El MST apuesta por un cambio social impulsado desde las bases

Articulo publicado por el Comite de Apoyo al MST de Madrid en Diagonal:
http://www.diagonalperiodico.net/pdfs13/10diagonal13-web.pdf

“Los casos de corrupción son solo la punta del iceberg de esta forma de entender la política aplicada por Lula y por el resto de los partidos. El problema es estructural, es el sistema”. Así explican, en un comunicado enviado a los amigos y amigas del MST desde la Secretaria Nacional su distante posición respecto a Lula y el Partido dos Trabalhadores tras el goteo de escándalos de corrupción aparecidos en los últimos meses que implicaban al PT en la compra de diputados de otros partidos para lograr sus votos en el congreso.

El MST y otros movimientos sociales cercanos siempre se han mostrado independientes de todo partido político, pero no esconden las ilusiones con las que vivieron la subida al poder de Lula y las esperanzas de cambio que eso representó. “El pueblo brasileño eligió al gobierno Lula para que hiciese cambios. Votó por el programa de compromisos de campaña que había sido ampliamente distribuido entre la población”. El proyecto de Lula fue apoyado por cerca de 53 millones de brasileñas y brasileños, pero al cabo de ya casi tres años de mandato gran parte de esas esperanzas de cambio se están frustrando. Desde el principio el MST mostró desconfianza por la “perversa composición de fuerzas políticas, incluyendo a conservadores y a la derecha, que asumieron puestos destacados en el Banco Central, en los ministerios de Hacienda, de Agricultura y de Desarrollo, Industria y Comercio”. En una vuelta de tuerca, el pasado julio, en medio de una profunda crisis política, el gobierno promovió una reforma ministerial que reforzó todavía más la alianza con sectores conservadores. Por eso el MST indica que “este gobierno está desfigurado. Ya no contamos con el mismo gobierno que elegimos el 2002. No tenemos un gobierno de izquierda, ni de centro-izquierda. Tenemos un gobierno de centro, con la derecha controlando la política económica. Digamos adiós al gobierno del PT y a sus compromisos históricos”.

Desde la Secretaria Nacional del MST apuntan que “el gobierno perdió la oportunidad, a lo largo de su mandato, de consultar al pueblo sobre cuestiones estratégicas para nuestra sociedad, como la deuda externa, tipos de interés, transgénicos, juegos y apuestas, autonomía del Banco Central, modificación del curso del río São Francisco, Ley Kandir” . También denuncian el nulo camino recorrido en la consecución de la Reforma Agraria, pese a que ya fue elaborado el Plan Nacional de Reforma Agraria, “que preveía el asentamiento de 400 mil familias en un período de cuatro años, además de cambios administrativos en el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), capacitación de los asentados y armonización de Reforma Agraria con agroindustria. Pasados dos años y medio, constatamos que la Reforma Agraria avanza a paso de tortuga. El gobierno fue incapaz de implementar su propio plan”.

Y así el PT ha mantenido una manera clásica de hacer política, mercantilizando el voto desde el principio. “Las campañas electorales, pagadas a peso de oro y dirigidas por técnicos de marketing contratados, se transformaron en el fin. La corrupción ahora denunciada es apenas el fruto del método utilizado. Lo que impresiona es que sectores de la izquierda hicieran uso de los mismos métodos de la derecha, equiparándose a ella. Esto es el fin de lo que llamamos política”.

Desde el MST se busca una manera diferente de hacer política, defendiendo “los métodos de la izquierda de hacer política, basados en la defensa de las ideas, en la formación de la militancia, en el trabajo de base y en la organización consciente del pueblo, como única fuerza capaz de realizar cambios en nuestro país, Brasil”.

Así apuntan que la salida de esta crisis “no depende tan sólo del gobierno, del presidente, de los partidos políticos o de las elecciones de 2006. Depende también de una amplia aglutinación de todas las fuerzas sociales, organizadas para realizar un verdadero trabajo comunitario en el se debata y construya un nuevo proyecto para Brasil. Un proyecto que organice una política económica dedicada a solucionar las principales necesidades de la población: trabajo, renta, tierra, vivienda, escuela y cultura. Un modelo que priorice la vida de las personas, la construcción de una sociedad con menos desigualdades e injusticias sociales. Incorporando mecanismos de democracia directa: necesitamos tener el derecho de convocar plebiscitos, de realizar consultas populares. Queremos ver democratizado el sistema de partidos y de representación política. Todo esto requerirá un largo camino pero hay que empezar a andarlo inmediatamente. Tenemos que estimular el debate en la sociedad, en todos los espacios. Sólo así el pueblo tendrá en sus manos la convicción de que los cambios sociales son consecuencia de su organización y lucha.”

Y en este largo camino de lucha, este pasado 7 de septiembre, día de celebración de la independencia de Brasil, el MST junto con Via Campesina y otras organizaciones sociales ha celebrado el “Grito dos Excluidos” logrando movilizar en todas las grandes ciudades de Brasil a más de XXX personas, bajo el lema de “¡EN DEFENSA DEL PUEBLO BRASILEÑO! ¡Este modelo económico no tiene futuro para nuestro pueblo!”. Posteriormente a lo largo del mes de septiembre y octubre realizaran asambleas estatales populares para discutir un nuevo modelo económico, culminando a finales de octubre con la asamblea nacional popular en el que se espera la participación de más de 20.000 personas, incluidas más de un millar de amigas y amigos del MST de otros países.

Recuadro:
El MST sobre la corrupción:
La corrupción es un método endémico de las clases privilegiadas para apoderarse de recursos públicos en un estado poco democrático. Creemos que existe la corrupción ilegal, que generalmente beneficia intereses personales, y la practicada con métodos legales, aunque inmorales e ilegítimos, que incluye la apropiación de recursos públicos por un grupo económico, un sector específico de la clase dominante o por todos los ricos. Los tipos de interés aplicados en Brasil y las transferencias de recursos públicos hacia los bancos, más de 100 mil millones de reales al año, son un ejemplo inequívoco de ello. Hay otra cuestión importante: de manera general, los medios de comunicación y las elites protegen a los corruptores y nos impiden identificar a los verdaderos culpables. ¿Quiénes son los propietarios de los millones de recursos desviados para campañas electorales? ¿Qué intereses están detrás de las inversiones millonarias en campañas políticas?.

Creemos que es imprescindible exigir castigo para todos los casos de corrupción. Y particularmente exigimos cambios profundos en el sistema de representación política y partidaria: es la única posibilidad de combatir la corrupción sistémica que reina en Brasil.

Consideramos que la crisis que estamos viviendo no se reduce a la corrupción. Es mucho más grave. Se trata de una crisis de modelo: la población no se reconoce en ese sistema de representación, no tiene el poder político, y no puede ejercitar lo que se establece en la Constitución Federal, que todo poder emana del pueblo. El pueblo desprecia a los políticos y los ve a todos iguales. Todo ello nos lleva a una crisis ideológica, consecuencia de la falta de debate en la sociedad sobre un proyecto para el país. Tememos que se prolongue esta apatía.