El MST y la otra humanidad posible

 

 
Leonardo Boff

Alai

Que el Movimiento de los Sin Tierra (MST) lucha por la reforma agrariatodos sabemos. Que para el Movimiento, la Tierra no es solo, comoquiere la cultura capitalista, un medio de producción, sino que esmucho más, es nuestra Casa Común, está viva, con una comunidad de vidaúnica y que nosotros somos sus hijos e hijas con la misión de cuidar deella y de liberarla de un sistema social consumista que la devasta,esto es lo sorprendente. Este es su mayor sueño, expresión del nuevoparadigma civilizatorio y emergente.

El Movimiento deja atrás el discurso académico que se orientaexclusivamente por la razón instrumental-analítica, funcional al modode producción actual que está amenazando el futuro común de la Tierra yde la Humanidad. Captar esta novedad del MST y de Vía Campesina escaptar su fuerza de convocatoria para Brasil y para toda la sociedadmundial.

Ellos se encuentran a la cabeza de la visión alternativa de que otrahumanidad es posible. Con sus prácticas, no obstante aquí y allá, lascontradicciones inherentes al proceso histórico, está mostrando suviabilidad. Basta observar, con ojo atento, lo que dicen, cómo seorganizan y lo que hacen.

Las víctimas del orden vigente dan sustento a un sueño nuevo. Hacedías, yo y mi compañera Marcia, que apoya al MST desde su fundación enel campamento Ronda Alta-.RS, pudimos participar en la marcha deGoiania a Brasilia. Fueron dos días de convivencia y de marcha con los12.272 caminantes. Se precisa mucha acumulación de concienciasolidaria, de disciplina y de sentido de bien común para hacerfuncionar ese proceso popular multitudinario con más perfección que unaescuela de samba carioca.

No hablemos de la comida puntualísima, del montaje y desmontaje de lascarpas, del agua potable abundante y del servicio sanitario. Lapreocupación ecológica era casi obsesiva. Si alguien, al día siguiente,quisiese saber dónde acamparon aquellas miles de personas, no lo sabríaporque la limpieza era tan minuciosa que ni siquiera un trozo de papelquedaba atrás.

Entre los objetivos explícitos de la caminata, más allá de la reformaagraria y de la discusión de un proyecto popular para Brasil, había elde “desarrollar actividades de solidaridad para fortalecer la lucha ylos sueños del pueblo”. En función de eso, por más de dos horas, a latarde, se promovían exposiciones transmitidas por la radio interna,seguidas de grupos de discusión. A mí se me solicitó hablar sobre lanueva visión de la Tierra y cómo cuidar de ella, a la luz de lassugerencias de la Carta de la Tierra. Pasando por los grupos vi laseriedad con la que se discutía. Pero no solo eso. La marcha se propuso“rescatar y promover la cultura brasileña a través de canciones,poemas, teatro y otras manifestaciones típicas del pueblo”. Al seracogidos en su carpa por el grupo de Paraná (más de 800 personas),oímos canciones y poemas de rara belleza. Una estrofa decía: “oigan laarmonía de igualdad del hombre pobre”. Si el sistema nos aturde, portodos los medios, con palabras “acumulación, consumo, riqueza, placer”,aquí, lo que más se oía era “solidaridad, cooperación, justicia, hombrey mujer nuevos, nueva Tierra”. ¿Quién está en el mejor camino?

Yo reflexionaba conmigo mismo: seguramente Marx, Lenin y Mao jamáspensaron en un tipo de revolución que hiciera esta síntesis tan felizentre lucha y estudio, caminata y fiesta. Un movimiento que incorporapoesía y música será invencible. El MST nos señales que otro mundo estáa punto de emerger. (Traducción de ALAI)

* Leonardo Boff es teólogo.

Esta noticia ha sido recogida de www.rebelion.org