los gastos bélicos en cooperación
internacional?
 
El señor debe saber que 86 millones de personas murieron víctimas de la
guerra desde 1940. Las dos bombas atómicas que su país lanzó sobre las
poblaciones inocentes de Hiroshima y Nagasaki segaron cerca de 100 mil
vidas y dejaron un lastre de cáncer, hasta hoy, en los descendientes de las
víctimas. Casi todas jóvenes. Cerca de dos mil soldados de Estados Unidos
han muerto en Irak en esa guerra insana reiniciada en 2003. Su padre
invadió aquel país en 1991 y el resultado avergonzó tanto a su nación que
Ud. se sintió con la obligación de repetir el gesto, con la esperanza de
derrumbar a Sadam Hussein, lo que consiguió, y la resistencia de los
iraquíes, que hasta ahora desafía el potencial bélico de su país. Entre la
población civil, aproximadamente 130 mil iraquíes murieron como
consecuencia de los ataques de las tropas de Estados Unidos en 1991 .
Sadam, gracias a las armas, inclusive químicas, suministradas por Estados
Unidos, sobre todo en la época de la guerra contra Irán, mató cerca de 200
mil iraquíes.
 
Estuve hace poco en su país. En Utah, muchos me preguntaron cual impresión
tengo de Estados Unidos. Respondí que la diferencia entre su pueblo y el
mío es que el suyo está convencido de que no hay felicidad sin dinero. Y el
mío es feliz sin dinero. Nos bastan las cinco efes: fréjol, harina
(farinha), fe, fútbol y fiesta. Esa búsqueda desenfrenada de riqueza es la
que impide al pueblo de Estados Unidos sentirse solidario con los pobres
del mundo. Todos vimos lo que les sucedió a los negros y pobres de Nueva
Orleans durante la catástrofe causada por el huracán Katrina. Se quedaron
en el desamparo, hasta que el señor reaccionó cuando percibió que, a los
ojos del mundo, el rey estaba desnudo. Y para completar, uno de sus
asesores tuvo el descaro de proponer, como medida para reducir la pobreza
en Estados Unidos, el aborto a las mujeres negras…
 
Presidente Bush, “welcome” a la nación del futuro. Queremos ser amigos
fraternos del pueblo de Estados Unidos, sin que la CIA vuelva a amenazar
nuestra democracia, como en 1964 cuando ayudó a implantar una dictadura
militar que duró 21 años, y que se alcance reciprocidad en las relaciones
comerciales, con pleno respeto a nuestra soberanía.
 

Elecciones internas en el PT: el partido ante el espejo

Pep Valenzuela ALAI-AMLATINA 15/09/2005, São Paulo.- 

Querida Ana, esta
noche/madrugada cayó por aquí una tormenta, perdona la
expresión, "do c…", rayos, truenos y agua sin fin; al lado de la
Avenida 23 de Mayo, el ruido de la lluvia conseguía apagar el
estruendo permanente del tráfico; un "toró" que dicen en algunas
regiones del país.  Pensé mucho en tí y, menos alegre y gracioso,
un poco en la situación del país.

No sé muy bien, sin embargo, por dónde empezar para explicarte
un poco la situación que vive Brasil en estos días, ya desde hace
tres meses que iniciara la que pasará a la historia como la crisis
del "mensalão" (algo así como sueldazo mensual).  En realidad,
hay dos temas diferentes, aunque mezclados.  El primero, el
"mensalão" en rigor, que es el del eventual pagamiento a
diputados, aliados por cierto, para que votasen a favor de las
propuestas del gobierno; el segundo, financiación ilegal de
campañas electorales.

Quizás, podría ser considerando la visión que ofrecen los llamados
"medios de comunicación o información de masas", no hace falta
insistir en que lo de masas no es porque sean éstas quienes los
producen o utilizan sino porque están hechos para el "consumo",
muchas veces en el peor sentido, de las "masas", también en el
peor sentido.  Por ejemplo, ayer u hoy mismo, en las, entre 13 y
16, primeras páginas de uno de los cotidianos más vendidos,
todas las noticias, viñetas y opiniones tratan de esa crisis.  Una de
las líneas principales de "investigación" es sobre la eventual
implicación del Presidente Lula en esos esquemas de corrupción y
actividades ilegales.  Otra, sobre la culpabilidad efectiva o no de
José Dirceu, que fuera segundo de a bordo en el Gobierno y
considerado eminencia gris de la línea política adoptada por el
núcleo dirigente del Partido de los Trabajadores para ganar las
elecciones y, después, dirigir el país desde el palacio presidencial,
palacio del Planalto; culpabilidad que, por la relación especial entre
él y Lula podría tener consecuencia obvias que remiten a la línea
anterior.  Con un perfil más bajo, todo tipo de acusaciones contra
cualquier diputado, senador, alcalde o concejal del PT que
eventualmente pudiera ponerse a tiro.  Transversalmente a todo
eso, el PT recibe por todos los lados: por culpable, por incapaz,
por inepto, por "leninista", por pretender el "poder por el poder", por
pretenderse más ético que los demás.  Te puedes imaginar cómo
se te queda el cuerpo después de la lectura de esa sección.
Porque, además, los indicios que han venido apareciendo en las
diferentes comisiones parlamentarias de investigación, así como
las declaraciones a esas mismas comisiones y a la Policía
Federal, no dejan espacio para la inocencia de una buena parte de
los acusados.  Parece que el mundo se va a acabar, que es el
caos, que el país se va a hundir…

