Archivo de la etiqueta: Artículos

30 años de los Sin Tierra. Emir Sader en Publico

http://blogs.publico.es/emir-sader/2014/03/08/30-anos-de-los-sin-tierra-2/

Todos presentes en un gimnasio de Brasilia: desde los “sin tierrita” hasta un señor de 105 años. Se juntaron en un congreso que celebra los 30 años del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil, el movimiento campesino más conocido en el mundo. Más conocido por estar en el país que tiene la más grande extensión de tierras cultivables pero, a la vez, millones de personas sin tierra para trabajar. Por estar en un país que sigue importando alimentos, teniendo, además de tierras ociosas, trabajadores luchando por trabajar en ellas.


Pero sobre todo por la naturaleza especial de un movimiento que no lucha solo por la tierra, sino por espacios para construir comunidades de vida solidaria. Tanto es así que, cuando logran obtener un pedazo de tierra para construir sus asentamientos, lo primero que hacen es definir dónde se va a construir la escuela.

Escuelas que se orientan por el pensamiento de Paulo Freire —el gran pedagogo brasileño—, cuya obra plantea que la alfabetización tiene que ser, a la vez, la forma de construir consciencia social. Pero el MST no se limita a ese trabajo de alfabetización. Ellos han alfabetizado, en el campo de Brasil, mucho más que cualquier instancia estatal, sea Ministerio de Educación u otra. Y siguen en ese trabajo de luchar en contra de los 14 millones de analfabetos, incluso en las ciudades, junto a alcaldías progresistas, buscando crear territorios libres de analfabetismo, apoyados en el método cubano Yo sí puedo.

Pero la naturaleza original del movimiento, la que orienta sus acciones centrales, es la lucha por la reforma agraria, en un país que nunca la ha realizado. Aun con los extraordinarios avances sociales de los gobiernos Lula y Dilma, ese tema queda pendiente.

Durante el mismo Congreso, el MST organizó una más de sus lindas marchas, que paseó por el centro de la capital brasileña, con sus banderas rojas y sus cantos de lucha, pasando al frente de los centros de los poderes de la República, llamando una vez más la atención sobre sus reivindicaciones. Al día siguiente fueron recibidos, en el Palacio del Planalto, por la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

El MST le ha llevado sus reivindicaciones más urgentes, como la resolución de las demandas por tierra de alrededor de 100 mil trabajadores, acampados a la espera de que sean desapropiadas tierras, para que puedan asentarse y crear comunidades de trabajo y de vida. Han logrado que la Presidente se comprometa a resolver de inmediato el problema de 35 mil de ellos, lo cual es significativo frente a la pequeña cantidad que han logrado tener acceso a la tierra en los tres años de su gobierno.

Pero el Brasil de hoy no es el mismo que el de hace 30 años, cuando fue fundado el MST. Y no son solo cambios positivos, como los relacionados con la situación social de la mayoría de la población. Desde entonces el agronegocio se consolidó en una posición privilegiada en la producción y exportación de soya (transgénica), mientras las políticas sociales del gobierno han mejorado la situación también de los trabajadores del campo, aun sin avanzar en la reforma agraria.

En este su VI Congreso, el MST actualiza su visión y sus propuestas, lanzando un Programa Agrario que incluye una concepción más amplia de la que tenían, la de una Reforma Agraria Popular. “El Programa de Reforma Agraria Popular no es un programa socialista”, afirma el MST, aun cuando los objetivos estratégicos de su lucha sigan teniendo como horizonte el socialismo. Hoy luchan “por un nuevo proyecto de país, que necesita ser construido con todas las fuerzas populares, volcadas a atender a los intereses del pueblo brasileño”. Buscan acumular fuerzas con otros sectores de la sociedad brasileña para derrotar a las oligarquías rurales.

El concepto de “popular”, dice el MST, busca identificar la ruptura con una reforma agraria clásica “que se da en el marco de la lucha de resistencia en contra del avance del modelo de agricultura capitalista y como forma de reinsertar a la Reforma Agraria en la agenda de lucha de los trabajadores”.

Los nuevos desafíos que se plantea el MST pueden ser resumidos en los siguientes puntos:

a) La reforma agraria popular debe resolver los problemas concretos de toda la población que vive en el campo

b) La reforma agraria tiene como base la democratización de la tierra, pero busca producir alimentos saludables para toda la población

c) La acumulación de fuerzas para ese tipo de reforma agraria depende ahora de una alianza consolidada de los campesinos con todos los trabajadores urbanos. Solos, los sin tierra no lograrán la reforma agraria popular

d) Esta última representa una acumulación de fuerzas para los campesinos y toda la clase trabajadora en la construcción de una nueva sociedad

8 de Marzo- Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras – Comunicado La VíaCampesina

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la Vía Campesina reafirma  su  lucha anticapitalista y antipatriarcal, expresando  nuestra firme decisión de luchar, tomar las calles y movilizarnos por una nueva visión del mundo, construida sobre los principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y de libertad, librando batallas por llevar adelante una lucha conjunta con las mujeres trabajadoras del campo y  de la ciudad.
La primera convocatoria de celebración del Día Internacional de la Mujer trabajadora tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines en los que se reivindicaba para las mujeres el derecho a voto, derecho a ocupar cargos públicos, derecho al trabajo y a la no discriminación laboral.

Apenas algunos días después, 25 de marzo, más de 140 trabajadoras, inmigrantes en su mayoría, murieron en el incendio de una fábrica textil en Nueva York. Este suceso repercutió enormemente en la legislación laboral de Estados Unidos, y también en las celebraciones posteriores por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, haciendo referencia a las condiciones laborales que condujeron al trágico suceso.

Desde entonces hasta ahora, las mujeres permanecemos en lucha por la reivindicación de  nuestros derechos. La sociedad actual, capitalista y patriarcal, sustentada en la diferencia y la explotación, no sólo de los recursos naturales, de la tierra, sino también del propio género humano, fundamentando su riqueza y desarrollo en la desigualdad que se hace por tanto necesaria. En ese contexto, las mujeres del medio rural, jornaleras, campesinas, indígenas, nos encontramos, en un estamento aún inferior por el mero hecho de ser mujer. Doblemente explotadas, doblemente sometidas.

La violencia sobre las mujeres, política, económica, sexual, física o psicológica, está omnipresente en nuestras sociedades. Un estudio reciente en Europa demostró que un tercio de las mujeres europeas ha encontrado violencia de género. También los recortes en la seguridad social que afecten más a las mujeres y cambios de leyes reproductivos regresivos constituyen una expresión de violencia sobre las mujeres.

Nosotras, mujeres luchamos por cambiar nuestras sociedades y pedimos reparación y la abolición de todas las prácticas sexistas. Un ejemplo constituye la lucha en Asia por la reparación y el reconocimiento de los crímenes cometidos por el ejército japonés en la Segunda Guerra Mundial cuando las mujeres fueron forzadas de manera sistemática a trabajar como esclavas sexuales. Hoy en día, la violación organizada es una de las expresiones más horribles de la violencia sobre las mujeres. Como La Vía Campesina reforzaremos nuestra campaña de BASTA de Violencia contra las mujeres.

Nuestra lucha y acción por la Soberanía Alimentaria nos ha brindado a las mujeres del campo la  oportunidad de  hacer visible nuestra  participación histórica  en el  desarrollo de los sistema alimentarios en el mundo y el papel que hemos jugado desde la invención de la agricultura, en la recolección y propagación de las semillas, en la protección y resguardo de la biodiversidad y de los recursos genéticos, situándonos a la vez como uno de los principales pilares afectivo, ético y social.

Las mujeres campesinas, jornaleras, indígenas, del campo, del medio rural seguiremos luchando por la defensa de la naturaleza, de la madre Tierra, de la alimentación, la soberanía alimentaria, contra la explotación y la violencia en todos los niveles y expresiones, las multinacionales, transnacionales, y en definitiva en contra de un sistema explotador y depredador de sí mismo.

Las mujeres y los hombres de la Vía Campesina reivindicamos la construcción de espacios para el debate, el intercambio, donde construir herramientas válidas por un mundo diverso y plural. Son  herramientas para promover la toma de conciencia en las comunidades frente a las visiones políticas y culturales que impiden  avanzar en la igualdad de género.

Las campesinas organizadas estamos convencidas que no hay  posibilidad de retroceder en los avances y triunfos, menos en las conciencias de las mujeres. Continuamos la lucha por la “soberanía de la tierra, del territorio y  del cuerpo”, diciendo  NO a cualquier  expresión de violencia contra las mujeres.

