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LIBERDADE AOS PRESOS POLÍTICOS DE MATO GROSSO

São Paulo, 04 de dezembro de 2002.
LIBERDADE AOS PRESOS POLÍTICOS DE MATO GROSSO
Coordenação Estadual do MST/MT Setor Nacional de Direitos Humanos

 

Prezados companheiros e companheiras:

Desde o dia 29 de julho de 2002, encontram-se encarcerados no município de Mirassol D'Oeste, estado do Mato Grosso, oito trabalhadores rurais sem terra, acusados de roubo e formação de quadrilha, por terem, supostamente, participado de um saque de alimentos ocorrido próximo a fazenda onde estão acampados.

Foram tomadas diversas medidas jurídicas e políticas para a libertação dos trabalhadores, mas até o momento nenhuma delas surtiu efeito. Foi impetrado Habeas Corpus no Tribunal de Justiça do Estado que até o momento não foi julgado. No dia 26 de novembro diversas lideranças nacionais estiveram no estado, buscando junto ao judiciário local e ao Tribunal de Justiça, apressar o desenlace do caso, pois jamais se viu tamanha morosidade por parte da justiça.

Existem no caso elementos que demonstram a arbitrariedade com que os trabalhadores vêm sendo tratado pelas autoridades responsáveis. Os trabalhadores estão presos a mais de 120 dias e o máximo legal permitido para manutenção da prisão antes de terminado o processo é 81 dias. Porém, o juiz que decretou a prisão deixou claro que o motivo é político porque está condicionando a liberdade dos lavradores à desocupação de uma área ocupada por 1.200 (mil e duzentas) famílias sem terra naquela região.
Ou seja, não há razões jurídicas para a manutenção das prisões. O encarceramento está sendo utilizado como moeda de troca em favor da Fazenda São Paulo, de propriedade do latifundiário Paulo Mendonça, localizada no município de Mirasol D'Oeste/MT. Diante da injusta e terrível situação em que se encontram os trabalhadores é que conclamamos a todas as entidades, sindicatos, partidos, amigos, enfim, a todos aqueles que anseiam por justiça e liberdade, que enviem mensagens às autoridades abaixo indicadas, pedindo a imediata libertação dos oito trabalhadores rurais sem terra presos em Mirassol D'Oeste/MT. Mencionem na mensagem o número do Habeas Corpus 38796/02.

Enviamos um forte abraço a todos e todas, com nossos profundo agradecimento

Lula quiere que el ejército participe en la construcción de carreteras

Lula quiere que el ejército participe en la construcción de carreteras
Se le agradece al autor de esta noticia

 

El presidente de Brasil, Luis Ignacio 'Lula' da Silva quiere que el Ejército participe de la construcción de carreteras en Brasil, requerimiento que oficializó hoy al ministro de Transportes, Anderson Adauto. "El presidente quiere utilizar, en el esfuerzo de mantenimiento y construcción de nuestro sistena de transportes, el tradicional conocimiento especializado de las Fuerzas Armadas", divulgó el portavoz presidencial, André Singer, al término de la reunión de 'Lula' con su ministro de Transportes.

Las Fuerzas Armadas podrían participar tanto de labores materiales de obras como en su fiscalización, para mejorar el control de gastos. 'Lula' pidió que el ministro haga un estudio sobre las posibilidades de participación de los militares y las necesidades de equipar a los 11 Batallones de Ingeniería y Construcción del Ejército.
La propuesta, añadió Singer, será consultada también con las asociaciones empresariales de la construcción civil.

Por su parte, el minitro de Defensa, José Viegas, ya indicó hace poco más de una semana que las Fuerzas Armadas podrán ser utilizadas en los programas sociales del nuevo Gobierno de izquierda, concretamente en el principal flagelo de Brasil, la lucha contra el hambre, que padecen 54 millones de pobres en el país sudamericano. "Las Fuerzas Armadas con seguridad contribuirán en el esfuerzo que el Gobierno realizará para obtener un grado más elevado de desarrollo social", sostuvo Viegas en una reciente entrevista, en la que aseguró que "sin duda" 'Lula' ya había indicado que quería ayuda militar en el programa de combate al hambre

El Movimiento de los Sin Tierra

Fri, 13 Dec 2002
El Movimiento de los Sin Tierra
se solidariza con el presidente Chávez
El Universal y Rebelión

 

El Movimiento Sin Tierra de Brasil se solidarizó hoy con la revolución que pregona el presidente Hugo Chávez y denunció que una élite "inescrupulosa" y Estados Unidos están propiciando un golpe de Estado en el país, informó Efe.

El movimiento, conocido por sus siglas MST, difundió una nota en la que señaló que "los acontecimientos evidencian la incapacidad de la élite venezolana para aceptar cambios sociales, políticos y económicos, por menores que sean, en beneficio de los pobres y excluídos".

Haciendo suyas las palabras de Chávez, el MST dijo que "esa élite quiere mantener a cualquier precio sus privilegios y no duda en usar todos los instrumentos que posee en el intento de destituir a un gobierno legítimamente elegido por la inmensa mayoría del pueblo".

En alusión a las distintas elecciones ganadas por Chávez o sus partidarios en los últimos cuatro años, el MST recordó que "nunca en la historia de Venezuela un gobierno consultó, mediante plebiscitos o comicios, tantas veces a su pueblo".

En coincidencia con Chávez, la nota afirma que la oposición venezolana "no respeta la Constitución, manipula inescrupulosamente la información a través de un monopolio mediático, utiliza falsas organizaciones de trabajadores, sacrifica vidas humanas y busca, a cualquier costo, un golpe de Estado".

El MST acusó al gobierno de Estados Unidos de estar detrás de los intentos "desestabilizadores" en Venezuela, con el objetivo de "pasar a controlar el acceso al petróleo" de Venezuela. "La historia de nuestro continente está repleta de ejemplos y de tragedias resultantes de la política imperial de Estados Unidos", añade la nota.

Los campesinos sin tierra advirtieron además de que "lo que está pasando en Venezuela" puede repetirse en Bolivia, Brasil o Ecuador, "que han votado contra el neoliberalismo, contra los intereses de las multinacionales estadounidenses y contra el ALCA", por el Área de Libre Comercio de las Américas que promueve Washington.

 

Sin tierras y semillas no hay estrategias de alimentación

2003-01-25
Sin tierras y semillas no hay estrategias de alimentación
José Angel Cruz

 

El Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil respalda en su gestión administrativa al presidente Ignacio Lula Da Silva, pero estaremos vigilantes para que las presiones de los sectores de la derecha no lo vayan a obligar a abandonar su programa que lo llevo al poder.

Así se expreso el máximo líder de MST, Joao Pedro Stedile, al momento de dirigrse a una concurrencia que asistio para escuchar los puntos de vista de diversa personalidades del mundo que tratarían el tema tierra, territorio y soberanía Alimentaria

Peter Rose, del movimient, José Bové Luchador frances en contra de las políticas de la O.M.C entre otros expusieron que no puede haber estrategia de la alimentación si no existen tierras en manos de quienes la trabajan y semillas libre de transgenicos. También expusieron que no se puede hablar de desarrollo sin políticas de reforma agraria que incluyan créditos acordes a la realidad de los sectores campesinos, capacitación y asistencia técnica, semillas y el acceso a tierra. Sin tierras y semillas no hay políticas de alimentación.