Después, sin embargo, en la sección de economía, parece que
salga el sol sobre el país-continente: la industrias crecen todas,
las exportaciones baten récordes históricos, los bancos están que
revientan de beneficios, el consumo familiar crece, aumentan las
posibilidades de crédito y microcrédito, se crea empleo formal y
también informal…  y así en este plan, liquidando deuda externa, y
a pesar de los riesgos siempre presentes de fluctuación del dólar y
movimientos en los mercados financieros.  El resto del periódico,
como si fuera una especie de reedición revisada, relata la cantinela
de siempre: por un lado, un país de "caras" (título de una de las
revistas rosa más vendidas), supuestas personalidades, artistas,
cine, conciertos, bares y restaurantes con el mayor "charme", un
mundo, en fin, maravilloso; cerca de ahí, las maravillas, iba a decir
del deporte pero en realidad casi tan sólo del fútbol y de otros
deportes cuando se trata de exaltación patriótica.  Ya, a
continuación, viene la sección de los secuestros "express", asaltos
a edificios "nobles" en la ciudad de São Paulo, narcotráfico y
asesinatos en las favelas de Río de Janeiro, manifestaciones de
estudiantes pidiendo billete gratis para ir a la universidad;
prostitución infantil en las calles de la gran metrópoli paulista, con
detalle de las áreas, edades, precios…  y los "clasificados".

A todo esto, y aunque estoy convencido de que la experiencia y
realizaciones de este gobierno marcarán un hito histórico, el
bloque político y social que llevó a Lula a la Presidencia está
liquidado.  Y quien peor parte lleva de momento en el reparto es el
PT; y no muy lejos, la Central Única de Trabajadores-CUT, el MST
y otros movimientos que vienen articulando una campaña de apoyo
a Lula, que el Presidente es el primero en ignorar, exigiendo
cambio de la política económica; pretendiendo, en definitiva, que la
situación sería peor sin él.  Lo cual que no me parece muy
desatinado, como mínimo.  El problema es que Lula no solamente
ni imagina o sueña que sea posible otra política económica, es
que está convencido de que estamos en el mejor de los mundos
posibles.  Si fuera de otra manera, no hay ninguna ni la más
mínima señal al respecto.  Pero, una parte del problema es, sin
duda, la ausencia de una auténtica y vigorosa movilización social
que pudiese obligar al Presidente a cambiar de posición.

De acuerdo con las declaraciones del entonces tesorero del
partido, Delubio Soares, él mismo y sólo él sería responsable de la
arquitectura del esquema de distribución de dinero para
financiamiento ilegal de campañas (llamado aquí "caja 2").  En
aquellos días de mediados de julio, dejaron la dirección del partido
él mismo, el secretario general, el secretario de comunicación y
hasta el presidente, el ex-guerrillero José Genoíno.  Pocos días
después, para rematar la faena, el propio Lula, desde Francia,
donde se encontraba con motivo de su participación institucional
en las celebraciones del 14 de Julio, confirmó: el PT había
montado una estructura para conseguir "caja 2" para el propio
partido y para los partidos aliados, entre los cuales algunos
reaccionarios de toda la vida, como el Partido Progresista (sic.), el
Partido Liberal y el Partido Trabalhista Brasileiro.  Pero, atención,
primero, él no sabía nada puesto que estaba formalmente
desligado de los trabajos de dirección desde hacía años.
Segundo, como las personas que habían dirigido el partido hasta
donde había llegado asumieron responsabilidades de gobierno, la
organización quedó debilitada y con cuadros menos formados que
habrían "cometido errores".  Y, tercero, en fin, ese delito lo
cometen todos los partidos en Brasil.

En aquel momento, ganaba espacio la tesis de que Lula estaría
desligándose del PT para, primero, no ser afectado por los casos
de corrupción ya públicamente admitidos y, segundo, para
preparar una eventual opción a la reelección, esta vez ya, sin el
partido o con el partido como una organización más de apoyo a su
candidatura.  De hecho, y éste es uno de los elementos clave en
el actual escenario, el "buen funcionamiento" de la economía del
que, como te he comentado, informan los "media", y un alto nivel
de popularidad del propio Lula a pesar de la tormenta en marcha,
hacen pensar a los grupos y sectores del entorno Lula que con o
sin PT el Presidente tiene potencial por sí solo para repetir.  La
oposición, por su parte, se ha movido entre los que se animaron a
reclamar la destitución de Lula y trabajar para que las
investigaciones de corrupción llegasen hasta él, y los que optaron
por mantener estabilidad institucional y económica pero debilitando
lo más posible al extornero de modo que fuese impracticable
cualquier intento de reelección en la contienda del próximo año.  El
resultado final de las investigaciones y la marcha de la economía
indicarán a unos y a otros los caminos posibles todavía.