Reivindicamos la igualdad en derechos, el respeto a la diversidad cultural, de género y étnica, la justicia social para los seres humanos, y el derecho inalienable a vivir en dignidad. Nos comprometemos a profundizar  y expandir nuestro proceso de construcción colectiva de una propuesta política para construir las bases del “Feminismo Campesino y Popular”.

 

Vean También:

Manifiesto de las Mujeres de la Vía Campesina

Mujeres de La Vía Campesina: Creando y ocupando los espacios a los que tenemos derecho

Comunicado de las mujeres de la Coordinadora Europea Via Campesina en el 8 de Marzo de 2014

Vídeo: Mujeres Campesinas, Sembradoras de Luchas y Esperanzas!

Postales y audios: Basta de Violencia contra las Mujeres

 

8 de marzo. Mujer campesina: besa la tierra y vuela

por Malu Egiluz para la revista Baserri Bizia

En la vida me han sorprendido grandes mujeres pero las que me he encontrado pegadas a la tierra son las que más me emocionan. Recuerdo a las aldeanas de mi barrio -Josepa, Juli, Kasinta…- que ejercían de amamas dando el sentir comunitario a la aldea. ¡Que tardes aquellas!! Sembrando maíz, pasando la trapa, empolvadas en tierra al calor del sol… criándonos al runrún de los viejos cuentos y los talos rellenos de miel. Estas mujeres campesinas me regalaron una forma de construir el universo del que nunca más me pude desprender.

Es verdad que de joven no lo percibí claro. Y es que una cuando es muy joven más que encontrar busca. Y allí me fui al mundo a encontrar. Canté con violencia a Violeta Parra y leí con alivio a la Beauvoir. Aprendí, tropecé y caminé con y sin rumbo. Volaba pero no sabía aterrizar. Viajaba buscando algo que no supe hasta más tarde lo que era pero donde iba recogía semillas de cada lugar. Cuando observaba a las indígenas guatemaltecas de coloridos huipiles revolver la tierra siempre volvía al olor del principio… cuando en San Cristóbal de las Casas las vi armadas con azadas… cuando volví a Arratia y encontré la tierra de aquellas mujeres abandonada. Sentí a la mujer tierra.

Presentí el amanecer de la agricultura. Vi claramente el nacer de un espacio vital, libre y sincero. Las mujeres, la tierra y la soberanía alimentaria nacieron para hacer crecer la cosmogonía de la madretierra. Origen de la Vía Campesina que me ha hecho disfrutar del ideario de las labriegas de todo el mundo.

Sin los bucolismos de postal donde el sistema nos quiere a las mujeres campesinas, miramos a lo más profundo de nuestras entrañas para transmitir que nos encanta lo que hacemos, que somos felices con nuestros puerros, cerdos y gallinas, que luchamos con el feminismo para pasar de ser “objetos” a “sujetos” en un cambio radical en las formas de concebir la agricultura y el mundo.

Un espacio social que no busca al enemigo externo sino que el “enemigo” lo sitúa en nuestras propias iniciativas y formas de actuar. Y ahora que diferentes agentes sociales trabajan en ese acuerdo de mínimos o de resistencia para desobedecer a este sistema injusto con los Compromisos del buen vivir, yo me comprometo con la tierra –huerta- con mi Tierra –Euskal Herria- y con la Tierra -planeta.

Volví a mi espacio vital. Volví para reciclarme, para salir de los complejos de la sociedad de consumo. Para reivindicarme que soy aldeana. Campesina. Volví con un niño en brazos, volví a disfrutar del río y del fino viento que llega de peña Lekanda, viento libre que pregona este 8 de marzo que las mujeres campesinas amamos la tierra y volamos.

«El capital estáimponiendo el agronegocio como la única forma de producir»

Autor: Joana Tavares / http://www.lahaine.org/index.php?p=75246

Brasil nunca tuvo un programa de reforma agraria que en realidad se propusiera democratizar el acceso a la tierra y entregar la tierra a los campesinos pobres. Así sintetiza la situación actual del campo João Pedro Stedile, integrante de la dirección nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Según Stedile, de acuerdo con la correlación de fuerzas, “a veces avanzamos y conseguimos asentamientos y en otros períodos el capital avanza e impide que hayan expropiaciones. Y esta es la situación actual”.


Frente a este escenario, del 10 al 14 de febrero, más de 15.000 militantes del MST se reunirán en su Sexto Congreso, en Brasilia. Tras ??30 años de fundación del MST, la configuración del campo de Brasil apunta a la agudización de las contradicciones sociales que se acumulan como una deuda histórica.

“Ante esta situación adversa, los últimos dos años nos pasamos debatiendo con nuestra base, nuestra militancia y construimos la idea de la necesidad de un programa de reforma agraria popular”, dice Stédile. En este programa se incluyó la necesidad de hacer amplias expropiaciones de los latifundios más grandes, empezando por las empresas extranjeras, agrega el dirigente. En esta entrevista, Stédile habla sobre la situación actual de la reforma agraria y sobre los principales desafíos que la clase trabajadora tiene en este año. “A pesar de los avances que hubo en los últimos diez años en relación con el neoliberalismo, los trabajadores aún enfrentan graves problemas, que afectan también a la juventud”, afirma. Él cree que las movilizaciones, a más de ser bienvenidas, son necesarias para seguir cambiando el país.

Brasil de Fato: ¿Cuál es la situación de la reforma agraria en el país actualmente?

João Pedro Stedile.- Brasil en realidad nunca tuvo un programa de reforma agraria que se propusiera democratizar el acceso a la tierra y entregar la tierra a los pobres del campo. Entonces, de acuerdo con la correlación de fuerzas, a veces avanzamos y conseguimos asentamientos y en otros períodos el capital avanza e impide que haya expropiaciones. Y esta es la situación actual. No tenemos reforma agraria, e incluso los procesos de conquista de nuevos asentamientos, están paralizados. Y eso se debe a que hay una especulación en los precios de los commodities agrícolas, que incrementó el lucro de los hacendados y disparó el precio de la tierra a las nubes. El capital está imponiendo el agronegocio como la única forma de producir. Y se completa con el gobierno de Dilma, que está hegemonizado por el agronegocio. Aquellos que defienden la reforma agraria en el gobierno son una minoría. Y lo que es peor, hay una incompetencia administrativa del INCRA impresionante, que no puede resolver los problemas mínimos, incluso de los que ya están asentados.

– ¿Cómo impactarían los cambios proyectados por el MST en el campo en las personas que viven en las ciudades?

Ante esta situación adversa, los últimos dos años nos pasamos debatiendo con nuestra base, nuestra militancia y construimos la idea de la necesidad de un programa de reforma agraria popular. Que represente cambios necesarios para todas las personas y no sólo para los campesinos sin tierra. Y en nuestro programa pusimos la necesidad de hacer amplias expropiaciones de los latifundios más grandes, empezando por las empresas extranjeras. Tenemos que dar prioridad a la producción de alimentos. Necesitamos producir sin agrotóxicos para que la gente de la ciudad tenga salud. Tenemos que adoptar la agroecología como una nueva matriz de producción en equilibrio con la naturaleza. Tenemos que instalar agro industrias en forma cooperativa, para dar empleo a la juventud rural, detener el éxodo y distribuir la renta. Y por último tenemos que democratizar el acceso a la escuela en todos los niveles. Esta es, en esencia, nuestra propuesta de reforma agraria.

– Recientemente estuvo en la Academia Pontificia de las Ciencias, en el Vaticano, invitado por el Papa Francisco para discutir el problema del hambre mundial. ¿Qué impresiones tiene de ese encuentro?

Causó sorpresa a todos, pues por primera vez el Vaticano convocó a dos movimientos sociales: al MST y al movimiento de cartoneros (recolectores de materiales reciclables) de Argentina, para debatir con los obispos, intelectuales y científicos que forman parte de la Academia, cual es la causa para que haya pobres, excluidos y tantos problemas económicos. Expusimos nuestros puntos de vista sobre el estado actual del capitalismo financiero e internacional, que está dominando el mundo y es el principal responsable. Las 300 mayores empresas del mundo controlan el 60 % de toda la riqueza. El uno por ciento de los ricos controla la mitad de toda la riqueza de la humanidad. Sin combatir este sistema, no vamos a tener una sociedad más igualitaria, más justa y democrática. El seminario tendrá ahora ciertamente otros seguimientos, con otras reuniones convocadas por el Papa Francisco, que a todos nos está sorprendiendo.