Ambos conferencistas fueron críticos con el modelo neoliberal del cual, dijeron, está abriendo aun más la brecha entre ricos y pobres. Para referirse al tema pusieron como ejemplo lo que esta ocurriendo en México, con el mercado de productos que llegan de Estado Unidos de Norteamérica: estos han quebrado a los productores nacionales; el país del norte además de que son bajos sus costos de producción, goza de protecciones arancelarias, lo que permite avasallar a su competencia. Por esta razón, los mexicanos están luchando en contra de las políticas que esta ejecutando su gobierno para aplicar el ALCA. Los expositores dejaron claro que en esta nueva época de los avances de las tecnologías de la comunicación, como de los enormes avances de la biotecnología, la producción de alimentación es poder; hecho que no debemos dejar de tener en cuenta en cada país desde los movimientos sociales del continente y el mundo.

Tierra más semilla, es igual a soberanía Alimentaria pero en los tratados que está proponiendo el Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica a los gobiernos de América, están incluidos muchos aspectos, pero han excluido el tema de la agricultura. Por esta razón, los exposiciones en este evento al unísono, junto a mas de mil personas, dijeron no al ALCA.

El MST, una lucha incansable por la tierra

2003-01-26
El MST, una lucha incansable por la tierra
Félix Simón

 

Un gran impacto causó el campamento de los sin tierra (MST) en los miembros de la delegación cubana al FSM, que se trasladaron unos 70 kilometros a las afueras de esta ciudad, para sostener un encuentro con la lucha y condiciones de vida de miembros de ese Movimiento.

Jóvenes integrantes de la comitiva que encabezó Orlando Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños de Cuba (ANAP), se mostraron consternados por las precarias condiciones de vida de unas 400 familias asentadas allí, en carpas de madera y nylon, al borde de una vía interestatal, en espera de acceder legalmente a un pedazo de tierra.
Otros menos jóvenes que fueron recios luchadores de la guerra de liberación en Cuba, se mostraron sin embargo, también impresionados, porque, como ellos dijeron, no habían sido testigos de un modo de vida igual desde que señoreaba el capitalismo en su país, hace más de 40 años. Una representación de los acampados entregó una bandera del movimiento a los visitantes a manos de Lugo Fonte, quien dijo que el pueblo cubano compartía la lucha del MST, y recordó que una genuina Reforma Agraria cambió una situación similar en Cuba, donde los campesinos antes de 1959 no tenían garantizado ningún derecho social, económico ni político.
Hoy los campesinos cubanos son dueños de la tierra, no tienen que exigirla, ni hacer algún sacrificio a cambio por el derecho a poseer la tierra y trabajarla, añadió Lugo, amplio conocedor de las tradiciones combativas del MST, por lo que compartió con los anfitriones la explicación acerca de la historia del movimiento y sus etapas de lucha.

El grupo de cubanos lo integraban estudiantes, dirigentes de la juventud comunista, campesinos y dirigentes de la ANAP y de otras organizaciones sociales cubanas, así como también Harry Villegas, ''Pombo'' en la guerrilla que comandó el Ché Guevara en Bolivia, Juan Miguel González, padre de Elián González, el niño secuestrado en Miami, y la mujer conocida por ''Teté'', quien combatió junto a Fidel Castro en la Sierra Maestra y la única que ostenta el grado de generala de las Fuerzas Armadas en Cuba.

Los cubanos conocieron que allí viven más de 200 niños, a los cuales el MST les garantiza, con el apoyo de las autoridades locales, la atención médica, la educación y otros servicios básicos, mientras trabajan la tierra aledaña al campamento hasta que el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria les haga un catastro y les entregue entre 15 y 30 hectáreas que se hayan declarado disponibles, a cada familia beneficiada por una selección del Movimiento.

A preguntas de los jóvenes cubanos, los miembtros del MST recordaron que en 20 años de lucha el Movimiento han conquistado tierras productivas para más de 300 mil familias en Brasil, y sólo en Rio Grande del Sur unas 12 mil familias ya viven en asentamientos con tierras propias. Sin embargo, aún unas 35 mil familias acampan en condiciones precarias en barrios, a orillas de las carreteras en muchos estados del país, donde los sin tierra esperan ahora con mayores esperanzas porque, según dijeron, el programa de lucha del Partido de los Trabajadores, del vencedor Lula, defiende a la clase trabajadora.

La represión de las luchas del MST ha cobrado valiosas vidas, señalaron los acampados tras responder otras preguntas del grupo de cubanos, y recordaron que pese a que su lucha nació hace dos décadas, tiene un carácter popular, reivindicativo y pacífico, el año pasado fueron asesinados 13 acampados en el Estado de Paraná y aquí en Rio Grande del Sur han caído seis compañeros en los enfrentamientos con la policía que ha sido movilizada para desalojarlos.

AS PRESSÕES POR BAIXO DOS PANOS

23 Abril 2003
AS PRESSÕES POR BAIXO DOS PANOS
Laerte Braga

 