Para la parte más organizada y decisiva de los movimientos
sociales y áreas de izquierda del país, esa reelección es, a pesar
de todo, el mejor de los escenarios posibles.  Aunque la política
del gobierno, especialmente la económica, consiguió ganarse
críticas duras de parte de aquellos, el diálogo y la confianza entre
las dos partes continúan siendo un elemento valorado,
especialmente por los primeros, por lo menos a espera de que el
equilibrio de fuerzas pudiera cambiar de bando y favorecer a las
fuerzas de los cambios estructurales.  Sin embargo, no parece que
tengan fuerza suficiente para eso y se confiarían más bien a un
buen acuerdo con el propio Lula y los sectores más progresistas
que todavía hay dentro del gobierno.  A final de cuentas, toda la
"crisis" está marcada por ese carácter de representación/gestión
de conflicto, teatral realmente en muchos casos, en las
instituciones.  Pero, sin reflejo o expresión fuerte en las calles o en
las esferas de la economía y social.  Claro que lucha haberla hay-
la, pero no sería tanto por los rumbos de la economía y, en general
del país, sino por el control del aparato de Estado.

Supongo, Ana, que a esta altura te preguntarás: ¿y el PT, el
partido esperanza de la izquierda mundial, el partido del Foro
Social, de la democracia participativa, el partido-movimiento?
Pues, el próximo domingo se celebrará en todo el país una jornada
de elecciones para renovar todos los directorios partidarios y la
presidencia de los mismos, que se elige directamente, en los
niveles nacional, estatal y municipal.  En mi opinión, creo que el
partido había conseguido conservar frescura y lozanía y mucho
potencial a pesar de lo avanzado del proceso de su paulatina
conversión en una organización electoralista, institucionalista y,
como dicen todavía algunos por aquí, un partido del "orden
establecido".  Potencial y energía viviendo en las numerosas, ricas
y originales experiencias de gestión democrática y popular en
numerosos ayuntamientos y también en algún caso a nivel de
Estado.  Potencial y energía en su relación con los movimientos y
organizaciones sociales de todo el país.  Potencial y energía en
los valores que animaban y animan a la mayoría de los militantes,
en su propia historia.  Eso, está claro que no desaparece de un día
para otro.

Con matices y diferencias, ése es el discurso de la mayoría de
candidatos.  Notorias diferencias en relación a la crítica o no del
gobierno y su política, menos en relación al papel de Lula, a quien
la mayoría sigue considerando figura central para el futuro.  La
novedad real en medio del proceso de elecciones directas (PED)
es la fractura del denominado Campo Mayoritario (CM), una
alianza de corrientes nacionales y regionales en torno a un núcleo
duro en el centro del cual está Lula, que viene dirigiendo
históricamente al PT.  Su influencia en el partido era determinante
y su control de la estructura implacable.  De hecho, desde hace
años las tendencias de la llamada izquierda petista venían
prácticamente llorando la incapacidad de controlar, dominar y
hasta aplacar la sed de poder de esa tendencia/aparato.  Aunque
la red de intereses y de estructuras de poder que unía al "Campo"
era y es todavía muy fuerte, numerosas señales en este momento
muestran que hoy ya no es posible mantener el poder
incontestado de todavía hace muy poco.  Sin embargo, no está
garantizado un cambio real ni tampoco la proclamada "refundación
del PT", bandera levantada por el exalcalde de Porto Alegre, Tarso
Genro, hoy presidente interino del partido, y a la que se sumaron
numerosos e importantes miembros de la mayor tendencia así
como otras tendencias de la izquierda, la Democracia Socialista
del también exalcalde de Porto Alegre y candidato a la presidencia
nacional de la organización, Raul Pont.  Sinceramente, a lo que la
mayoría de lo que no es Campo Mayoritario, o salió de éste, aspira
es a que por lo menos el candidato de esa tendencia no gane en el
primer turno, forzando un segundo en el que habría alguna
posibilidad de juntas fuerzas y ganar, en primer lugar.  Y, en
segundo, a que al menos la distribución de fuerzas en los
directorios sea más representativa y plural y permita realizar o
iniciar la deseada "refundación" que hasta el candidato del CM
afirmar buscar.

Con éxito mayor o menor, sea el resultado que sea, algunos
sectores de la "izquierda" ya anuncian que no será posible
continuar en el partido, más o menos abiertamente.  La alternativa
más probable para la mayoría de los que salgan debería ser el
Partido Socialismo y Libertad (PSOL), creado por la senadora
expulsada del PT, Heloísa Helena y dos diputados más, Luciana
Genro y Babá.  Otros ya organizaron desde hace algunos meses
los denominados Núcleos de Acción y Reflexión Socialista.  A las
puertas de los actos y debates de campaña, algunos grupos
menores intentan convencer a los asistentes de que ya llegó la
hora.