– El MST fue el principal movimiento social en Brasil en las últimas décadas. Ahora surge la juventud como el principal actor social ¿Cuál es su opinión acerca de los actuales movimientos de la juventud?

Las movilizaciones de la juventud, en cualquier sociedad, son siempre una especie de termómetro que indica la temperatura de la indignación de toda la sociedad. Y aquí no fue diferente. A pesar de los avances de los últimos diez años en relación con el neoliberalismo, los trabajadores todavía enfrentan serios problemas, que también afectan a la juventud. Y la juventud se tomó la calle para decir, en nombre de todos nosotros, que necesitamos cambios sociales. Cambios en el régimen político, que no representa a nadie. Cambios en la política económica. Y más. El Estado y el poder público atendiendo las necesidades del pueblo en materia de salud, educación y transporte público de calidad.

– ¿Está pensando el MST dialogar o articularse con esa juventud?

En todas las movilizaciones, buscamos participar con nuestra militancia, a pesar de que nuestra base social está lejos de las capitales. Seguimos alentando a que la juventud se organice y se movilice. Y al mismo tiempo, contribuimos a la construcción de plenarias estaduales y nacionales de todos los movimientos sociales, que incluyan a todos los sectores, desde el movimiento sindical hasta las pastorales, para discutir el rumbo del país y la necesidad de la reforma política.

– ¿Cree usted que las movilizaciones de junio protagonizadas por esos jóvenes fueron una sorpresa por la magnitud e impacto que tuvieron?

Fueron sorpresa por la forma y rapidez que sucedieron. Pero todos los militantes sociales sabían que los problemas que el pueblo está enfrentando en las grandes ciudades estaban aumentando y latentes. La situación del transporte público es uno de ellos, se pierde horas en el tráfico y es caro. Mientras el gobierno exonera el IPI (Impuesto a los Productos Industrializados)y fomenta el transporte individual, que las multinacionales automovilísticas agradecen. El servicio de salud pública es una vergüenza. Y eso que por lo menos desbloqueó el Programa Más Médicos, que es una buena cosa. Y en la educación, tenemos problemas serios, desde elevadas tasas de analfabetismo, que afectan a 18 millones de trabajadores adultos, hasta el hecho de que el 88 % de la juventud en edad universitaria, no puede entrar a la universidad. Por otro lado, la política institucional en Brasil ha sido secuestrada por contribuyentes de campaña, que transforman las elecciones en rehenes del capital. Y el pueblo, la juventud, ya no se sienten representados en los parlamentarios, en el sistema político. Así que días más, días menos, esos problemas aparecerían. Y aparecieron en el mejor lugar posible: ¡en las calles! Que es el mejor lugar para que la juventud practique la democracia.

– ¿Cuál es el balance de las movilizaciones de junio para la lucha política en el país?

En términos de conquistas reales, el balance todavía es pequeño, porque solo pudieron parar el aumento de las tarifas. Pero el saldo político es fantástico. Volvió a colocar la política en las calles. Volvió a colocar el debate de los cambios necesarios. Y puso en agenda la necesidad de la reforma política y de la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Y el proceso está aún en curso y tiende a aumentar.

– En el balance de 2013, los movimientos constataron algunos reveses en la política económica nacional. ¿Cuál fue la razón de ese retroceso?

La política económica del gobierno federal es uno de los ejes centrales de la lucha de clases de la sociedad brasileña. Porque es a través de ella que las clases dividen la riqueza producida todos los días por los trabajadores. Y hay una presión permanente de los bancos y las grandes empresas para devorar los recursos públicos, en la forma de intereses. En la forma de los préstamos del BNDES, en la forma de enmiendas parlamentarias, en la forma de exención de impuestos. Y del lado de los trabajadores, tenemos que luchar porque estos recursos, que son públicos, que son de todo el pueblo, se destinen preferentemente a las inversiones en educación, salud, reforma agraria, y el transporte público en las principales ciudades. Y en esta lucha, creo que en 2013, la clase obrera salió perdiendo. Los bancos engulleron 280 mil millones de reales del tesoro en intereses. El Banco Central, dominado por los bancos, aumentó la tasa de interés. El ciudadano común, el comercio y la industria pagan tasas de interés que van del 40% al 144 % por año. Esto es una afrenta. Y el gobierno se quedó administrando, sin valor ni fuerza para detener el poder económico, porque parte del gobierno está impregnado por estos intereses.

– La derecha y la izquierda están apostando a que las movilizaciones retornen durante la Copa del Mundo ¿Hay el riesgo de que las movilizaciones, que son un signo de la voluntad de cambio, apoyen a las fuerzas conservadoras? ¿Esto puede ser usado en el juego electoral?

Las movilizaciones masivas siempre ayudan a impulsar el debate político en la sociedad. La derecha brasileña no tiene ninguna base social, ni discurso ni propuesta para movilizar a millones de personas. Porque sería movilizar contra los intereses del pueblo. Las movilizaciones, a más de bienvenidas, son necesarias para seguir cambiando el país, para tener más Estado al servicio del pueblo. Más recursos para la educación, la salud. Los que tienen miedo del pueblo es porque se encuentran lejos de sus intereses. Ningún cambio social ha ocurrido en la historia de la humanidad, sin que haya habido movilización popular. Ningún cambio se produjo por la “voluntad generosa” de algún gobernante o gurú. En cuanto al calendario, me inclino porque las movilizaciones de calle comiencen después, pues en el período de realización de la Copa van a crear confusión en la cabeza de la gente que quiere ver la Copa del Mundo, y pueden limitar las movilizaciones como si solo fuesen protestas por el dinero gastado en las obras. El dinero que se gastó en estadios, unos 8 mil millones de dólares, por supuesto que pudo ser mejor invertido, sin embargo, representa apenas dos semanas del volumen de recursos que el gobierno pasa a los bancos. Así que, cada dos semanas tenemos una Copa del tesoro nacional para los bancos. Y estos son nuestros principales enemigos, que tenemos que denunciarlos y derrotarlos, dentro y fuera del gobierno.

– ¿Qué esperar de las elecciones de 2014?

Personalmente, creo que no vamos a tener grandes cambios. Ni en los electos ni en las propuestas que los electos defienden. Por lo tanto, los cambios reales ya no dependen del calendario electoral, dependerán de la capacidad de la clase trabajadora para construir un programa unitario que incorpore las medidas que la sociedad necesita para poder resolver los problemas cotidianos del pueblo.

– ¿El MST y otros movimientos sociales pretenden lanzar alguna bandera política y llevar a cabo movilizaciones en este año?

Ya están situadas en la calle, desde la segunda mitad del año pasado. Participamos en un amplio frente popular, que incluye a la CNBB, OAB, ABI, la CUT y los movimientos populares, para juntos luchar por la reforma política. Una reforma política que cambie las reglas del juego, devuelva al pueblo el derecho de elegir a sus verdaderos representantes, cambie la correlación de fuerzas en la sociedad y abra las puertas para que se ejecuten otras reformas necesarias: la reforma urbana, la reforma agraria, la reforma educativa, garantizando el 10% del PIB para la educación, la ampliación de recursos para la salud, y el control de las tasas de interés y el superávit primario.

– ¿A qué otras reivindicaciones principales apostaría para el 2014?

Este es el salto político que nosotros, los movimientos populares, tenemos que dar. A más de las agendas específicas de reivindicaciones, que cada sector social continuará impulsando para satisfacer las necesidades de su base, ahora es fundamental construir una unidad programática en torno a los temas políticos. Unidad para hacer una gran minga nacional y hacer trabajo de base para discutir con la gente qué cambios políticos queremos. Y a partir de ese debate, organizar un Plebiscito Popular en la semana del 7 de septiembre, para que la gente vote sobre la posibilidad de convocar o no a una Asamblea Constituyente, elegida de manera soberana, bajo otras reglas, y exclusiva para llevar a cabo la reforma política del país. Espero que podamos movilizar a millones de brasileños en esta misión, y así unir fuerzas para presionar a los tres poderes de la República para convocar a la Asamblea Constituyente en 2015.

Brasil: lucha contra hegemonía creciente del agronegocio

El 6° congreso del movimiento de los sin tierras en Brasilia: Brasil: Una lucha contra la hegemonía creciente del agronegocio

François Houtart

ALAI AMLATINA, 26/02/2014.- Del 10 al 14 de febrero se reunieron en Brasilia 15.000 campesinos para celebrar 30 años de lucha. El lema era: Una Reforma agraria popular.


