Entrevista a Bernardo Mançano

A día de hoy es difícil cuestionar la existencia del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) como actor político con peso propio dentro y fuera de Brasil. El espacio político que el MST ha conquistado en relación al propio gobierno, el congreso, los medios de comunicación, la propia opinión pública, así como la repercusión internacional que ha logrado a lo largo de sus más de veinte años de lucha, lo colocan como un interlocutor político de primer orden en relación a la cuestión agraria y a la realidad social brasileña.

A seis meses de las próximas elecciones generales brasileñas del próximo uno de octubre,  la reflexión y la orientación política del mayor movimiento de la “izquierda” latinoamericana merece una especial atención y análisis, más aún si examinamos desde la propia perspectiva del movimiento la legislatura del Gobierno Lula, a la que muchos de sus miembros no dudan en calificar de traición política.

La afinidad y ligazón histórica que tradicionalmente ha caracterizado desde sus inicios al Partido dos Trabalhadores (PT) y al MST plantean un complejo análisis histórico y sociológico donde el pragmatismo político intenta convivir y superar la confrontación directa y apartarse de una reflexión de coherencia ideológica.

Para asomarnos a esta realidad poliédrica, la visión del Dr. Bernardo Mançano Fernández es por meritos propios una referencia ineludible. Doctor en Geografía, es profesor e investigador en esta área por la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del Estado de São Paulo, (UNESP), en el campus de Presidente Prudente. Coordina el grupo de estudios, pesquisas y proyectos de reforma agraria, NERA, donde desenvuelve, DATALUTA, banco de datos de la lucha por la tierra. Hace más de 22 años que estudia el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. Asesor del MST, es autor de un gran numero de publicaciones, entre las que podemos destacar algunos títulos como "A formaçao do MST no Brasil" o “Brava gente: A trajetoria do MST e a luta pela terra no Brasil”.

Sentados en la terraza de una tranquila cafetería de la localidad de Presidente Prudente, y antes de dar por comenzada la entrevista, el Dr. Bernardo insiste en la importancia de retrotraerse hasta la década de los 80, para comenzar, acto seguido, a hablar del origen paralelo del MST y del PT en la etapa de transición y la posterior evolución de las relaciones entre ambos actores políticos:

Dr. Bernardo Mançano.-En esta década, el PT y el MST tuvieron papeles fundamentales en el proceso de redemocratización del país: el PT como partido urbano que comenzó a disputar espacios políticos y el MST como movimiento campesino en lucha política por la reforma agraria. La relación entre el MST y el PT siempre fue muy próxima, siempre fue una relación de dos instituciones que se identificaron porque tuvieron dentro de su ideología una misma perspectiva: la transformación de la sociedad y la construcción del socialismo. El PT perdió esa identidad en el año 1994, optando por una trayectoria más social-demócrata, que causo, de cierta forma, un distanciamiento entre ambos.
Con la elección del Gobierno Lula, en cierta manera el MST fue colocado al margen del Gobierno. Aunque el PT no abandonó sus políticas sociales, ya no se identificaría más con procesos de trasformación de la sociedad. Con todo, a la llegada del PT al poder nos encontramos con dos problemas: de un lado los escándalos de corrupción, lo que perjudico extremamente cualquier avance en las políticas sociales, y del otro, la subordinación del PT a una política internacional dictada por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Como se viven esas transformaciones a nivel interno?

Dr. Bernardo Mançano.-En la década de los 80, el MST y el PT formaban  sus cuadros principalmente a partir de los núcleos de base ligados a la Iglesia, ligados a una gran diversidad de sindicatos y de movimientos sociales. A partir de la década de los 90, cuando el PT conquistó varias prefecturas y distintos gobiernos de Estado, ya con diversos diputados,  la propia vida política del partido  comenzó a reproducir a sus propios cuadros. Los militantes del PT,  los funcionarios del PT, pasaron a ser recreados por la propia mecánica del partido, no más por la dinámica de una lucha de base, de manera que esto también distanció al PT de esa realidad.