O silêncio do governo brasileiro sobre o acordo militar que cede a base lançamentos em Alcântara, isso levando em conta que Lula e o PT se manifestaram contra o documento durante toda a campanha e mesmo já no governo, tem uma explicação: o governo dos Estados Unidos já mandou dizer ao governo brasileiro que não aceita, essa é a expressão exata, não aceita, qualquer mudança no documento. As pressões no sentido de concretizar o acordo com a aprovação pelo Congresso Nacional e, em seguida, a imediata ocupação da base pelos norte-americanos, são descomunais, tanto quanto as pressões para que o Brasil aceite o acordo que institui a ALCA. Lula tem resistido a apelos e pressões, aí de setores do PT, para revelar ao Brasil e aos brasileiros, a íntegra de todos os acordos assinados por Fernando Henrique ao longo de seus oito anos e as camisas de forças, em cada um deles, fato que, denunciar publicamente, deixaria à mostra toda a canalhice e podridão de um presidente corrupto, sem qualquer escrúpulo e que vendeu o Brasil por trinta dinheiros em Cayman. É um equívoco de Lula, como um equívoco é a política econômica do ministro Antônio Palocci, dentro dessa lógica de não poder ou não ter condições de romper com receituário do FMI e do Banco Mundial. As armadilhas de um bandido que ocupou a presidência da República por um longo período e cometeu toda a sorte de trapaças, fraudes, atos os mais vergonhosos de traição pura e simples, podem aprisionar o governo petista, numa certa medida já estão conseguindo, levando a reboque as esperanças manifestadas pelos brasileiros, nas eleições de outubro do ano passado. A situação é muito mais grave do que se imagina e o que tem sido feito para acuar o governo de Lula, nas questões de Alcântara e ALCA, por si só, justificariam a imediata prisão de FHC e seus principais asseclas. O dilema de Lula é simples: ou assume o governo na integralidade daquilo que de fato representa e pelo que foi eleito, ou corre o risco de sucumbir e permitir, como na Argentina com o risco da volta do bandido Menem, que os bandidos voltem a dominar o Estado brasileiro, completando a obra de transformar o Brasil num mero entreposto do capital estrangeiro. Mais precisamente, norte-americano. Foi por saber disso que a professora Maria da Conceição Tavares disparou contra a política econômica e é por conta disso que a maioria da bancada do PT e dos principais aliados à esquerda, se mostra contrária à reforma da Previdência. Para completar o quadro de desgoverno do governo nessas questões, de indefinição, Lula tentou responsabilizar o Judiciário por falhas na política geral de segurança no País, ameaçado pelo crime organizado, gerando reações que em nada favorecem as perspectivas e esperanças dos brasileiros. Que o Judiciário tem uma caixa preta e essa caixa preta tem que ser aberta, como a do Banco Central, sob controle, durante toda a sua existência, de banqueiros (e banqueiro é sinônimo de corrupção, sem exceção), qualquer um sabe. Mas é preciso que a crítica seja feita não quando o Judiciário garante direitos dos trabalhadores (no caso da contribuição dos inativos), mas quando figuras lamentáveis como Nelson Jobim presidem uma eleição nacional e impõem regras e sistemas de votação que só não se consumaram em fraude pela absoluta impossibilidade, diante da avalancha de votos no candidato das mudanças. O que a economista Maria da Conceição Tavares disse sobre a economia nacional, o ex-governador Leonel Brizola, justiça seja feita, vem falando desde que retornou ao Brasil: o problema do nosso País são as perdas externas . As políticas determinadas pelo FMI e os projetos prontos e acabados do Banco Mundial têm um só objetivo: assegurar o pagamento da dívida externa. Ajuste fiscal é apenas arrocho, como disse Maria da Conceição, sobre quem não tem nada e acreditou, ao votar, que com Lula seria diferente. As pressões sobre o Brasil, que não é uma república de bananas, no caso de Alcântara e na questão da ALCA, transcendem aos limites do governo e têm que ser reveladas a todos os brasileiros. Tem contornos de sobrevivência do Brasil como nação soberana e na integridade do território nacional. Ou Lula faz o que falou que ia fazer, governar num amplo e permanente debate com o povo, ou continua seguindo, no pressuposto que não tem jeito, em direção às armadilhas plantadas pelos oito anos de corrupção tucana. Ao contratar empresas de publicidade para veicular uma campanha para a reforma da Previdência, Lula faz igualzinho a FHC, adota a política da verdade única: ou isso ou o caos. Nesse caso, não há sentido em governo petista. Bastava ter continuado com os tucanos e pefelistas. A responsabilidade de Lula é maior, muito maior, que sua vontade de tentar resolver tudo na conversa e agradando aos donos , para mais à frente tentar uma virada, como dizem. Isso não funciona. É desculpa. E leva a declarações insensatas como as do presidente do PT, José Genoíno, que cobrar contribuição dos inativos é ser de esquerda . Só se mudaram o conceito de Previdência. É preciso perceber que, neste momento, diante dos fatos e das canalhices deixadas pelo tucanato e FHC, é preciso abrir o jogo e mostrar aos brasileiros o que de fato foram os oito anos de uma quadrilha no poder. Sob pena de desmoronar, nunca é demais dizer, todos os projetos de um Brasil grande, justo e independente. As relações do governo brasileiro com a embaixadora dos Estados Unidos, particularmente o ministro Palocci, são indecorosas. E não há nem que ser falar no presidente do Banco Central. Esse é cidadão norte-americano, nascer no Brasil foi só um acaso.

 

Lula: Vamos assentar todos os acampados

14/05/2003
Lula: Vamos assentar todos os acampados

 

O presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmou hoje, na sede da Contag (Confederação Nacional dos Trabalhadores na Agricultura), em Brasília, que o governo federal irá assentar, até o final de seu mandato, todas as famílias de sem-terra que estão hoje em acampamentos. Lula participou do encerramento do Grito da Terra 2003 —esta foi a primeira vez que um presidente da República participa do evento.

"Sabemos quantos são, onde estão e conhecemos suas lideranças. Pretendemos começar o processo de reforma agrária com esses que estão mais tempo na fila", disse o presidente.

Ele afirmou ainda que serão liberados R$ 5,4 bilhões para financiar a safra 2003 e 2004 da agricultura familiar. "O maior e mais completo plano de safra para a agricultura familiar da história do Brasil", exaltou o presidente. Lula lembrou que em março foi aprovada uma medida provisória que garantiu a negociação da dívida de 100 mil assentados e de 130 mil famílias ligadas à agricultura.

Lula entregou ao presidente da Contag, Manoel dos Santos, um documento com as principais intenções do governo na área da agricultura e pediu que ele acompanhe ponto por ponto as ações do governo. "Recebemos de vocês um documento com cerca de 200 reivindicações. Vocês sabem que, em tão pouco tempo, não é possível resolver as 200. Mas o principal será feito", respondeu o presidente.

Ele pediu que a Contag e os demais movimentos dos trabalhadores rurais não se limitem a reivindicar, mas também a ajudar o governo na construção de uma política habitacional e educacional para os homens do campo.

No documento entregue por Lula à Contag, consta também o compromisso do governo em empregar trabalhadores rurais na construção de um programa de habitação rural; a criação de um programa educacional específico para o campo; e a intensificação da fiscalização e do combate ao trabalho informal e escravo no meio rural.

Lula se comprometeu ainda a desburocratizar o Pronaf (Programa Nacional de Fortalecimento da Agricultura Familiar), facilitando o acesso do trabalhador rural ao crédito, e criar linhas de financiamento específicas para mulheres e jovens agricultores. "Em junho, faremos no Palácio do Planalto uma grande reunião para discutir cooperativas de crédito, uma forma de baratear os custos ao agricultor", anunciou.

O presidente disse ainda que determinou providências urgentes para atender famílias do semi-árido nordestino que estão sofrendo as consequências da falta de chuva na região. De acordo com Lula, serão providenciados bolsas-alimentação, cartões-alimentação, cisternas e carros-pipa para resolver emergencialmente o problema dos trabalhadores desta região.

¿Hasta cuándo?

¿HASTA CUANDO?
Equipo de redacción de Letraviva/MST Informa
 
 

Las celebraciones del fin de año, por la tradición cristiano occidental o por el cambio del calendario anual, siempre nos remiten al pensamiento positivo y al deseo de cambios. Cambios para mejor. Para que se pueda tener justicia, igualdad y felicidad. Pero los cambios necesarios en el 2003 dependerán de los desafíos que heredamos. .

¿Hasta cuándo seremos capaces de soportar que la ganancia belicista de los Estados Unidos invada Irak y después se vuelva contra algún otro país del tercer mundo? .

¿Hasta cuándo la opinión pública internacional y la ONU contemplarán la estúpida guerra de Palestina, que diariamente mata a inocentes de los dos lados, mientras la industria bélica norteamericana celebra sus ventas por más de 5 billones de dólares por año al señor Sharon? .