1. El contexto

De hecho, la situación es intolerable: en 2010, 175 millones de ha. improductivas (por especulación) y casi 4 millones de familias campesinas sin tierra; una constitución inaplicada y una ley agraria casi sin efecto; 2013 ha. sido el peor año: 100 unidades repartidas y 5.000 familias reubicadas, cuando cerca de 100,000 esperan en campamentos del MST una asignación de tierras[1].

No se trata solamente de una lucha contra los latifundistas tradicionales, sino también contra las transnacionales del agronegocio (30 millones de ha. compradas en los 20 últimos años) y el capital financiero. Desde los 90, el modelo se transformó en agro-exportador, basado sobre monocultivos. En los últimos 20 años, la producción de alimentos disminuyó de 20 a 35 %, cuando la caña de azúcar aumentaba de 122 % (para el etanol) y el precio de los alimentos subió; el Mato Groso, gran productor de soja transgénica, importa el 90 % de la alimentación de otros estados; 6 millones de personas fueron desplazadas (700,000 en el estado de São Paulo); se utiliza la mayor proporción mundial de tóxicos (5 kg por habitante); en 2013 se importaron 16 millones de toneladas de fertilizantes; en el mismo año se exportaron 18 millones de toneladas de maíz a los EEUU (para el etanol). Entre 2003 y 2010, las grandes propiedades pasaron de 95 a 127,000 y su superficie de 182 millones a 265 millones de ha.

No hubo en Brasil una reforma agraria “clásica”, promovida por la burguesía industrial (como en Corea del Sur, p.ej.) por el origen externo del capital. Se pasó directamente del latifundio al agronegocio exportador con superexplotación de los campesinos. Los efectos (externalidades) se traducen en la destrucción ambiental (especialmente la Amazonia), la supresión de empleos y la migración rural. Esta “modernización conservadora” se realiza bajo el liderazgo de un grupo de 450,000 empresas que poseen 300 millones de ha. y controlan la producción de commodities, frente a 4,2 millones de obreros rurales, 4,8 millones de pequeños campesinos (produciendo 70 % de la alimentación) y 3,8 millones sin tierras. Cuando 15,000 campesinos cantan la Internacional en el gimnasio de Brasilia, esto significa que la lucha de clases no es un concepto obsoleto.

Las reformas de Lula permitieron a millones de pobres salir de la miseria. Pueden comer gracias a los subsidios del Estado. El Gobierno PT de Dilma, en coalición con partidos conservadores, sufre las presiones de los “ruralistas” con alto poder político y apoyo de los media. El agronegocio prevalece en la política agraria. En estas circunstancias ¿cómo definir una estrategia? Es el desafío del MST.

2. Las estrategias

La estrategia del MST se adaptó en función del contexto socioeconómico del país y de su coyuntura política. Desde su fundación, en 1984, el movimiento se fijó como objetivo una nueva repartición de las tierras. La estrategia consistió en preparar grupos de campesinos sin tierra para ocupar propiedades vacías de grandes terratenientes. Se les reunía en asentamientos, viviendo bajo tiendas de plástico, organizados por grupos de 12 familias, administrando colectivamente servicios comunes, las escuelas primarias y los centros de salud. La solidaridad nacional e internacional los ayudaba. Esta situación podía durar meses. En el momento adecuado, tomaban posesión de las tierras, para organizar la producción agrícola en cooperativas y construir sus casas.

El origen cristiano de varios de los líderes influyó la orientación del movimiento, como lo recordó en el Congreso una religiosa francesa cercana del MST desde su inicio. La Comisión de la Pastoral de la Tierra de la Conferencia Episcopal acompañó sus luchas. Sin embargo, el MST siempre afirmó su autonomía. Con la introducción del capitalismo agrario, su análisis en términos de clases se profundizó y el aporte del pensamiento marxista fue importante en la formación de los líderes.

Durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, el modelo neoliberal se profundizó. Cuando el MST recibió el premio Rey Balduino[2] en 2001, el gobierno acusó a Bélgica de financiar un movimiento terrorista. El príncipe Felipe (actual Rey), que tenía que presidir una misión económica en Brasil, fue declarado persona non grata. El MST apoyó la constitución del PT que, en 2002, permitió la elección de Lula. La lucha contra el hambre desembocó en políticas sociales de ayuda (menos de 5 % de la renta nacional), pero no en una transformación de las estructuras sociales del campo. Al contrario, el modelo agro-exportador se acentuó con el aumento del capital externo, el desarrollo de multinacionales brasileñas y la expansión del capital financiero (en 8 años, el pago de los intereses de la deuda interna a los bancos fue de 320,000 millones de USD aproximadamente). Lula realizó el “consenso brasileño” gracias a esta política.

Con Dilma (2010), el modelo agro-exportador se reforzó. Leyes laborales y ambientales más favorables a la “agricultura moderna” fueron votadas y la reforma agraria casi bloqueada. Se siguieron los pagos de la deuda externa. Durante tres años la Presidenta no recibió el MST, que en la víspera del Congreso, envió una carta con 10 propuestas. La presidenta acordó una audiencia, donde dos de las propuestas fueron aceptadas: una aceleración de programas existentes de establecimiento familiar sobre tierras recuperadas (para 36,000 de los 100,000 en espera) y de formación técnica. La decepción fue evidente. En un momento donde varios indicadores económicos manifiestan la fragilidad del modelo brasileño y, por ende, del consenso social, eso podría significar un peligro político para el gobierno.

3. El futuro de las luchas

Para el MST, está claro que no se trata solamente trasformar la situación agraria. Frente a 24 millones de jóvenes sin empleo, a 14 millones de trabajadores analfabetos, a la degradación rápida de la naturaleza, es una lucha contra un modelo que ha llegado a sus límites. No basta cambiar las reglas. Es una lucha de clases, que no puede contentarse con eliminar la pobreza, sino la desigualdad; y que en el campo no se limita a una reforma agraria clásica, sino que incluye el fin de los monopolios de las semillas, la reconstrucción de la biodiversidad, la regulación del agua y la reforestación. Desde el exterior, el capital internacional domina el modelo agroexportador y la explotación minera; en el interior, la burguesía controla el banco central y el aparato judicial. Es por ante esto que se necesita una alianza entre todas las fuerzas para actuar contra la hegemonía del capital.

Al principio, el MST tenía bastante esperanza en la acción política del PT. Sin embargo, la decepción fue cada día más grande, y no solamente porque el partido ha tenido que gobernar en alianzas. El apoyo crítico se transformó en ataques frontales. El movimiento se encontraba en una situación ambigua: por una parte, no existía alternativas políticas inmediatas y por otra parte, la mayoría de sus miembros apoyaban a Lula y a Dilma, en función de los programas de lucha contra la pobreza. El MST decidió aprovechar todos los espacios de acción, fuera o dentro del gobierno, y afirmó su autonomía en el campo político.

Se preparó un programa detallado. En su núcleo, una agricultura ecológica y familiar, con la democratización de la tierra, nuevas matrices tecnológicas, soberanía de las semillas y relaciones con la industria. Luego, una racionalización del uso de los recursos naturales, del agua, de la energía, de las infraestructuras. Después, creación de condiciones dignas de trabajo y de vida y desarrollos educacionales y culturales a diferentes niveles. Finalmente, cambios de la estructura del estado y en particular de los organismos para la agricultura. Semejante programa no es socialista (se prevé, por ejemplo, una compensación financiera para las tierras expropiadas) porque, dice el MST, las condiciones de tal pasaje no existen todavía y se debe preparar con más tiempo.

Desde un punto de vista práctico, eso significa retomar las ocupaciones de tierras, como se hizo desde junio de 2013, a pesar de la preparación de una ley, calificando de terrorismo el cierre de carreteras y de calles.[3] Un segundo elemento es la presión sobre el Gobierno, para obtener medidas concretas y cambios institucionales. De ahí, la carta a la presidenta Dilma y sus 10 puntos concretizando el programa. La alianza con otras fuerzas de resistencia constituye el tercer aspecto de la estrategia, no solamente con los otros movimientos campesinos y con los sindicatos obreros, sino también con las nuevas protestas urbanas. Finalmente, la formación de los miembros y de los líderes es el último pilar de la estrategia del futuro.

– François Houtart es Profesor en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito (Ecuador).

Notas:
[1] Las cifras del artículo provienen de: El Programa del MST, septiembre 2013.
[2] Premio bisanual para iniciativas de desarrollo en el Sur.
[3] En previsión a la copa del mundo.