Sin embargo, por un buen tiempo todavía, como mínimo, el PT
continuará siendo el mayor partido de la izquierda en Brasil.  Y
conservará dentro de él la mayoría de expresiones ideológicas y
políticas que ya lo caracterizan hoy.  Eso, por supuesto, no
garantiza nada a medio y largo plazo.  Pero, las trabajadoras y
trabajadores brasileños, las clases populares y los movimientos
sociales necesitan de una expresión política y lo que el PT
conserva, a pesar de todo, no es un bagaje despreciable para
repensar el futuro.

Desafios à esquerda brasileira

Frei Betto

Entre a parcela da esquerda brasileira que não pegou em armas houve um certo tom de “eu não disse?” quando a outra parcela começou a cair, a partir do seqüestro do embaixador norte-americano Charles Elbrick, no Rio, em setembro de 1969. A história quase sempre dá uma rasteira em nossas análises de conjuntura, em nossos prognósticos, em nossas previsões carrancudas, agasalhadas em pesados casacos de conceitos supostamente científicos. Qual o intelectual ou dirigente político que previu a queda do Muro de Berlim?

          “Eu não disse?” exclamaram os trotsquistas quando vieram à luz os crimes de Stalin, denunciados por Kruchev. E os pró-soviéticos brindaram com vodca ao ver a camarilha dos quatro, na China, desencadear a “revolução cultural”, uma onda de fundamentalismo ideológico que implantou o terror em nome do “autêntico comunismo proletário”. Sua versão latino-americana foi o Sendero Luminoso, no Peru, que assassinava companheiros que “vacilavam ideologicamente”.

         Com a redemocratização do Brasil, a esquerda intelectualizada, que conheceu mais o exílio que a prisão, dividiu-se entre o PT e o PSDB. “Eu não disse?” sublinharam os primeiros quando o governo FHC revelou seu caráter neoliberal, privatizou o patrimônio público e instituiu o Proer, mobilizando valores que fazem parecer o fluxo do valerioduto uma brincadeira de centavos.
         Agora, frente à estrela cadente, as cassandras de plantão comemoram eufóricas: “eu não disse?” E a direita, confortavelmente sentada no camarim de luxo desse teatro trágico, aplaude a cena cruel de androfagia da esquerda. Mas… qual esquerda? A que dança conforme a música da ciranda financeira? A que destina R$ 30 bilhões ao agronegócio e apenas R$ 8 bilhões à agricultura familiar? Ou a que adjetiva sectariamente suas críticas, exibe suas mãos limpas diante da “tsulama”, mas não é capaz de apresentar uma proposta viável – não utópica – de política econômica alternativa? Ou a que enche a boca e o papel de palavras de efeito, mas não consegue mobilizar meia-dúzia de movimentos populares?

          A esquerda brasileira fala de um Brasil quimérico, mas tem dificuldade de lidar com as mediações inevitáveis para alcançá-lo. Como se em algum lugar do mundo ela tivesse chegado ao poder sem política de alianças. E como se em algum país ela tivesse alavancado o desenvolvimento sem sérias concessões ao capitalismo. Basta ver a China, que hoje faz questão de ser reconhecida com uma “economia de mercado”, e Cuba, que flexibilizou a propriedade estatal e tornou-se parceira de poderosas transnacionais nas áreas de infra-estrutura, energia e turismo.

         Nada mais ridículo do que a esquerda que erige suas convicções ideológicas em dogmas religiosos. E trata seus líderes como verdadeiros messias portadores do caminho da salvação. Fundamentalista, excomunga os críticos, expulsa os hereges, condena ao inferno os adversários. Incapaz de alianças dentro do âmbito da própria esquerda (vide as eleições para a nova direção do PT), torce pela derrota de seus concorrentes, na expectativa daquele dia em que, do alto de sua arrogância, enfatizará solenemente: “Eu não disse?”

 Vias de libertação

         Não vejo futuro para a esquerda fora dessas três vias: o rigor ético; o trabalho de base; e a elaboração de um projeto socialista.

          O rigor ético é uma virtude suportável enquanto não se chega ao poder. Qualquer esfera de poder – governo, direção do partido, coordenação do núcleo de base, gerente, síndico de prédio etc. Como todo poder reveste quem o ocupa de uma autoridade, uma identidade que o faz sentir-se acima dos comum dos mortais, quase ninguém quer largá-lo. Ele é mais tentador que o sexo e o dinheiro. Até porque torna esses dois mais acessíveis. Os beneficiários das “encomendas” do Banco Rural que o digam.

          Como assegurar o rigor ético? Pela democracia interna. Líder ou dirigente que não suporta crítica é mau sinal. Mas não basta dizer “podem criticar-me”. É preciso criar mecanismos através dos quais isso se faça regularmente.