¿Hasta cuándo nos callaremos por el genocidio perpetrado en el África negra, que está condenando a todo el pueblo a la miseria absoluta, el hambre, la generalización del SIDA, mientras las multinacionales continúan extorsionando sus riquezas naturales para llenar los cofres de Europa y Estados Unidos? .

¿Tendremos fuerza para seguir denunciando que el ALCA no es un simple acuerdo comercial, sino un plan estratégico de dominación de las empresas estadounidenses sobre todo el continente americano? .

¿Hasta cuándo la humanidad continuará rehén de media docena de medios de comunicación que monopolizan las informaciones y transforman mentiras en verdades absolutas? .

¿Hasta cuándo la humanidad será rehén del dólar como moneda única, que se transformó en un mecanismo de expoliación mundial, para mantener el elevado patrón de consumo del 5% de los ciudadanos que viven en el territorio de los Estados Unidos ? .

¿Hasta cuándo asistiremos inertes a que las empresas y los intereses económicos sitúen en riesgo la supervivencia de nuestro planeta, sin respetar los recursos naturales, el necesario equilibrio, la reproducción del agua y de los bienes que son colectivos?

Y aquí en Brasil .
¿Tendremos el coraje de luchar para que nuestro pueblo no continúe siendo expoliado con la continua transferencia de riquezas nacionales, a través del pago de la deuda externa, del envío de los beneficios, intereses, transferencias del ahorro nacional vía CC-5? .

¿Tendremos el coraje de combatir la expoliación del capital financiero, que obliga a todos los brasileños a pagar impuestos, para que después se transformen en ganancias de los bancos, recogidos bajo forma de intereses de la deuda interna? .

¿Tendremos el coraje de erradicar (eliminar de raíz) realmente el hambre que pasan 52 millones de brasileños ? .

¿Tendremos el coraje de luchar para que todos podamos tener trabajo, vivienda digna, lugar en la escuela, tierra para trabajar y derecho al acceso a la cultura y el ocio? .

¿Tendremos el coraje de denunciar que el 10 % de los brasileños se quedan con la mayor parte de toda la riqueza y consume la gran parte de toda la producción realizada por el otro 90 %? .

¿Tendremos el coraje de luchar para que cambie realmente la práctica de la política en el país o cambiarán sólo los nombres y la práctica continuará siendo la misma? .

¿Tendremos el coraje de combatir la concentración de la propiedad de la tierra, por la que un 1% de los terratenientes y empresas son dueños del 46% de todas las tierras, eliminando el latifundio de nuestra sociedad? .

¿Tendremos el coraje de luchar para que la violencia social se combata con soluciones verdaderas y no únicamente con más represión policial ?

MST Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN EL ESTADO ESPAÑOL

Este artículo fue editado en Viento Sur, n. 61, Abril 2002.

MST Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN EL ESTADO ESPAÑOL

 

Ángel Calle

Universidad Carlos III de Madrid

 
 

1. Introducción

Este artículo pretende ofrecer un pequeño análisis de la realidad del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, apuntando algunos factores internos y externos que puedan explicar la fortaleza de este movimiento social. Al mismo tiempo, este análisis nos sirve para reflexionar sobre determinados movimientos sociales de nuestro Estado, en particular, sobre los movimientos de solidaridad global (radicalmente democráticos), y a los que la prensa ha bautizado como el movimiento anti-globalización, en el contexto de las diferentes campañas UE 2002 1

2. El MST

El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil se funda en 1984 fruto de las experiencias históricas de movimientos campesinos y del apoyo de la Comisión Pastoral de la Tierra, ligada a las Iglesias católicas y protestantes, y de sindicatos de trabajadores. Brasil es hoy un país en el que un 1% de los propietarios controla el 50% de las tierras; muchos de los grandes latifundios, el 50% según el gobierno en la zona del Amazonas y 100 millones de hectáreas en todo el país, tienen su origen en títulos de propiedad falsificados. El MST se propone como objetivo básico la realización de una profunda reforma agraria al servicio de un potencial de 4 millones de campesinos. Su Utopía apunta más alto: la construcción democrática de una sociedad sin explotadores ni explotados, basada en los principios del "socialismo" y del "humanismo", en la que deberán imperar "la justicia social y la igualdad de derechos económicos, políticos, sociales y culturales", procurando también "combatir todas las formas de discriminación social y buscar la participación igualitaria de la mujer"2 . Junto a este ideario, que se renueva en encuentros extraordinarios cada 5 años que persiguen sobre todo una confraternización de los integrantes del movimiento social (el último congregó a 11.000 en agosto de 2000), el MST elabora unas pautas políticas concretas cada dos años, donde se definen alianzas y estrategias tácticas: movilizaciones contra el ALCA o la Deuda, apoyos al movimiento obrero de las grandes ciudades, acuerdos con otras organizaciones campesinas o con redes de excluidas y excluidos (sin techo, sin empleo, expropiados), etc.

En lo que se refiere a la lucha en el campo, dos son los frentes básicos del MST. El primero consiste en la organización y el apoyo a los sin-tierra en la realización de ocupaciones de latifundios improductivos y que, según la ley, deberían ser expropiadas por el gobierno. El segundo frente lo constituyen los campesinos y campesinas que ya consiguieron un pedazo de tierra y que se agrupan en asentamientos. Contribuyen al mantenimiento del MST y participan de ocupaciones y de actos de presión para solidarizarse con los sin-tierra que tomaron algún latifundio, y también para exigir apoyo técnico y económico al gobierno, más pendiente de buscar dólares para el pago de la Deuda Externa3.

¿Qué ha conseguido el MST en estos 17 años de lucha? Ciertamente, Brasil sigue siendo un país marcado por profundas desigualdades (el 10% acumula 28 veces más renta que el 10% más pobre) y dista mucho de la Utopía socialista. Pero en la práctica, de las 400.000 familias asentadas a través de la reforma agraria, un 85% lo hicieron tras participar en la lucha política de los sin-tierra. El MST cuenta en la actualidad con 81 cooperativas agropecuarias que permiten una subsistencia mucho más digna que la del pequeño agricultor no organizado, tal y como reconoce la propia FAO. En ciertos asentamientos la producción es totalmente colectiva. La reforma agraria está hoy en la agenda política de los partidos, principalmente de izquierda. La política de represión (1.600 muertos en las luchas campesinas de las últimas décadas) y la imagen de "violencia" y "corrupción" que los medios en general asignan al MST no han conseguido frenar a este movimiento social, que continua siendo apoyado por 2/3 de la población, si bien determinadas acciones (como la ocupación de edificios de la administración) reciben ciertas críticas.