URL de este artículo: http://alainet.org/active/71631

Documentos Relacionados:
– Sexto Congreso Sin Tierra: Reinventar en movimiento – Zibechi Raúl – http://alainet.org/active/71510 [2014-02-21]
– Tierra y alimentos sanos: una lucha para todos – Ribeiro Silvia – http://alainet.org/active/71544 [2014-02-23]
– El MST en sus 30 años – Sader Emir – http://alainet.org/active/71372 [2014-02-17]

Balanço do VI congresso do MST na reportagem da Midia Ninga. 10 a 14 de fev 14 Brasilia

https://medium.com/p/a02e6d9b64dd/

São 30 anos de lutas, vitórias, avanços, retrocessos, polêmicas, e sobretudo resistência, amor pela Terra. As cicatrizes provocadas pela criminalização midiática, o forte investimento estatal no agronegócio e tantas outras dificuldades enfrentadas ao longo de sua caminhada fazem do Movimento dos Trabalhadores Sem Terra cada vez mais consciente do seu tempo. É inspiradora a sua capacidade de mobilização para garantir a luta pela democracia de fato. A incorporação de outras pautas de lutas, tendo a Reforma Agrária como a mais urgente e necessária de todas, reflete como o movimento vem se ressignificando ano após ano.

Assista o vídeo da transmissão da Mística de abertura do congresso.

 

A Mídia NINJA participou deste momento histórico. Veja agora o compilado de 5 dias intensos em Brasília (DF) registrados pela equipe NINJA e ainda os relatos de Oliver Kornblihtt, fotógrafo argentino que veio em missão acompanhar o congresso.

#SomosTodosSemTerra

https://medium.com/p/a02e6d9b64dd/

MST e o novo ciclo de lutas

"O Brasil assiste sinais de gestação no último ano de um novo ciclo de lutas sociais, que intriga, assusta e empolga diversos setores da sociedade. As manifestações que explodiram em junho, mas continuaram com uma intensidade menor no período posterior, abriram um debate sobre o sentido desses protestos, os limites das formas de organização, o uso das táticas de depredação e a violência", escreve Igor Felippe Santos, jornalista, em artigo publicado por Carta Maior, 18-02-2014.

Eis o artigo.

A perspectiva de novas manifestações de massa neste ano também gera dúvidas sobre protestar ou não durante aCopa do Mundo e o impacto nas eleições, tendo como pano de fundo quem ganha ou perde com esse quadro. Para alguns, esses protestos criam um clima de caos social que prejudica o projeto político em curso e beneficia a oposição de direita; para outros, as manifestações são o motor para o aprofundamentos das mudanças sociais, destravando os limites da coalizão em torno do PT e levando a cabo as reformas estruturais.

Essas questões são relativamente novas no país, porque desde o final da década de 70 a esquerda tem hegemonia (mesmo sem ter exclusividade) nas manifestações; enquanto a direita usou o Estado e o poder econômico para fazer política e defender seus interesses. Em junho, cada metro quadrado das manifestações foi alvo de disputa entre diversos segmentos da direita e da esquerda, que sem unidade política e ideológica abriu "uma avenida" para o avanço dos setores conservadores.

A esquerda passa por um momento novo nos últimos 12 anos, com a chegada do PT à Presidência da República. O principal partido de esquerda do país venceu três eleições consecutivas para o governo federal, com sustentação em uma ampla coalizão de forças políticas de direita, centro e esquerda e frações de classes da burguesia e dos trabalhadores. A caminhada para o PT alcançar a Presidência começou em 1989, quando Luiz Inácio Lula da Silvaperdeu para Fernando Collor no 2º turno eleitoral. O desfecho dessa eleição foi a derrota do projeto político forjado no processo de lutas da década de 80, que deram origem ao PT, à CUT e ao MST.

Além disso, a derrota das forças sociais que emergiram nos anos 80 no Brasil, paralelamente à queda do Muro de Berlim e ao fim da URSS, abriu margem para a ofensiva global do capital e à implementação do neoliberalismo.

As políticas neoliberais operaram para o enfraquecimento do Estado, as privatizações das empresas estatais, a abertura econômica para o capital financeiro e a flexibilização da legislação trabalhista. Uma das consequências dessas medidas políticas e econômicas foi o enfraquecimento do movimento sindical, com as perdas de direitos e o desemprego, debilitando o principal ator das lutas sociais da década de 80. Ao mesmo tempo, partidos de esquerda, especialmente o PT, ganharam eleições para câmaras, assembleias, prefeituras e governos estaduais. Assim, a luta eleitoral passou a ditar o ritmo das ações do partido e de diversos setores da esquerda.

Nesse quadro, o MST ganhou força e se transformou na principal expressão de luta social, a partir da segunda metade da década de 90. As ocupações de terra, as grandes marchas e a reação violenta do Estado e do latifúndio chamaram atenção da sociedade para a luta dos sem-terra. O Massacre de Eldorado dos Carajás em 17 de abril de 1996, a grande marcha a Brasília no ano posterior, as ocupações de terra no Pontal do Paranapanema, a ocupação da fazenda do presidente Fernando Henrique Cardoso, entre outros acontecimentos, fizeram do MST a principal força social de resistência ao neoliberalismo no país.

Com a chegada de Lula à presidência da República, o PT sofreu o desgaste de gerenciar o governo. Já a CUT passou a sofrer acusações de se submeter aos companheiros que estavam na administração pública. O MST aproveitou as melhores condições de luta, com a multiplicação de acampamentos com a expectativa criada pela eleição do torneiro mecânico, para fazer ocupações de terra por todo o país. Em 2005, o movimento realizou uma grande marcha de Goiânia a Brasília, quando 12 mil trabalhadores rurais marcharam mais de 200 quilômetros durante 17 dias.

No ano seguinte, fez um protesto com 2 mil mulheres na sede da empresa Aracruz Celulosa, no Rio Grande do Sul, para denunciar os impactos sociais e ambientais das florestas industriais de eucalipto.

Com essa ação, o movimento intensificou um processo de lutas contra o agronegócio, caracterizado como a aliança dos fazendeiros capitalistas com empresas transnacionais e o capital financeiro, paralelamente às ocupações de latifúndios improdutivos. Mesmo sob o governo Lula, o movimento continuou fazendo lutas pela Reforma Agrária e enfrentamentos contra o agronegócio, que desagradavam a coalizão de forças em torno do PT. No entanto, sempre que o projeto em curso esteve sob pressão da direita, o movimento agiu de forma responsável, denunciando o que estava em jogo. Assim, manteve autoridade política e se tornou referência ideológica de setores progressistas dos movimentos populares, do operariado, da juventude e da intelectualidade.

Em 2007, o 5º Congresso Nacional do MST apresentou a proposta de Reforma Agrária Popular, que atualiza o programa agrário do movimento, levando em consideração as mudanças na agricultura com a ofensiva do agronegócio. O governo Lula manteve uma política tímida de desapropriação de terras e criação de assentamentos, que foi perdendo fôlego no final do segundo mandato. Com a lentidão do governo, muitas famílias acampadas perderam a esperança de conquistar a terra e desanimaram de permanecer nos acampamentos. Além disso, o crescimento mediano da economia, que aqueceu o mercado de trabalho, abrindo vagas de empregos, criou uma alternativa temporária para as famílias que viviam nos acampamentos.

Dessa forma, diminuiu a intensidade das lutas dos acampados, com a queda no número de ocupações, e aumentou a dificuldade para organizar novos acampamentos. Com isso, o movimento passou a sofrer críticas de setores de extrema-esquerda e de direita de que teria abandonado a luta e de ser cooptado pelo governo. Nesse quadro, o movimento aprofundou o debate sobre a Reforma Agrária Popular, que mantém a perspectiva de organizar acampamentos e ocupar terras, mas agrega a necessidade de organizar os assentamentos, viabilizando a produção por meio de cooperativas e implementação de agroindústrias. Além disso, coloca a demanda de garantir educação à população do meio rural e desenvolver uma nova matriz tecnológica com base na agroecologia.

Ao mesmo tempo, o movimento desenvolveu uma formulação para compreender o caráter do Estado brasileiro (com seus diversos instrumentos para garantir os interesses da classe dominante) e do governo Lula/Dilma (formado por uma composição de forças em torno do projeto do neodesenvolvimentismo). Assim, o MST chegou aos 30 anos e realizou o seu 6º Congresso Nacional de forma madura, mantendo a perspectiva de ocupar latifúndios, mas colocando a necessidade de organizar os assentamentos para lutar por mudanças que viabilizem o desenvolvimento do meio rural.