          O trabalho de base é o grande desafio da esquerda. Ela adora fazer reuniões, manifestos, comícios. Mas ir para a periferia, subir a favela, meter-se no sertão… são outros quinhentos! Não é fácil gostar de cheiro do povo, reunir-se com os pobres, aprender a linguagem deles (que nos obriga a descer do egrégio trampolim de nossos conceitos acadêmicos), rezar com eles, estreitar laços efetivos e afetivos com quem tem a graça de viver desprovido da lógica maniqueísta que divide a humanidade em “bons e maus”.

         Elaborar um projeto socialista não consiste em apenas criticar o capitalismo. Implica autocrítica profunda dos erros cometidos pelas recentes experiências socialistas. Erros teóricos, estruturais, sociais e pessoais. A começar da análise sobre em que momento o PT apagou de seu horizonte o projeto socialista que figura em seus primeiros documentos.

         A quem possa interessar: boas escolas de ética, trabalho de base e perspectiva socialista são o MST e as Comunidades Eclesiais de Base.

Frei Betto é escritor, autor, em parceria com Leandro Konder, de “O indivíduo no socialismo” (Perseu Abramo), entre outros livros.

El MST apuesta por un cambio social impulsado desde las bases

Articulo publicado por el Comite de Apoyo al MST de Madrid en Diagonal:
http://www.diagonalperiodico.net/pdfs13/10diagonal13-web.pdf

“Los casos de corrupción son solo la punta del iceberg de esta forma de entender la política aplicada por Lula y por el resto de los partidos. El problema es estructural, es el sistema”. Así explican, en un comunicado enviado a los amigos y amigas del MST desde la Secretaria Nacional su distante posición respecto a Lula y el Partido dos Trabalhadores tras el goteo de escándalos de corrupción aparecidos en los últimos meses que implicaban al PT en la compra de diputados de otros partidos para lograr sus votos en el congreso.

El MST y otros movimientos sociales cercanos siempre se han mostrado independientes de todo partido político, pero no esconden las ilusiones con las que vivieron la subida al poder de Lula y las esperanzas de cambio que eso representó. “El pueblo brasileño eligió al gobierno Lula para que hiciese cambios. Votó por el programa de compromisos de campaña que había sido ampliamente distribuido entre la población”. El proyecto de Lula fue apoyado por cerca de 53 millones de brasileñas y brasileños, pero al cabo de ya casi tres años de mandato gran parte de esas esperanzas de cambio se están frustrando. Desde el principio el MST mostró desconfianza por la “perversa composición de fuerzas políticas, incluyendo a conservadores y a la derecha, que asumieron puestos destacados en el Banco Central, en los ministerios de Hacienda, de Agricultura y de Desarrollo, Industria y Comercio”. En una vuelta de tuerca, el pasado julio, en medio de una profunda crisis política, el gobierno promovió una reforma ministerial que reforzó todavía más la alianza con sectores conservadores. Por eso el MST indica que “este gobierno está desfigurado. Ya no contamos con el mismo gobierno que elegimos el 2002. No tenemos un gobierno de izquierda, ni de centro-izquierda. Tenemos un gobierno de centro, con la derecha controlando la política económica. Digamos adiós al gobierno del PT y a sus compromisos históricos”.

Desde la Secretaria Nacional del MST apuntan que “el gobierno perdió la oportunidad, a lo largo de su mandato, de consultar al pueblo sobre cuestiones estratégicas para nuestra sociedad, como la deuda externa, tipos de interés, transgénicos, juegos y apuestas, autonomía del Banco Central, modificación del curso del río São Francisco, Ley Kandir” . También denuncian el nulo camino recorrido en la consecución de la Reforma Agraria, pese a que ya fue elaborado el Plan Nacional de Reforma Agraria, “que preveía el asentamiento de 400 mil familias en un período de cuatro años, además de cambios administrativos en el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), capacitación de los asentados y armonización de Reforma Agraria con agroindustria. Pasados dos años y medio, constatamos que la Reforma Agraria avanza a paso de tortuga. El gobierno fue incapaz de implementar su propio plan”.

Y así el PT ha mantenido una manera clásica de hacer política, mercantilizando el voto desde el principio. “Las campañas electorales, pagadas a peso de oro y dirigidas por técnicos de marketing contratados, se transformaron en el fin. La corrupción ahora denunciada es apenas el fruto del método utilizado. Lo que impresiona es que sectores de la izquierda hicieran uso de los mismos métodos de la derecha, equiparándose a ella. Esto es el fin de lo que llamamos política”.

Desde el MST se busca una manera diferente de hacer política, defendiendo “los métodos de la izquierda de hacer política, basados en la defensa de las ideas, en la formación de la militancia, en el trabajo de base y en la organización consciente del pueblo, como única fuerza capaz de realizar cambios en nuestro país, Brasil”.