¿Cuáles son las claves más significativas que pueden explicarnos la fortaleza del MST? En primer lugar, la propia naturaleza del conflicto que hunde sus raíces en el entorno de los sin-tierra. La emigración a la ciudad ofrece desempleo y marginalidad. Muchos son los que vuelven al campo tras una experiencia "frustrante" y deciden engrosar las filas del MST. El conflicto es urgente, muy visible y el MST no sólo goza de la credibilidad de los sin-tierra en la lucha por sus derechos, sino que también ofrece una representación del conflicto nítida y contrastable, al ligar los problemas locales con la reforma agraria, y de ahí saltar a la crítica al modelo neoliberal, proponiendo un desarrollo de Brasil centrado en las necesidades sociales internas y no en las demandas económicas externas.

Como acción colectiva en pos de la resolución del conflicto, la ocupación de tierras es una pieza central de la propuesta del MST. La asignatura que todo movimiento social pretende aprobar es la reintegración de la justicia en las normas sociales y jurídicas existentes. Para ello es esencial poner de relieve la contradicción existente entre justicia y orden legal. La ocupación restaura la justicia en el orden social y obliga al gobierno y a las elites a "mover ficha". Gandhi iba a buscar con los suyos la sal prohibida por los ingleses; Martin Luther King se sentaba en los restaurantes prohibidos para los negros. Aquí, en el Estado español, los espacios sociales abiertos por el movimiento okupa, la consulta social de 2000 de RCADE, el firme Campamento de la Esperanza de trabajadores y trabajadoras de Sintel y los encierros en el 2001 contra la Ley de Extranjería, son ejemplos de acciones que promueven la restauración de la justicia, tratando de implicar a la ciudadanía, y todo ello sin que se produzca un incremento de la violencia social, antes al contrario.

No obstante, la acción del MST no se detiene en la ocupación. El objetivo del MST es "derribar tres barreras: la del latifundio, la de la ignorancia, la del capital" según Stédile, uno de los líderes del movimiento4. Contra la barrera de la "ignorancia", el MST cuenta, en el ámbito interno, con múltiples iniciativas de formación: 15.000 educadores, centros y programas propios para el desarrollo de los asentamentos, contactos con universidades que abren puertas y planes para la formación de jóvenes sin-tierra (2.000 asistieron en el 2001 a la escuela de verano en la universidad de Campinas), etc. Para ganarse la confianza de la ciudadanía, el MST realiza campañas de sensibilización como las marchas, algunas de incluso 3.000 kilómetros, en las cuales va explicando su proyecto por ciudades y pueblos.

El MST considera que las barreras del latifundio y del capital no caerán por la sola presión de las ocupaciones. Por ello trabaja junto a otros actores, institucionales o no, para crear espacios que permitan construir alternativas de desarrollo para Brasil. Tal es el caso del Proyecto Popular, en el que ONGs, partidos, sindicatos, movimientos sociales y algunos sectores de las Iglesias tratan de crear un foro de debate estable del que salgan propuestas concretas. En algunos casos, el MST considera que, sin hipotecar sus principios, las necesidades sociales de los campamentos y asentamientos (educación, sanidad, transporte, créditos) o la búsqueda de una proyección mediática de sus reivindicaciones, bien puede justificar el entablar un diálogo con la administración pública.

En lo que respecta a las formas de coordinación de un movimiento social implantado en una variedad de contextos históricos5, el MST es un ejemplo práctico de la superación de la dialéctica a la que se enfrenta todo movimiento social: la búsqueda de un equilibrio entre coordinación y descentralización. Por un lado, el MST se inclina hacia un centralismo democrático (dirección nacional de 25 personas + estados que incorporan estrategias locales) muy abierto (congresos nacionales de militantes + encuentros nacionales que marcan direcciones políticas), difícilmente exportable a Europa, pero que ilustra la voluntad del movimiento en avanzar conjuntamente cultivando la democracia interna. Por otro lado, la descentralización es patente en la autonomía de las direcciones de cada estado (que permite aplicar en un contexto las estrategias acordadas en el ámbito nacional) y en la radicalidad democrática sobre la que, en última instancia, se afianza la lucha política del MST en sus dos frentes, campamentos y asentamientos. Los campamentos cuentan con una asamblea de delegados que decide soberanamente sobre las acciones a realizar. Estos delegados son representantes de asambleas de 8 o 10 familias acampadas. En cada campamento, y eventualmente en cada grupo de familias, existen responsables por áreas de negociación, educación, seguridad, salud, etc. de tal manera que hasta el último sin-tierra participa en decisiones colectivas y está informado-a de las mismas. Por su parte, los asentamientos deciden el tipo de cooperativismo (o la ausencia del mismo) a practicar, así como el grado de involucración en la lucha; generalmente se contribuye al MST con un 3% de lo producido y de los créditos recibidos, y donde el cooperativismo alcanza cotas mayores de colectivismo, se liberan personas para coordinar la lucha en otros lugares de Brasil.

En el MST la consigna es clara: no imponer, sino ayudar a crear. Ello se refleja en la forma en que operan las comisiones de trabajo (educación, frente de masas, cooperativas, internacional, finanzas, etc.). Sobre cualquier rigidez estructural, se prima la creatividad y la libre participación en estas comisiones. Función antes que estructura, para garantizar que el MST tenga su fuerza real en las bases, en las personas que se implican en su lucha. La descentralización no es entonces un medio, sino un fin: coordinación necesaria para mantener un movimiento social hacia su Utopía, que es bien distinto de convertir un movimiento social en una organización6.

3. Movimientos de solidaridad global en nuestro Estado: algunos apuntes

Antes de sugerir comparaciones entre el MST y los movimientos en nuestro Estado, conviene reflexionar con el espacio social y la cultura política en la que se encuentra inmerso el movimiento brasileño. En este sentido, muchas movilizaciones en Latinoamérica no son comprensibles si no reparamos en la consistencia y la centralidad de sus valores comunitarios. Ejemplos paradigmáticos de esta integración individuo-comunidad-naturaleza son movimientos como el zapatista y los indígenas de Ecuador. Ello es así por dos razones. La primera, asentada en el ámbito de la subjetividad, nos remite a la existencia de culturas ancestrales (caso de la cultura maya), o más modernas (zapatismo, teología de la Liberación en el Brasil) que, en unión con el palpitar revolucionario latinoamericano de los 60 y 70, entrelazan y hacen inseparable lo común de lo particular, la liberación social de la personal7. Todo oprimido es un poco dependiente de su opresor, quiere ser como él, venía a afirmar Paulo Freire. Por lo tanto, librarnos de la violencia no puede equivaler a "librarnos" de los opresores. La liberación ha de ser conjunta: de la ciudadanía en su totalidad y de cada persona en particular.

La segunda razón, de índole más objetiva, es la retroalimentación y puesta en práctica de estos valores a través de una socialización intensa en espacios alternativos al orden que se desafía: los campamentos del MST resisten las embestidas policiales y paramilitares, amén de la falta de alimentos, por espacio de dos a siete años; los movimientos indígenas, a su vez, se levantan sobre comunidades donde generación tras generación se fortalece la resistencia cultural y política.

