Parcelas de la clase dominante – sectores del Poder Judicial, del Congreso Nacional, del Tribunal de Cuentas de la Unión , del Ministerio Público y de los medios de comunicación – están articulando una nueva ofensiva contra el MST y los trabajadores. Podemos observar esta ofensiva en la creación de otra CPI para investigar el Movimiento, la tercera en los últimos cuatro años. Esto se puede vertambién en la reacción de los medios de comunicación frente a las protestas en Pará.
Además de la persecución policial directa y de que el Estado actúa como protector del latifundio, ahora se busca construir una deslegitimación del movimiento campesino, con la intención de crear un repudio social contra los trabajadores organizados. Presentan nuestro Movimiento no sólo como violento, sino también como agente de corrupción.
Eso no quiere decir que las antiguas fórmulas se hayan abandonado. En diversos estados, los pistoleros aún disparan contra los sin tierra, a veces a plena luz del día. Recientemente podemos recordar el asesinato de Elton Brum, en Rio Grande del Sur, o los 18 trabajadores disparados por la escolta armada de la Agropecuaria Santa Bárbara, en Pará.
Lo que los agentes defensores de la estructura agraria del país no quieren mostrar es que Brasil presenta la peor concentración de tierra del mundo. Nunca hizo la Reforma Agraria , a diferencia de todos los países desarrollados. El agro negocio, que se define como desarrollado, produce menos del 15 % de los alimentos que van a parar a la mesa de la población. Los índices de productividad están atrasados desde 1975. Aún existe el latifundio, ahora aliado de las transnacionales, y aún mata, tortura, explota y oprime a los trabajadores rurales.
Brasil aún no saldó su deuda histórica con los pobres del campo. Y nosotros no vamos a desistir de luchar, de denunciar los crímenes que se cometen día tras día. Esas empresas que hacen propaganda en la televisión están robando las tierras de la Unión , como en el caso de la Cutrale , en São Paulo. Están explotando el suelo con una cantidad absurda de venenos, otorgando a Brasil el título de mayor consumidor de venenos del mundo.
Y porqué no nos callamos, nos siguen persiguiendo. Estamos haciendo una campaña internacional para denunciar el proceso de criminalización que el MST y los pobres del campo están sufriendo. Damos el nombre de criminalización a las acciones de agentes estatales, como los políticos y los medios de comunicación, que tienen como objetivo reprimir los movimientos sociales y sus militantes como criminales, o crear condiciones para la represión.
Nos quieren aislar, retirar el apoyo que la sociedad brasileña históricamente dio a la Reforma Agraria. Pero estamos atentos. Recientemente, un manifiesto firmado por intelectuales tuvo la adhesión de más de cinco mil personas que denuncian la criminalización de nuestra lucha. Ahora estamos buscando organismos internacionales para que el mundo sepa lo que los sectores retrógrados de Brasil están haciendo con sus trabajadores. Fuimos a la Organización Internacional del trabajo (OIT), en Suiza, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Washington, en los Estados Unidos.
Y principalmente; nos comprometemos a seguir defendiendo la Constitución Federal , que dice que la tierra debe cumplir su función social. Si quieren criminalizar la lucha por un derecho, es nuestro deber denunciar las inmensas injusticias que forjaron la construcción de este país. No nos vamos acallar.
Secretaría Nacional del MST