Así apuntan que la salida de esta crisis “no depende tan sólo del gobierno, del presidente, de los partidos políticos o de las elecciones de 2006. Depende también de una amplia aglutinación de todas las fuerzas sociales, organizadas para realizar un verdadero trabajo comunitario en el se debata y construya un nuevo proyecto para Brasil. Un proyecto que organice una política económica dedicada a solucionar las principales necesidades de la población: trabajo, renta, tierra, vivienda, escuela y cultura. Un modelo que priorice la vida de las personas, la construcción de una sociedad con menos desigualdades e injusticias sociales. Incorporando mecanismos de democracia directa: necesitamos tener el derecho de convocar plebiscitos, de realizar consultas populares. Queremos ver democratizado el sistema de partidos y de representación política. Todo esto requerirá un largo camino pero hay que empezar a andarlo inmediatamente. Tenemos que estimular el debate en la sociedad, en todos los espacios. Sólo así el pueblo tendrá en sus manos la convicción de que los cambios sociales son consecuencia de su organización y lucha.”

Y en este largo camino de lucha, este pasado 7 de septiembre, día de celebración de la independencia de Brasil, el MST junto con Via Campesina y otras organizaciones sociales ha celebrado el “Grito dos Excluidos” logrando movilizar en todas las grandes ciudades de Brasil a más de XXX personas, bajo el lema de “¡EN DEFENSA DEL PUEBLO BRASILEÑO! ¡Este modelo económico no tiene futuro para nuestro pueblo!”. Posteriormente a lo largo del mes de septiembre y octubre realizaran asambleas estatales populares para discutir un nuevo modelo económico, culminando a finales de octubre con la asamblea nacional popular en el que se espera la participación de más de 20.000 personas, incluidas más de un millar de amigas y amigos del MST de otros países.

Recuadro:
El MST sobre la corrupción:
La corrupción es un método endémico de las clases privilegiadas para apoderarse de recursos públicos en un estado poco democrático. Creemos que existe la corrupción ilegal, que generalmente beneficia intereses personales, y la practicada con métodos legales, aunque inmorales e ilegítimos, que incluye la apropiación de recursos públicos por un grupo económico, un sector específico de la clase dominante o por todos los ricos. Los tipos de interés aplicados en Brasil y las transferencias de recursos públicos hacia los bancos, más de 100 mil millones de reales al año, son un ejemplo inequívoco de ello. Hay otra cuestión importante: de manera general, los medios de comunicación y las elites protegen a los corruptores y nos impiden identificar a los verdaderos culpables. ¿Quiénes son los propietarios de los millones de recursos desviados para campañas electorales? ¿Qué intereses están detrás de las inversiones millonarias en campañas políticas?.

Creemos que es imprescindible exigir castigo para todos los casos de corrupción. Y particularmente exigimos cambios profundos en el sistema de representación política y partidaria: es la única posibilidad de combatir la corrupción sistémica que reina en Brasil.

Consideramos que la crisis que estamos viviendo no se reduce a la corrupción. Es mucho más grave. Se trata de una crisis de modelo: la población no se reconoce en ese sistema de representación, no tiene el poder político, y no puede ejercitar lo que se establece en la Constitución Federal, que todo poder emana del pueblo. El pueblo desprecia a los políticos y los ve a todos iguales. Todo ello nos lleva a una crisis ideológica, consecuencia de la falta de debate en la sociedad sobre un proyecto para el país. Tememos que se prolongue esta apatía.

El MST apuesta por un cambio social impulsado desde las bases

Articulo publicado en el número 13 de Diagonal:
http://www.diagonalperiodico.net/pdfs13/10diagonal13-web.pdf

Tras la tormenta política originada por los casos de corrupción en el seno del Partido de los Trabajadores (PT) y del Gobierno de Lula, quedaba la incógnita de la reacción del principal impulsor popular del cambio político vivido en Brasil en 2002. El Movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra (MST) habla a la claras de "crisis de sistema" y de la necesidad de una amplia alianza de las fuerzas populares y comunitarias brasileñas para impulsar un verdadero cambio.

Los casos de corrupción son sólo la punta del iceberg de esta forma de entender la política aplicada por Lula, el PT y el resto de los partidos. El problema es estructural, es el sistema”. Así explican, en un comunicado enviado desde la Secretaria Nacional del MST, su distante posición respecto a Lula y el PT tras el goteo de escándalos de corrupción aparecidos en los últimos meses, que implicaban a la formación gobernante en la compra de diputados de otros partidos para lograr sus votos en el congreso.

 Ante estos casos de corrupción, el MST destaca que “mantendrá su línea política histórica: es autónomo, tanto en su relación con los partidos políticos como con el Gobierno y el Estado”.

Los trabajadores rurales sin tierra reconocen la ilusión con la que se vivió la subida al poder de Lula y las esperanzas de cambio que representó. El proyecto de Lula fue apoyado por cerca de 53 millones de brasileñas y brasileños, pero después de casi tres años de mandato gran parte de esas esperanzas de
cambio se están frustrando. En una vuelta de tuerca, el pasado julio, en medio de una profunda crisis política, el Gobierno promovió una reforma ministerial que reforzó todavía más la alianza con sectores conservadores.