En contraposición, en los grandes centros urbanos del llamado Norte, estos dos motores de la lucha política, salvo excepciones, están ausentes o no son tan consistentes. El individualismo y el materialismo de nuestras sociedades dejan huella en las condiciones subjetivas en las que recreamos nuestros movimientos sociales. Bien a través del idealismo científico, bien a través de la acción irreflexiva, o bien impulsados por el cultivo de un hedonismo, Occidente tiende hacia la "cultura" del yo. Así, asistir a una asamblea en Brasil (del MST o de otras redes sociales), supone comprobar que, cuando hay convicción en lo común y no se parte de lo particular, es posible hablar sin levantar la voz, escuchar silencios entre las intervenciones, y sobre todo, dejar atrás intereses corporativos o el sectarismo de identidades no dispuestas a "contaminarse" por el resto de la humanidad. Un panorama distinto, pues, de las reuniones que protagonizan los movimientos de solidaridad global en este Estado, a juzgar por las críticas vertidas a la reunión estatal sobre Campañas UE 2002 de Zaragoza, en noviembre de 20018.

Por otra parte, a pesar del acceso a recursos y a internet, la comunicación real es difícil en nuestras ciudades, obstaculizando la creación de códigos culturales compartidos e impidiendo limar asperezas y desconfianzas. Así, por poner un ejemplo, en Brasil la foto del Che presidirá las casas de los sin-tierra, de los militantes del CUT y del PT, y de algún que otro espacio ligado a alguna de las iglesias que existen. Constituyen símbolos y lenguajes que trascienden generaciones y espacios sociológicos, a diferencia de lo que ocurre por estos lares. Y existen porque se recrean y comparten en espacios físicos, tanto en los propios de cada colectivo, como en la multitud de redes y experiencias que los ponen en contacto. Tal es el caso de las grandes marchas y congregaciones rumbo a Brasilia que han dado lugar, una vez que culturas y experiencias comunes se han asentado, al Foro Nacional de Luchas (FNL) que aglutina a sectores sociales opuestos a las políticas neoliberales. No caigamos en la tentación de pensar que la existencia del Foro ha dado lugar a la recreación de espacios sociales, acciones y discursos compartidos. Más bien ha acontecido al revés, pues no podemos olvidar que estos actores políticos provienen de la movilización común que derribó la dictadura a comienzos de los 80. En el Estado Español, por el contrario, las redes entre distintos colectivos sociales son aún muy débiles. Así, por poner el ejemplo de Madrid, no existe una gran tradición de trabajo conjunto entre sectores más ligados a los nuevos movimientos sociales (ecologistas, pacifistas, redes ciudadanas, incluso okupas) y sectores provenientes de vertientes más institucionales, principalmente del movimiento obrero (partidos, sindicatos, ONGs u otros colectivos políticos). Y en algunos casos, la memoria histórica de esas relaciones está plagada de referencias a desencuentros en ámbitos muy concretos (posicionamiento frente a la Guerra de Bosnia, por ejemplo) o en planos de mayor alcance (descrédito de la acción institucional entre parte de la militancia más joven, temor a la "inorganicidad creativa" de los nuevos movimientos sociales). Allá donde se desarrollan espacios de interacción al margen de las campañas (foros, mesas de trabajo, redes locales), se trabaja denodadamente en encontrar unos mínimos de interacción en las asambleas, y los personalismos desaparecen ante la preocupación por la libertad común, encontramos una mayor fluidez para desactivar desencuentros y alcanzar consensos que tienen su reflejo en la práctica (por poner unos ejemplos, véanse las contra-cumbres de Barcelona o Cáceres; y también en Madrid la coordinación de espacios frente a la cumbre Unión Europea-América Latina).

El análisis de estos desencuentros nos lleva al tema de la hipersensibilidad frente al poder como una de las características de los movimientos sociales contemporáneos. Sus raíces pueden estar, en algunos casos, en el legado cultural e ideológico del anarquismo. Pero en realidad, es una característica que comparten integrantes e incluso colectivos que se declaran herederos de corrientes marxistas. Esta hipersensibilidad es, por tanto, un principio, más que un estado pasajero. Es decir, la democracia participativa o radical, el cómo al que están tan atentos muchos nuevos movimientos sociales, no se acoge como medio para llegar a, sino como base fundante de cualquier proyecto social. Aparte de constituir un principio, la radicalidad democrática trata de impulsar espacios anclados en lo local, que permitan constituir biografías personales y colectivas realmente alternativas al orden existente, y en las que las personas sean los centros y no las organizaciones. No es una cuestión de eficiencia o de nuevas metodologías de movilización, sino de valores políticos que, parcialmente, se ven impulsados por estructuras como internet, velando por la existencia constante de compartimentos sociales que no puedan ser fagocitados por un pensamiento o sistema organizativo, sea éste de la índole que sea. Las asambleas (del MST o de los movimientos de aquí), la búsqueda de acciones que liguen lo local a lo global (campamentos, ocupaciones, consultas sociales, llamadas a la acción, el trabajo en los barrios), han venido para quedarse. Y la incomprensión o el rechazo de esta cultura política genera a veces tensiones cuando se insiste en dar preeminencia a una hipotética estructura antes que a una coordinación demandada por una necesaria función; coordinación que ha de crecer al calor de experiencias compartidas y confianzas asentadas en el seno de una diversidad de sensibilidades políticas.

Así, el Foro Social de Génova no es una experiencia "transportable" a la realidad social de nuestro Estado. Las redes sociales que lo componen tienen un inusitado vigor fruto de múltiples experiencias locales (afianzamiento en los 90 de las redes de centros sociales okupados y de movimientos zapatistas como Ya Basta que pasaron a convertirse en importantes referentes políticos y culturales; sinergias positivas de base entre movimientos cristianos, pacifistas, ONGs, etc. como puede ser la Rete Lilliput; fortaleza del movimiento estudiantil), y de la confianza tejida, fruto de años de interacción en torno a dinámicas concretas de lucha política, entre movimientos sociales y ciertos sindicatos (Confederazione Cobas) y partidos (caso de Rifondazione Comunista, Verdi, y otros). El Foro Social de Génova debería ser, entonces, una experiencia aleccionadora e ilusionante de cómo traspasar el umbral de esta etapa "pre-social", caracterizada por una debilidad extrema de culturas sociales que se adecuen a un trabajo "en redes", lo que imposibilita un diálogo político sostenido y una construcción de discursos y acciones compartidos.

Por el contrario, parece que las campañas bajo la presidencia española de la Unión Europea se volverán a caracterizar por una preeminencia de la protesta y de la sensibilización en torno a las grandes cumbres. Propuestas de trabajo local que ayudasen a vertebrar y conectar redes de base han pasado desapercibidas. La ciudadanía difícilmente se va a acercar a unos movimientos sociales si éstos permanecen lejanos, desconectados entre sí y más pendientes de hacer valer intereses o visiones particulares del conflicto.