A grande marcha com 15 mil pessoas e três quilômetros de bandeiras vermelhas realizada pelo MST na semana passada, que terminou com protestos simultâneos no STF e no Palácio do Planalto, demonstra a linha do movimento, de enfrentar os setores conservadores que controlam o Judiciário e pressionar o governo de coalizão de forças que impede as mudanças estruturais. A retomada da luta de um movimento que mantém a referência nos movimentos sociais tradicionais e o respeito da juventude em luta no último período pode cumprir um papel pedagógico, respondendo na prática algumas questões e dúvidas colocadas com os protestos realizados nos últimos meses nos centros urbanos, e contribuir na consolidação do novo ciclos de lutas que virá no próximo período.

Trajetória, lutas e conquistas do MST recolocam a importância de ter uma organização para (1) fazer as mobilizações, pressionar os governos e enfrentar as ofensivas da direita, do Estado e do capital, (2) manter o sentido político das lutas, evitando manipulações dos setores conservadores, (3) não se submeter nem ignorar as contradições do governo federal e, inclusive, (4) garantir a segurança dos manifestantes em momentos de conflitos nas mobilizações (sem a necessidade de qualquer bloco negro que atue de forma descolada). Assim, o novo ciclo de luta social poderá levar a cabo suas demandas, sem abrir margem para retrocessos nem ficar no imobilismo dos acomodados com a coalizão governamental, contribuindo na construção de um projeto político de reformas estruturais na sociedade.

 

Pequenos agricultores sofrem pressão para abandonar terra, diz pesquisadora

Os pequenos agricultores e as comunidades tradicionais brasileiras sofrem constante pressão para abandonar a terra. Isso ocorre porque ela é um bem valioso, disputado com o agronegócio e seus interesses, e ainda, em razão de dificuldades econômicas e falta de políticas públicas que assegurem a permanência no campo, como oferta de saúde e de educação. A avaliação é da pesquisadora Leonilde Medeiros, professora da Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro (UFRRJ). De acordo com ela, o perfil do campesinato brasileiro é migrante. Diferentemente dos camponeses europeus, mais enraizados, no Brasil, o homem do campo’ precisa esforçar-se para permanecer na terra.

A reportagem é de Mariano Branco, publicada pela Agência Brasil, 18-02-2014.

“O [camponês] brasileiro é muito migrante, é constantemente expulso. Aconteceu com posseiros, pequenos proprietários e setores que estão lutando para permanecer em suas terras tradicionais, como índios e quilombolas. [Esses grupos] estão sempre em uma relação muito precária com a terra. [É assim] desde o princípio da colonização. A história do Brasil é uma história de conflito agrário”, destaca Leonilde. Segundo ela, o avanço do agronegócio criou ainda mais tensões para os pequenos agricultores. “Hoje, no Brasil e na África, a terra é a grande frente do agronegócio. O Brasil é um dos poucos países do mundo que ainda tem algumas terras disponíveis. O perfil na América do Norte e Europa é mais estabilizado”, explica a pesquisadora.

Leonilde Medeiros é uma das palestrantes, que discutem a situação de pequenos agricultores e ocupantes de terras tradicionais no seminário Dinâmicas e Perspectivas do Campesinato no Brasil no Século 21, organizado pelo Movimento de Pequenos Agricultores (MPA), em parceria com o Ministério do Desenvolvimento Agrário. Os debates começaram nesta terça-feira (18) e vão até sexta-feira (21). Segundo a professora, que participará nesta quarta-feira (19) de mesa-redonda sobre contradições sociais no campo, embora o conflito agrário seja o principal fator de pressão para pequenos agricultores, as questões financeiras e a escassez de políticas públicas também devem ser levadas em conta.

“Eu acho que um dos elementos chave [para resolver o problema] é a retomada de um programa amplo de reforma agrária. Sem nenhuma mudança legal, basta obedecer à Constituição, que diz que o campo deve ter função social. A segunda questão é garantir com políticas de crédito, educação e saúde, que os pequenos proprietários permaneçam. Eles [agricultores] têm crédito para produção, mas às vezes têm dificuldade para escoá-la. Também têm uma estrutura muito frágil”, diz.

Anderson Amaro Silva dos Santos, da direção nacional do MPA, confirma que a estrutura para garantir a sobrevivência e desenvolvimento dos assentamentos rurais existentes é precária. “Tem muitos assentamentos, em vários estados, bem estruturados e produzindo.

Mas há famílias assentadas há dez anos sem nenhum tipo de estrutura. [Situações assim] passam de 50% [do total de assentamentos”. Anderson diz ainda que tem havido poucos assentamentos novos nos últimos anos.

O diretor do Núcleo de Estudos Agrários de Desenvolvimento Rural do ministério, Guilherme Abrahão, diz que, apesar das alegações de que ainda falta estrutura, a política agrária tem avançado em questões de seguridade social, educação, crédito e assistência técnica. “Em uma análise, o que nós podemos dizer é que não queremos fazer assentamento pelo assentamento. O acesso [à terra] é importantíssimo, mas só a terra não garante. O que mudamos nesse último período é a configuração para além do acesso à terra. Avançamos na forma de fazer reforma agrária no Brasil”, declarou.

 

Carvalho critica solução de conflitos agrários

Apesar da redução de ocupação de terras por movimentos sociais no campo, o cenário de conflitos agrários continua emblemático. É o que afirma pesquisa sobre conflitos fundiários e agrários do Centro de Estudos sobre o Sistema de Justiça (Cejus), da Secretaria de Reforma do Judiciário do Ministério da Justiça (SRJ/MJ). O estudo, divulgado nesta quarta-feira, em Brasília, contou com a presença do ministro da Secretaria-Geral da Presidência, Gilberto Carvalho.

A reportagem é de Tarso Veloso, publicada pelo jornal Valor, 20-02-2014.

Segundo um dos coordenadores da pesquisa, Darci Frigo, o poder Judiciário precisa assumir mais responsabilidade nos conflitos fundiários agrários. "Não é que não existam juízes sensibilizados, mas é preciso mudar a cultura vigente. Hoje, o direito à propriedade se sobrepõe a todos os outros direitos", disse. "A não criminalização e o reconhecimento à legitimidade dos movimentos como ferramenta de inclusão social é fundamental pelo Estado", disse.

Carvalho defendeu uma mudança na postura atual do governo na resolução dos conflitos e defendeu as manifestações de minorias. "Não vou comentar a ação do Judiciário. Mas, no Executivo, é evidente que você não tem uma posição neutra. É evidente que temos uma posição favorável a essa mentalidade do "tudo que fere a ordem estabelecida é um problema". Portanto, cabe muitas vezes ao Executivo a tarefa ingrata de cumprir uma lei que não podemos estar de acordo com ela", afirmou.

"Nós vivemos a angústia diária de ver os conflitos aparecendo em todo o país em uma complexidade cada vez maior. Temos que atacar as causas que provocam os conflitos e temos que estar bem informados para agir de maneira adequada", disse.

Segundo ele, os conflitos só terão solução quando a raiz do problema for atacada. "Os conflitos decorrem de uma histórica situação de desigualdade, opressão e exclusão", disse.

"Ao longo do tempo, a emergência de uma mobilidade social maior e do crescimento da consciência de direitos por parte de muitos, que até então estavam fora do cenário da luta, sem dúvida nenhuma, é um fator que eu considero positivo. Apesar de positiva, essa situação agrava os conflitos", disse.

Carvalho comentou um vídeo, que circula na internet, gravado em novembro do ano passado, em que dois parlamentares da bancada ruralista criticam movimentos sociais. O presidente da Frente Parlamentar da Agropecuária (FPA), deputado Luis Carlos Heinze (PP-RS), chegou a classificar, em sua fala, quilombolas, índios, gays e lésbicas como "tudo que não presta". O deputado Alceu Moreira (PMDB), também da bancada ruralista, classifica de "vigaristas" os que tentam ocupar propriedades.

"Infelizmente, dois parlamentares brasileiros se referiram aos 'que não prestam'. Essa declaração é uma confissão sincera de um pensamento que está na inconsciência de grande parte da sociedade. Por que o que presta é o que está dado, o que domina. Tudo que incomoda e que agita, que estava quietinho na senzala ou na aldeia ou vivendo sua discriminação no silêncio, tudo isso passa a incomodar", disse Carvalho, bastante aplaudido.