Desde la Secretaria Nacional del MST apuntan que “el Gobierno perdió la oportunidad, a lo largo de su mandato, de consultar al pueblo sobre cuestiones estratégicas para la sociedad brasileña”, entre las que señalan la deuda externa, los tipos de interés, la erradicación de los cultivos transgénicos y la autonomía del Banco Central frente a las presiones de los organismos financieros internacionales. También denuncian el nulo camino recorrido en la consecución de la Reforma Agraria. En su comunicado, el MST reclama una “amplia aglutinación de todas las fuerzas sociales, organizadas para realizar un verdadero trabajo comunitario en el que se debata y construya un nuevo proyecto para Brasil”. Una primera muestra de esta estrategia fue la celebración el 7 de septiembre del “Grito dos Excluidos” junto con Vía Campesina y otras organizaciones. Coincidiendo con el día de la Independencia, alrededor de 180.000 personas se movilizaron en todas las grandes ciudades del país bajo el lema “Brasil, en nuestras manos está el cambio”. En lo que queda de mes y en octubre se realizarán asambleas estatales populares para discutir un nuevo modelo económico. Este programa culminará a finales de octubre con la Asamblea Nacional Popular en la que se espera la participación de más de 20.000 personas, incluidas más de un millar de personas de colectivos de apoyo al MST de otros países.

El MST sobre la corrupción

“… Creemos que existe la corrupción ilegal, que generalmente beneficia intereses personales, y la practicada con métodos legales, aunque inmorales e ilegítimos, que incluye la apropiación de recursos públicos por un grupo económico, un sector específico de la clase dominante. Los tipos de interés aplicados en Brasil y las transferencias de recursos públicos hacia los bancos, más de 100 mil millones de reales al año, son un ejemplo inequívoco de ello. Hay otra cuestión importante: de manera general, los medios de comunicación y las elites protegen a los corruptores y nos impiden identificar a los verdaderos culpables. ¿Quiénes son los propietarios de los millones de recursos desviados para campañas electorales? ¿Qué intereses están detrás de las inversiones millonarias en campañas Creemos que es imprescindible exigir un castigo para todos los casos de corrupción. Y particularmente exigimos cambios profundos en el sistema de representación política y partidaria: es la única posibilidad de combatir la corrupción sistémica que reina en Brasil.

(…) La crisis que estamos viviendo no se reduce a la corrupción. Es mucho más grave. Se trata de una
crisis de modelo: la población no se reconoce en ese sistema de representación, no tiene el poder político, y no puede ejercitar lo que se establece en la Constitución Federal, que todo poder emana del pueblo. El pueblo desprecia a los políticos y los ve a todos iguales. Todo ello nos lleva a una crisis ideológica, consecuencia de la falta de debate en la sociedad sobre un proyecto para el país. Tememos que se
prolongue esta apatía”.

Crisis moral en Brasil

Lula, víctima de sus errores

Lisandro Otero
Rebelión
La profunda crisis moral que está ocurriendo en  Brasil ha sido causada, en primer lugar, por los errores de Lula, por su inconsistencia, sus concesiones, por su indulgencia. Pero también hay que decir que está siendo aprovechada por las fuerzas ultra reaccionarias para derribar a un gobierno popular. La caída del gobierno de Lula constituiría, en primer lugar, un golpe a los movimientos de progreso social en el Brasil y en América Latina. Se debe también el actual escepticismo  a un exceso de confianza, al aliento de exuberantes ilusiones, a creer que el gobierno de Lula sería una panacea que solucionaría todos los males.

Lula tuvo que hacer concesiones para llegar al poder. Pese a  su tolerancia y sus tropezones sigue siendo, sin embargo, la expresión de la voluntad democrática del pueblo brasileño. Los avances no han sido tan profundos como habría sido deseable pero el gobierno ha adoptado diseños  sociales que van más allá de la retórica, entre ellas la política contra el racismo,  la reforma universitaria, programas a favor de la familia y los ancianos, transformaciones agrícolas, la autosuficiencia petrolera. A Lula le queda apenas un año y cuatro meses de gobierno; termina su mandato el 1º de enero del 2007.

No  puede ignorarse que existe una amenaza golpista de la burguesía que requiere, para evitarla, una movilización de las masas.  Que algunos sean corruptos no quiere decir que todos lo sean. Hay una atmósfera de linchamiento en la vida política que sólo puede dejar desfavorables consecuencias, hasta el extremo de que ya la misma oposición comienza a temer el clima de subversión que ha propiciado.  

Para justificar su estrategia anti Lula  la burguesía agita el fantasma de Venezuela. Es decir, le temen a un esquema gubernativo de beneficio social para las amplias capas populares que debilite a la oligarquía. Asustan con tales conceptos a las clases medias y conservadoras. El real ha sufrido una depreciación reciente de 2,67% frente al dólar y ello suscita una amenaza de turbulencias económicas, fuga de capitales y suspensión de inversiones productivas lo cual atemoriza al gran capital.