El MST, al contrario que el PT, continúa con la misma dinámica desde el inicio y aumenta la participación social en su estructura con el trabajo de base y con la ocupación de la tierra en una estrategia de expansión. En el año 2003, el PT  se tornó un partido gigantesco y con certeza en el 2006  va a ser uno de los menores partidos de Brasil en cuanto apoyo social se refiere. El PT está en una etapa de reflujo enorme, en gran parte, por esa pérdida del apoyo en su base social.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  ¿Como se articularía electoralmente el apoyo político del MST al Partido de los Trabajadores?  

Dr. Bernardo Mançano.- El MST no hizo un trabajo político únicamente con su base, sino que impulsó una labor intensa de propaganda electoral en varias ciudades. Al mismo tiempo, el MST no percibió, ni propia sociedad apreció, que el PT había cambiado. Solamente cuando Lula alcanzó el gobierno se comprendió que se había perdido poder.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  ¿Existe una evolución en la propuesta de reforma agraria del PT desde la década de los 80 hasta la actualidad?

Dr. Bernardo Mançano.- Existe un abandono. El PT tuvo una propuesta de reforma agraria en la década de los 80 y la perdió, de tal forma que en el 2003, ya en el gobierno, no presentó ninguna. Es un retroceso enorme.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Hasta la llegada al poder del PT, ¿éste se identificaba con la propuesta de reforma agraria del MST?

Dr. Bernardo Mançano.- No. Existe un proceso paralelo también en este sentido, desde 1984 hasta 1989, el PT se identificaba. Del 94 hasta la actualidad, abandonó la idea de la reforma agraria.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿En que se transforma?

Dr. Bernardo Mançano.- En Fome Zero[1] . El PT optó por la bolsa familia, optó por políticas compensatorias en vez de una política de cambios en las relaciones de poder, como por ejemplo la reforma agraria.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Qué crítica puedes hacer de la política de Fome Zero?

Dr. Bernardo Mançano.- La política de Fome Zero no moviliza a la población, la política de Fome Zero no permite ninguna perspectiva de transformación. El PT no tiene interés en afianzar sus fuerzas con la movilización de la sociedad. Tiene interés por garantizar sus fuerzas con algunos grupos de la sociedad, principalmente los empresarios. Una buena muestra de ello es que, en su mandato Lula ha trabajado mucho más con empresarios que con trabajadores.  

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Ante la falta de un plan de reforma agraria por parte del propio gobierno, y habiendo participado dentro del equipo que elaboró el primer borrador del II Plan Nacional de Reforma Agraria[2] , ¿qué interpretación haces de lo sucedido?

Dr. Bernardo Mançano.- En realidad tengo la sensación de que fuimos usados por el PT. En Junio del 2003, el Gobierno Lula nos convida para realizar un plan de reforma agraria. Ese plan estuvo listo en Octubre y un mes después de presentarlo ya conocíamos la existencia de otro proyecto. Nuestra propuesta se utilizo para realizar otro plan, un plan mucho más conservador. A veces tengo la impresión de que les sirvió para asustar a la derecha y hacer prevalecer la oferta del gobierno que era más limitada.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Qué recortes tiene en relación con vuestro plan?

Dr. Bernardo Mançano.- Podemos hablar de dos puntos diferentes. En primer lugar, nosotros proponíamos asentar a un millón de familias y desapropiar aproximadamente 200 millones de hectáreas. El Gobierno Lula no está desapropiando, sólo está asentando a las familias. El 75% de las familias asentadas en los tres primeros años de gobierno lo fueron en tierras que ya eran asentamientos, lo que muestra que el gobierno está desapropiando muy poco. En segundo lugar, nosotros planteábamos la desapropiación a nivel regional para un mayor proceso de desarrollo y el gobierno únicamente está actuando aisladamente.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Como respuesta a estos acontecimientos, ¿puedes hablar de la marcha a Brasilia del MST en el 2005 [3]?