Atreverse a sugerir direcciones de los movimientos de solidaridad global es, más que arriesgado, un ejercicio poco recomendable, habida cuenta de que, sin obviar experiencias históricas de luchas sociales, estamos ya embarcados en una realidad política en la que los procesos son "muy actuales" y están "muy vivos"9. Por ello, me atreveré a sugerir algunas claves sobre las que deberíamos reflexionar para, sin decidir el hacia dónde caminar, sí nos ayuden a construir el cómo caminar: ·

  • Acción: sólo un adecuado balance (para poner en evidencia los conflictos y "resolverlos") entre iniciativas locales y globales nos permitirán agrandar nuestro tejido social; amén de hacer de la ciudadanía el sujeto histórico de cambio, debe buscarse la complementariedad entre desobediencias constructivas, sensibilización y presión institucional. ·
  • Coordinación: habilitación de espacios radicalmente locales y democráticos desde los que delegar en coordinaciones más globales atendiendo al contexto cultural y a las necesidades políticas; refuerzo de la comunicación entre redes sociales mediante espacios e iniciativas al margen de campañas que permitan compartir biografías y códigos culturales. ·
  • Sentido político: convivencia incluyente de grandes narrativas que puedan ir sedimentando en principios comunes, de tal manera que se prime el aumento de la vitalidad de los procesos reales en aras de lo común sobre los debates idealistas, los hechos inconexos y los deseos de marcar direcciones.

En cualquier caso, cada movimiento social deberá hacer un esfuerzo por entender posiciones y culturas que, en principio, nos parecerán "ajenas" o "contrarias" a "nuestro" espíritu de solidaridad. La articulación social exigirá firmeza en valores a la vez que generosidad en las iniciativas concretas10

 

A estrela sobe

17.dezembro/2002 – Brasil

A ESTRELA SOBE

 

Frei Betto* (traducción de José Luis Burguet)
 
 

Lula fue elegido presidente de Brasil con más de 52 millones de votos, lo que parece increíble. ¿Cómo un mecánico tornero, fundador de un partido que en su carta de principios defiende el socialismo, llegó al gobierno por el voto popular?

Noten que escribí "llegó al gobierno" y no al poder. Son instancias distintas. Quien tiene poder no acostumbra ser institucionalmente gobierno, como es el caso del capital financiero. Quien es gobierno no necesariamente tiene poder, como los estados de América Latina, que dependen del flujo de capital externo.

La llegada de Lula al cargo más importante de la república ¿representa a la izquierda en el gobierno? Algunos dicen que no, pues, según ellos, Lula sólo fue elegido gracias al abandono de su discurso ideológico, al maquillaje de los asesores de marketing, al corrimiento político de la izquierda hacia el centro (o hacia la socialdemocracia). Según otros, Lula imitó al camaleón, disfrazando de verdeamarillo su color rojo. Una vez elegido, cambiaría la paz y el amor por el enfrentamiento con las fuerzas retrógradas del país.

¿Cambiamos nosotros o cambió Lula?, preguntaba Machado de Assis. Cambiamos ambos. Con excepción de los militantes del PSTU y del PCO, ninguna otra instancia de la izquierda brasileña se opuso al candidato Lula. Y no hay duda de que los electores de esos dos pequeños partidos han dado su voto en la segunda vuelta al candidato del PT.

Pero eso significa que el conjunto de la izquierda brasileña, salvo los reductos citados, apoyó o participó en la elección de Lula. En tal sentido, su elección es una victoria de la izquierda. Cuando hablo de la izquierda no me refiero a los militontos rabiosos que se hinchan las bocas con consignas oficiales y lamentan no morir como guerrilleros en la sierra de la Mantiqueira… Militontos que no siempre son capaces del sacrificio de dar atención a su propia familia o de hacer autocrítica frente a sus compañeros. No me refiero a aquellos que adoran estereotipos cinematográficos, visten la boina del Che y llaman burgués a quien no piensa como ellos. Hablo de aquellos que Norberto Bobbio considera posicionados en la izquierda: los que miran como una aberración la desigualdad social (pues según el científico italiano, la derecha la ve como fruto del orden natural de las cosas o, según otros, contingencias del mercado).

Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, es la primera vez que la estrella, símbolo de la izquierda (presente en las banderas de China y de Cuba, y también del PT; y en la boina del Che), hace una curva ascendente. En los últimos 13 años la izquierda quedó condenada al purgatorio. Revisó sus errores, hizo autocrítica, trató de rearticularse en nuevos partidos, promovió manifestaciones contrarias al actual modelo de globalización y, en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, trató de vislumbrar otro mundo posible. Huérfana de paradigmas, la izquierda, que tanto presumía de su conciencia crítica y de su lógica dialéctica, vio cómo se derrumbaban sus dogmas religiosos: el retorno de los países socialistas al capitalismo quebró la espina dorsal del materialismo histórico; la física cuántica mandó al espacio el principio del determinismo; la miseria de Corea del Norte y la apertura de Cuba al turismo, con toda la infraestructura importada de países capitalistas, hicieron que, en la práctica, la teoría fuera otra.

¿Qué significa ser de izquierda hoy? Antes significaba profesar un catálogo de doctrinas basadas en las teorías de Marx y Engels, según las hermenéuticas de Lenin, Trotsky, Stalin o Mao Tse Tung. Terminado el Muro de Berlín, presencié, en viajes por países socialistas, algo semejante a un grupo de cardenales que al morir descubren que no hay ni Dios ni cielo: teóricos del partido se adhirieron a los nuevos tiempos neoliberales y fueron rarísimos los militantes que se escondieron en trincheras para reiniciar la lucha por el socialismo. Y menos aún los que se aliaron con los pobres, las grandes víctimas de la desaparición del socialismo real. En resumen, ¿qué diablos de hombre y mujer nuevos eran aquellos que, ante la conmoción del sistema, no llevaban en sí convicciones, valores subjetivos, capaces de mantener encendida la vocación revolucionaria?

Con la caída del Muro de Berlín quedó claro que había tres tipos de militantes de izquierda: los adaptados, los ideológicos y los orgánicos. Adaptados eran aquellos que se acomodaron al socialismo con el mismo espíritu oportunista conque se adaptaron después al capitalismo; su negocio era mamar de las tetas del Estado. Hacían del partido único el trampolín para alcanzar sus ambiciones personales. Eran izquierdistas fisiológicos, sin ninguna convicción subjetiva de las tesis que defendían de la boca para fuera.

Los ideológicos sabían de corazón toda la cartilla marxista, citaban de memoria una extensa bibliografía, adoraban tener infinitas reuniones, rendían culto a sus jefes en el poder, pero no demostraban amor al pueblo, trataban a sussubalternos con la misma arrogancia con que un burgués lo hace en las obras de Gorky, y nunca estrechaban vínculos con los sectores más pobres de la población.

Los orgánicos se mantenían permanentemente sintonizados con el movimiento social, ayudando a fortalecer las organizaciones de la sociedad civil, como fue el caso, en Brasil, de los comunistas que actuaron junto a sindicatos rurales y urbanos y de los cristianos vinculados a las comunidades eclesiales de base y a las pastorales populares, que ayudaron a expandir el movimiento popular. Sólo los orgánicos sobreviven en las izquierdas en los ex países socialistas; sólo ellos, en Brasil, no se sintieron derrumbados con la desaparición del socialismo del este europeo, como si el Muro de Berlín hubiese caído sobre sus cabezas.