 

Sem Terra LGBT lutam por uma sociedade sem preconceitos

Militantes homossexuais do MST contam suas histórias. Reforma Agrária Popular inclui desafio da diversidade.

A reportagem é de Joana Tavares com a colaboração de Geanini Hackbardt e publicada pelo portal do MST, 19-02-2014. Foto: Joka Madruga, Oliver Kornblihtt e Pilar Oliva.

Jarbas era acampado em Alagoas e viajou ao Rio Grande do Sul para fazer um curso. Lá, conheceu Nilton Cordeiro, do Paraná. A paquera virou namoro, o namoro ficou firme e o casal resolveu morar junto. Escolheram o sul, onde os dois trabalham e pretendem se casar ainda este ano.

Lucas Santos Souza tem 19 anos e gosta de se vestir como mulher à noite. Ele se define como “transformista”, está sem namorado, mas diz que “está na pista para negócio”.

Naiara prefere o nome que escolheu do que o de batismo – Tiago Rodrigues – e conta que é respeitada em sua identidade no acampamento onde vive, em Goiás. Lucas da Silva, o Luquete, tem 28 anos e “muito orgulho da sua classe”.

Talles Reis, mineiro hoje em Pernambuco, pretende casar no papel com Rogério Castro e adotar uma criança em 2014. Mariana Arantes e sua esposa já concretizaram o sonho e vão ter um filho por fertilização in vitro.

Jarbas, Nilton, Lucas, Naiara, Lucas, Talles e Mariana são militantes do MST. Atuam em diferentes frentes do Movimento e contam que não tiveram grandes problemas em viver sua sexualidade dentro da organização.

“Muita gente no MST tem essa opção. As relações no Movimento são mais próximas, aí a gente acaba se descobrindo mais e se aceitando também, né? A vivência no MST permite a gente ter uma aceitação melhor, tanto pessoal quanto coletiva”, acredita Nilton, que atua na secretaria estadual do Paraná.

Mariana achou que enfrentaria mais preconceito, especialmente na base. “Mas em todos os lugares onde moramos, assentamentos e acampamentos, a relação foi ótima”, conta. “Muita gente torceu por nós e apoiou nossa união”, lembra Rogério, que conheceu Talles quando ele atuava no escritório do MST no Rio de Janeiro.

“Eu nunca me senti discriminado dentro do Movimento, mas já peguei muita piadinha machista, homofóbica, que também são atitudes preconceituosas. Essas piadas são gerais, mas te atingem. E isso é muito comum”, afirma Talles, que milita há 14 anos no MST.

Talles, que já passou pelo Paraná, pela Escola Nacional Florestan Fernandes, Rio de Janeiro e Pernambuco, explica que agora não decide mais as coisas sozinho, e precisa da opinião e aprovação de Rogério. “Acho que para os casais acaba sendo mais fácil, tem mais respeito”, pontua Rogério.

Jarbas e Nilton também relatam que foram apoiados na decisão de morar juntos. “Por ser um movimento camponês, a gente pensava que teria mais dificuldade. Mas para nós até que não tem tido não”, diz Nilton.

Jarbas concorda: “Desde a escola, a gente andava de mão dada, todo mundo sabia que a gente estava junto. Não sinto olhares diferentes não”. “Acho que todo mundo tem que apoiar mesmo, porque estamos lutando pela mesma causa. Mas isso não quer dizer que todos tem que ser iguais, cada um pode ter sua opção, seu jeito. O importante é se unir para o mesmo objetivo”.

Mais banheiros e debates    

Naiara, de 17 anos, é bonita e vaidosa. Assentada há 10 anos, ela diz que pouca gente percebe – “assim, só de olhar” – que ela não nasceu mulher: Naiara é transexual. Apesar de se definir como mulher, ela reclama do assédio que sofreu nos banheiros coletivos do VI Congresso. “Não deixaram eu tomar banho no banheiro de mulher. A gente não pode entrar no feminino nem no masculino. Eles não respeitam”, reclama. Ela defende que deveria haver mais espaços para discutir a homossexualidade.

“Na escola, tem palestra sobre um monte de coisa, mas não se fala do homossexual. Deveria ter, para conscientizar as pessoas que a gente respeita para ser respeitado”, defende.

“Minha mãe vai te adorar”

Rogério trabalhava como ator no Rio de Janeiro e conta que não dava muita importância para discussões políticas. “Minha cabeça era meio como do Caetano, essa coisa de que não existe esquerda e direita hoje em dia”.

Aí ele conheceu Talles, que começou a contar do MST, de Cuba e de outras experiências de luta. “Eu perguntei pra ele, 'você ainda acredita nessas coisas?' E ele respondeu, 'por quê, você não?'. Na hora pensei; minha mãe vai te adorar”, diverte-se Rogério, filho de uma militante da Associação José Martí.

“Quando fui conhecendo o MST, achei que todas as questões, todos os vícios do capitalismo, estavam resolvidos nesse grupo. Mas aí vi que não, que ainda tem machismo e discriminação”, diz Rogério, que já fez um trabalho de teatro junto às crianças do MST do Nordeste.

Talles afirma que o MST está inserido em uma sociedade machista, homofóbica e é também produto dela. “Acho que tem que avançar, porque o movimento tem cada vez mais o objetivo de expandir as lutas, o debate da Reforma Agrária Popular quer incorporar outros conceitos de melhoria da qualidade de vida. A luta não é só por terra; vai ter um momento que o MST vai ter que encarar mais profundamente esse debate”, pontua.

Mariana concorda: “Nesse tema o MST tem muito que avançar, a partir da aproximação com organizações que tem acúmulo sobre o tema”.

Construir desde já novos valores

Ela ainda apareceu tímida, mas lá estava a bandeira arco-íris da causa LGBT na mística de abertura do VI Congresso do MST. O tema da diversidade sexual foi colocado como um dos desafios para o próximo período, nos apontamentos de Gilmar Mauro, da coordenação nacional do Movimento.

“É uma bandeira importante porque somos seres humanos, independente da condição de cada um, e não podemos discriminar ninguém. Se queremos de fato construir uma nova sociedade, é preciso plantar aqui e agora esses valores”, defende o dirigente.

“Não tem essa de pensar sobre isso só lá na frente. É agora que se planta as sementes da nova sociedade. Se a gente quiser colher abacate, precisa plantar abacateiro, se a gente quiser uma sociedade libertária, onde todos e todas possam participar com igualdade, tem que plantar aqui e agora”.

Gilmar reforça que todas as formas de violência – contra mulheres, crianças, racistas, homofóbicas ou de qualquer espécie, têm que ser duramente combatidas. “É uma linha política do nosso Movimento”, reforça.

El MST en sus 30 años

Emir Sader
ALAI AMLATINA, 17/02/2014.- Todos presentes en un gimnasio de Brasilia: desde los sin tierrita hasta un señor de 105 años. Se juntaron en un congreso que celebra los 30 años del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil, el movimiento campesino más conocido en el mundo. Más conocido por estar en el país que tiene la más grande extensión de tierras cultivables pero, a la vez, millones de gente sin tierra para trabajar. Por estar en un país que sigue importando alimentos, teniendo, además de tierras ociosas, trabajadores luchando por trabajar en ellas.


Pero sobre todo por la naturaleza especial de un movimiento que no lucha solo por la tierra, sino por espacios para construir comunidades de vida solidaria. Tanto es así que, cuando logran obtener un pedazo de tierra para construir sus asentamientos, lo primero que hacen es definir dónde se va a construir la escuela.

Escuelas que se orientan por el pensamiento de Paulo Freire – el gran pedagogo brasileño -, cuya obra plantea que la alfabetización tiene que ser, a la vez, la forma de construir consciencia social. Pero el MST no se limita a ese trabajo de alfabetización. Ellos han alfabetizado, en el campo de Brasil, mucho más que cualquier instancia estatal, sea Ministerio de Educación u otra. Y siguen en ese trabajo de luchar en contra de los 14 millones de analfabetos, incluso en las ciudades, junto a alcaldías progresistas, buscando crear territorios libres de analfabetismo, apoyados en el método cubano Yo sí puedo.

Pero la naturaleza original del movimiento, la que orienta sus acciones centrales, es la lucha por la reforma agraria, en un país que nunca la ha realizado. Aun con los extraordinarios avances sociales de los gobiernos Lula y Dilma, ese tema queda pendiente.