El origen de esta crisis moral de credibilidad tiene su núcleo en un revelado método de soborno y cohecho. El Partido de los  Trabajadores ha formado parte de una red de financiamiento ilegal de sus campañas electorales y de soborno a dirigentes y legisladores. El empresario Marco Valerio de Souza  movilizó  millones de dólares, a  través de sus empresas, para beneficiar al PT, entregó sumas en efectivo a dirigentes políticos. Los negocios de De Souza servían de pantalla para lavar dinero extraído de fondos públicos que se depositaban en cuentas en el paraíso fiscal de las Bahamas.

Una reciente encuesta del Instituto Ibope indica que el apoyo a Lula decayó hasta un 31 % y aumentó a un 47 % quienes desaprueban la gestión del Presidente. Pese a todo ello todavía mantiene su capacidad de convocatoria de las masas. En un mensaje a la nación Lula se disculpó, dijo con toda franqueza que había sido traicionado. Afortunadamente la izquierda ha reaccionado con un manifiesto de apoyo al Presidente. Una renuncia de Lula dejaría al país ingobernable durante mucho tiempo.

Lula ascendió al poder con la promesa de que terminaría con el hambre. El capitalismo internacional había entrado en una fase de total hegemonía del capital financiero, mezclado con los grandes grupos monopólicos, que dominan el comercio, la industria y los servicios. El pueblo brasileño entendió que con su voto había rechazado el modelo neoliberal, causante de la miseria nacional. Las elites aceptaron una alianza con el nuevo régimen con el fin de influir en el rumbo del neoliberalismo. Pasadas las tres cuartas partes del mandato, el resultado está ahí, se sigue una política económica neoliberal, controlada por  la clase dominante brasileña. Lula no ha propiciado la instauración de un nuevo sistema, ni siquiera ha  esbozado la posibilidad de un cambio radical.

El triunfo de Lula en Brasil abrió un sendero de esperanza.  Algunos  compararon aquella victoria con la de Salvador Allende en Chile en 1970. Lula empleó un lenguaje muy tajante y hasta extremista, amenazando con romper la estructura capitalista de la sociedad brasileña. Después se  corrió hacia el centro, mostrando una moderación que pudiera apaciguar la ansiedad bursátil y la fuga de capitales.

 Durante su visita a Hugo Chávez,  Lula afirmó que no le gustaba ser rotulado de izquierda, que jamás había leído una sola página de materialismo dialéctico. Durante el Foro Social Mundial de Porto alegre fue abucheado por la muchedumbre. Una defraudación más va a dejar un grave impacto en la conciencia de los brasileños que depositaron un enorme caudal de expectativas en el actual presidente.

 Hay que esperar, antes de retirarle la confianza a Lula, los resultados de una política de hacer lo posible dentro de lo apetecible, en una época de un imperialismo agresivo y expansionista.

gotli2002@yahoo.com

Publicado en www.rebelion.org

Grito por cambios en la política y economía

El 7 de septiembre, contra la política de Lula
Grito por cambios en la política y economía
Adital
El día 7 de septiembre, personas de todas las regiones brasileñas van a salir a las calles para reivindicar cambios en la política económica y en el sistema político del país, durante el Grito de los Excluidos. El movimiento, que llega a su 11º aniversario, tendrá como lema "Brasil, en nuestras manos está el cambio".

Todos los años, el Grito de los Excluidos pone en discusión temas que acostumbran quedar afuera de la pauta de los grandes medios de comunicación y del gobierno, como reforma agraria, subempleo, deuda externa. Son problemas que, como recuerda el Padre Alfredo José Gonçalves, uno de los coordinadores del evento, afectan principalmente a la población de baja renta.

"Nuestra preocupación ha sido la soberanía nacional ante la globalización, ante la deuda externa. Es evidente que esto hoy pasa por la situación política", recuerda el Padre Alfredo al comentar el lema del movimiento para este año. Según él, lo que está en juego en la actual crisis política enfrentada por el gobierno brasileño, es el proyecto popular para Brasil, construido en 50 años de movilización y de militancia.

Las entidades al frente del Grito de los Excluidos reivindican cambios en la forma como viene siendo conducida la política económica del país. Para ellas, es preciso reducir la "sangría" de riquezas que se realiza para pagar los intereses de la deuda externa y ampliar las inversiones en políticas públicas, capaces de traer mejor calidad de vida para la población.

El Grito de los Excluidos es un movimiento que moviliza a personas de grandes metrópolis, de medianas y pequeñas ciudades brasileñas. Cada año, hay manifestaciones en aproximadamente 1.200 lugares diferentes de Brasil. La mayor manifestación ocurre en la ciudad de Aparecida do Norte (Estado de San Pablo), donde cerca de 120 mil personas salen a las calles para protestar contra la exclusión social. El Grito de los Excluidos es realizado siempre el día 7 de septiembre, cuando se celebra la Independencia de Brasil.

Publicado en www.rebelion.org