Lula es fruto del objeto de la izquierda: la clase trabajadora. Recuerdo bien la fundación del PT. Los políticos afiliados a los partidos de izquierda se pusieron furiosos ante la petulancia de un obrero que se negaba a ingresar a los partidos que representaban los intereses de las clases trabajadoras y con gesto osado creaba lo que nadie todavía había pensado: un partido de los trabajadores. Vi a un dirigente comunista, renombrado intelectual, tirarse del pelo, indignado, como si dijera: ¿por qué un proletario anhela ser vanguardia del proletariado? ¿Será que no conoce la historia? ¿No sabe que los partidos de la vanguardia del proletariado casi siempre fueron dirigidos por intelectuales (Lenin, Stalin, Mao, Fidel…)?

Enfocar a Lula desde la óptica ideológica, antes de fijarse en su extracción social, es invertir los términos de la ecuación política. Sin embargo, Lula no es resultado de sí mismo, sino de un movimiento social construido durante 40 años (1962-2002), en el que las teorías de Marx tuvieron menos importancia que la pedagogía de Paulo Freire. Lula es fruto de las CEB y de la Teología de la Liberación, de la izquierda que enfrentó a la dictadura y de las oposiciones sindicales, de la CUT y del MST, del agravamiento de la crisis social brasileña y de la actual globocolonización. Lula es lo que queda de la izquierda orgánica después de la caída del Muro de Berlín. Ahora sube la estrella.

La coyuntura nacional e internacional sufrió cambios sustanciales después de 1989. El mundo unipolar quedó bajo la hegemonía neoliberal, el capital especulativo sobrepasó al productivo, aumentó la desigualdad, las teorías de izquierda pasaron por una rigurosa evaluación crítica, movimientos como el MST fueron innovadores en sus métodos de lucha, adecuando propuesta y conquista; las revoluciones se hicieron inviables (Nicaragua, El Salvador, Colombia…) frente a la guerra de baja intensidad de las potencias.

En tanto, la piedra angular de todo el edificio de la izquierda, desde los socialistas utópicos hasta Fidel Castro, no sólo se mantuvo, sino que se amplió: la pobreza como fenómeno colectivo. Pues sólo los cínicos fingen ser de izquierdas para buscar parcelas de poder. Estar en la izquierda es, como principio ético, luchar para que todos tengan acceso a los bienes esenciales para la vida y la felicidad.

Es por lo profundo del agravamiento de la cuestión social por lo que Lula ganó la elección. Sus fuerzas de sustentación política, como la CUT y el MST, ya habían obligado a la agenda política del país a tratar temas como las reformas obrera y rural. El desempleo, el hambre, la mala calidad de la salud y de la educación hicieron que el electorado reconociera que con Lula es posible otro Brasil. Posible en la medida en que la izquierda tenga claridad acerca de que una elección no es una revolución. Esta es la ruptura de un sistema; aquélla es un cambio de gobierno. Lula no va a implantar el socialismo por decreto. Va a modernizar el capitalismo, aumentando la capacidad productiva del país y reduciendo el desempleo y el hambre. No hará lo deseable, sino lo posible. No inventará la rueda, pero le imprimirá la suficiente velocidad para atenuar la deuda social.

Para este propósito Lula cuenta con el apoyo de una amplia mayoría de la población. Aunque algunos militantes le pidan un discurso ideológico, que sonaría bien en oídos acostumbrados a la música ortodoxa (y asustaría al pueblo), es necesario reconocer que Lula rescató para la izquierda, entre otras, una virtud preciosa ya hace tiempo dejada de lado por los defensores de la nueva sociedad: el buen humor. Sí, porque era casi una marca registrada el militante hosco, ceñudo, incapaz de sonreír, saltar y alegrarse con las cosas buenas de la vida. Aquel militante para quien el futbol era alienación; la religión, opio del pueblo; el carnaval, promiscuidad; el hombre de saco y corbata, burgués; la mujer bien arreglada, superficial. Militante que soñaba con construir un mundo nuevo adoptando comportamientos tópicos de la persona vieja: la ira, la envidia, la sed de venganza, el autoritarismo, la ambición de poder.

La izquierda, que siempre habló de táctica para la conquista del poder, tuvo dificultad de entender su aplicación en un proceso electoral. Como me dice Duda Mendonça: vendo productos a quienes no les gustan. En otras palabras, publicidades convencer al mercado para que adquiera lo que no conoce o incluso rechaza. Y la oferta debe ser, a los ojos del cliente, una buena oferta. (Para quien no sabe de esto, la publicidad fue inventada por Jesús, al envolver su mensaje con el rótulo de evangelio, palabra griega que significa buena nueva. Los apóstoles y los misioneros son los vendedores del cristianismo.)

La táctica electoral dio en el blanco. Atrajo a elegir a Lula a sectores de la población que antes lo miraban con prejuicios. Amplió el arco de apoyos en la esfera partidaria. (Apoyo no es alianza. Lula no prometió ningún cargo acualquier partido, ni cedió en su programa de gobierno. No hubo cambalache.)

Lula no hizo una campaña para agradar a los petistas (del PT) o a la izquierda. Ni hará un gobierno en ese sentido. Será el presidente de todos los brasileños, coherente con los principios que lo llevaron a fundar el PT y fiel a su programa de gobierno. Priorizará las cuestiones sociales, a las que estará supeditada la economía. Si eso no es ser de izquierda, ¿cómo será?

Habrá quien diga que ser de izquierda es derribar el capitalismo y edificar la sociedad socialista. Estoy de acuerdo con esa tesis, incluso por razones aritméticas: no habrá futuro digno para la humanidad si no se da aquello que reza el sacerdote en la eucaristía: "fruto de la tierra y del trabajo del hombre". Pero ¿cómo poner fin al sistema que sitúa el lucro individual por encima de los derechos colectivos? ¿Mediante revoluciones? Dudo que en la coyuntura actual sean viables. Desde la cubana, hace 43 años, ninguna otra fue posible en América Latina, excepto la sandinista, en Nicaragua, abortada pocos años después.

Quizás el efecto Lula venga a demostrar que mediante la acumulación progresiva de los movimientos sociales es posible conquistar parcelas de poder e introducir nuevos cuadros en la esfera del gobierno. Si eso significa la superación paulatina de las políticas neoliberales y la mejora de la calidad de vida de la mayoría de la población, lo aplaudiré como un gran salto adelante. En caso contrario le daré la razón a Robert Michels, que en 1912, en su clásico Los partidos políticos, defendió esta tesis, hasta ahora confirmada por la historia: todo partido revolucionario que insiste en disputar espacio en la institucionalidad burguesa termina por ser asumido por ella, en vez de transformarla.

La suerte está echada. Y no debemos preguntar qué hará Lula por Brasil. Debemos preguntarnos lo que cada uno de nosotros hará para fortalecer las bases populares de su gobernabilidad.

 

* Frei Betto é escritor, autor, em parceria com Domenico de Masi e José Ernesto Bologna, de "Diálogos Criativos" (DeLeitura), entre outros livros.
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