Durante el mismo Congreso, el MST organizó una más de sus lindas marchas, que paseó por el centro de la capital brasileña, con sus banderas rojas y sus cantos de lucha, pasando al frente de los centros de los poderes de la República, llamando una vez más la atención sobre sus reivindicaciones. Al día siguiente fueron recibidos, en el Palacio del Planalto, por la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

El MST le ha llevado sus reivindicaciones más urgentes, como la resolución de las demandas por tierra de alrededor de 100 mil trabajadores, acampados a la espera de que sean desapropiadas tierras, para que puedan asentarse y crear comunidades de trabajo y de vida. Han logrado que la Presidente se comprometa a resolver de inmediato el problema de 35 mil de ellos, lo cual es significativo frente a la pequeña cantidad que han logrado tener acceso a la tierra en los tres años de su gobierno.

Pero el Brasil de hoy no es el mismo que el de hace 30 años, cuando fue fundado el MST. Y no son solo cambios positivos, como los relacionados con la situación social de la mayoría de la población. Desde entonces el agronegocio se consolidó en una posición privilegiada en la producción y exportación de soya (transgénica), mientras las políticas sociales del gobierno han mejorado la situación también de los trabajadores del campo, aun sin avanzar en la reforma agraria.

En este su VI Congreso, el MST actualiza su visión y sus propuestas, lanzando un Programa Agrario que incluye una concepción más amplia de la que tenían, la de una Reforma Agraria Popular. “El Programa de Reforma Agraria Popular no es un programa socialista”, afirma el MST, aun cuando los objetivos estratégicos de su lucha sigan teniendo como horizonte el socialismo. Hoy luchan “por un nuevo proyecto de país, que necesita ser construido con todas las fuerzas populares, volcadas a atender a los intereses del pueblo brasileño”. Buscan acumular fuerzas con otros sectores de la sociedad brasileña para derrotar a las oligarquías rurales.

El concepto de “popular”, dice el MST, busca identificar la ruptura con una reforma agraria clásica “que se da en el marco de la lucha de resistencia en contra del avance del modelo de agricultura capitalista y como forma de reinsertar a la Reforma Agraria en la agenda de lucha de los trabajadores”.

Los nuevos desafíos que se plantea el MST pueden ser resumidos en los siguientes puntos:

a) La reforma agraria popular debe resolver los problemas concretos de toda la población que vive en el campo;
b) La reforma agraria tiene como base la democratización de la tierra, pero busca producir alimentos saludables para toda la población;
c) La acumulación de fuerzas para ese tipo de reforma agraria depende ahora de una alianza consolidada de los campesinos con todos los trabajadores urbanos. Solos, los sin tierra no lograrán la reforma agraria popular.
d) Esta última representa una acumulación de fuerzas para los campesinos y toda la clase trabajadora en la construcción de una nueva sociedad.

– Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj).

URL de este artículo: http://alainet.org/active/71372

Brasil: En reunión con Dilma Rousseff. MST vuelve a poner el tema de la Reforma Agraria en el Gobie

Luiz Felipe Albuquerque

ALAI AMLATINA, 14/02/2014.- "Aquí está lo que consideramos la vida, representada en nuestros alimentos, semillas, poemas, artesanías, y nuestros símbolos ", dijo la dirigente del MST, Atiliana Brunetto, al entregar una canasta de productos del MST a la presidenta Dilma Rousseff, el pasado jueves 23 de febrero.

Desde el inicio del gobierno de Dilma, hace tres años, el MST exigía una reunión con la presidenta para reclamar la implementación de la reforma agraria y mostrar los problemas latentes en el campo brasileño.

Pero sólo después de la lucha y la presión social ejercida por los campesinos sin tierra en la tarde del miércoles (12/02), en Brasilia, la presidenta decidió finalmente escuchar las demandas del movimiento, que presentó sus problemas más urgentes en este último año de su mandato.

En la evaluación que hicieron los Sin Tierra, señalaron que la mayor parte de la energía gastada en los últimos tres años sirvió sólo para que el gobierno actual no retrocediese en las conquistas de la última década.

"Toda nuestra propuesta de Reforma Agraria quedó en medio del camino. Esto generó un gran descontento entre los Sin Tierra ", dijo Jaime Amorim, de la coordinación nacional del MST, a la presidenta.

Durante la reunión, los Sin Tierra pusieron sobre la mesa una serie de demandas en torno a las cuestiones relativas a los problemas de las familias acampadas o asentadas en todo Brasil.

"Pásennos todo lo que puedan de información a de lo que está mal para nosotros hacer los cambios", se comprometió la presidenta al escuchar las demandas y señalar que se necesita enumerar y hacer lo que es urgente.

Entre los puntos, Jaime recordó la discusión sobre el índice de falta de productividad, que comenzó desde el inicio del gobierno Lula. "El gobierno debe crear las condiciones y enfrentar el problema", señaló el dirigente, afirmando que es necesario enfrentar a las fuerzas más conservadoras que componen la gestión de la presidencia.

A finales del año pasado, se lanzó la Medida Provisional de Reforma Agraria que preveía la posibilidad de que las familias asentadas vendieran sus lotes, lo que permitiría una regresión de las conquistas de la Reforma Agraria y una reconcentración de la tierra en el país.

Según Débora Nunes, de la coordinación nacional del MST, el agronegocio también ha puesto el ojo sobre la tierra de las familias asentadas y está dispuesto a ofrecer mucho dinero para conquistar estas áreas.

"Esto puede estimular la venta, lo que desmoralizaría al propio Gobierno y a la propia reforma agraria", destacó al señalar que sería un retroceso de las conquistas y un incremento de la concentración de la tierra en el país.

"Estoy de acuerdo que no cabe la perspectiva de la venta", dijo Rousseff, al considerar que es importante que las familias sienten que la tierra les pertenece, pues aumenta la autoestima.

En este sentido, la presidente estuvo de acuerdo en defender la propuesta del Movimiento, que otorga el título de concesión de uso de la tierra, el derecho a la herencia, pero que la venta está prohibida.

La expropiación de nuevas áreas

Durante el gobierno de Rousseff, un poco más de 76 mil familias fueron asentadas, según datos del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra). La mayoría de estas cifras, sin embargo, se refieren a la regularización en la Amazonía y no a decretos de expropiación de nuevas áreas.

"Todo el año es de lucha. Hacemos jornadas en abril, agosto, octubre. El gobierno hace promesas pero no pasa nada. Los técnicos del Incra dicen que la Reforma Agraria no es una prioridad de la presidenta", dijo Amorim.

En este punto, los Sin Tierra señalaron la necesidad de crear una instancia interministerial para acelerar y resolver los problemas de los acampados. "El Incra está desestructurado y sin injerencia y es conducido de manera conservadora", señaló Jaime, al apuntar que es prioritaria la construcción de una meta de emergencia para resolver los problemas de las áreas que están con mayores conflictos.

Hace tiempo que los servidores del Incra reportaron al gobierno federal un déficit en su capacidad operativa y una desvalorización del cuerpo técnico. Desde el año 2006, cerca del 40% de los servidores salieron de la institución y más de 2 mil personas se retiraron, disminuyendo la capacidad operativa en más del 50 %.

Perímetro irrigado

Con el fin de resolver parte de los problemas de las familias acampadas, que en todo el país suman cerca de 150 mil, los Sin Tierra expusieron la problemática en torno a las áreas del perímetro irrigado en el noreste de Brasil.

De estas 150 mil familias que esperan conseguir un pedazo de tierra, alrededor del 60% se concentra en el noreste. En paralelo a esto, hay 80 mil lotes vagos en las áreas con regadío, lo que permitiría asentar a todas las familias de la región.

Las políticas desarrolladas en estas áreas, mientras tanto, dan prioridad a las alianzas con empresas privadas, en detrimento de resolver los problemas sociales de la región. “Las asociaciones público-privadas son una afrenta para el desarrollo regional. Se requiere construir un plan de recuperación para resolver el problema de la tierra en el noreste ", subrayó Amorim.

El Departamento de Obras Contra la Sequía (Dnocs), organismo responsable del control de estas áreas, es señalado por los movimientos sociales como un reducto de la oligarquía local, impidiendo las políticas de carácter social puedan ser desarrolladas. "Tenemos que romper con ese organismo y pasar la responsabilidad al Incra", dijo Joao Pedro Stedile.

"Personalmente voy a seguir el tema de los perímetros con regadío” garantizó la presidenta Dilma. (Traducción ALAI)

– Luiz Felipe Albuquerque de la página del MST
Fuente: http://www.mst.org.br/node/15722