Dr. Bernardo Mançano.- Fue una forma de presión al gobierno por parte del MST para afianzar lo que ya estaba asegurado, o para no perderlo todo. El Gobierno Lula es un gobierno en disputa entre aquellos sectores más interesados en una política neoliberal y los movimientos sociales. En ese contexto la marcha a Brasilia supuso una forma de actuación política, ya no en el sentido de avanzar, sino más bien para no retroceder.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Piensas que Lula utilizó al MST como instrumento?

 Dr. Bernardo Mançano.- Lula no utilizó al MST como instrumento. En todo caso creo que el PT y el MST se utilizaron mutuamente como instrumento. No  dudo que el MST y el PT pudieran acordar una marcha para crear una condición política. Eso acontece en todas las instituciones. Son combinaciones que se hacen. Ahora bien, el MST no haría eso únicamente para agradar al gobierno, lo haría porqué también tiene intereses en él. Es una relación de igual a igual, no es una relación de subordinación del MST o del Gobierno Lula. Es una relación de “trueque” político.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Existió un antes y un después en la política del gobierno después de la marcha?

Dr. Bernardo Mançano.- Lo que existe es un conjunto de políticas de desenvolvimiento que fueron aprobadas por el gobierno en el año 2003 y que comenzaron a ser canceladas. Fue en ese momento cuando el MST se vio obligado a hacer la marcha para garantizarlas. Para que te hagas una idea, cuando nosotros entramos, cogiendo un sector como puede ser el de la educación, teníamos cuarenta millones de reales como presupuesto para el 2003, para el 2004 el gobierno disminuyo a veinte, con la marcha quedamos en cuarenta. Todas las acciones del MST fueron para no perder lo que ya estaba conquistado.  

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Cómo interpretas la lucha de poderes dentro del propio Partido de los Trabajadores, entre la coordinación de movimientos sociales, en los que se encontraría el MST, y el ala más neoliberal del gobierno?

Dr. Bernardo Mançano.- El PT ya no es un partido que se identifique con la clase trabajadora, que se identifique con la lucha popular. Perdió esa identidad. Tal vez  lo que nosotros podemos hacer es velar por que el PT no pierda su tendencia democrática, en el sentido de permitir una mayor participación a la sociedad, a los movimientos sociales, a las organizaciones de izquierdas, una repartición de la riqueza del país a través de políticas públicas. Eso es lo máximo que conseguiremos hacer.

Bruno López Aretio-Aurtena.- En esta correlación de fuerzas, ¿donde se encontraría Lula?
 
Dr. Bernardo Mançano.- Es difícil responder a esa pregunta porque el PT se dividió. Con los sucesivos escándalos políticos se parceló.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Lula controla el juego de su partido?

Dr. Bernardo Mançano.- Yo creo que no tiene partido para controlar el juego. Los miembros históricos del partido o salieron o cayeron en la corrupción, el 90%  se perdió.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Ahora que muchos de los miembros del MST hablan de decepción, incluso de traición por parte del PT, ¿cuál crees que va a ser la línea de acción del propio MST en relación a las próximas elecciones del 2006?

Dr. Bernardo Mançano.- En mi opinión, el MST va a apoyar a Lula. No tengo duda de eso. Por lo que tengo conversado con los líderes no hay otra salida. Si con el PT, si con Lula tú tienes que luchar para no tener retroceso, con otro partido, ni luchando vas a impedir ese reflujo.  

Bruno López Aretio-Aurtena.-  De no apoyar la candidatura petista, ¿tendría miedo el MST a un aislamiento político?
 
Dr. Bernardo Mançano.- No porque el MST no depende de partidos. Va a seguir estando presente en los medios de comunicación porque la lucha popular va a estar ahí. Lo que puede suceder es una persecución política. Ya actualmente estamos asistiendo a una criminalización del MST por parte de diversos sectores políticos.

Una cosa que estoy percibiendo ahora, y que se está convirtiendo en una nueva practica de los movimientos campesinos, es que ante esta nueva coyuntura de criminalización, los movimientos sociales están comenzando a atacar aquello que es más importante para el agronegocio[4] , que ya no es la propiedad. Es la producción. Están comenzando a crear una nueva forma de lucha. Un buen ejemplo serian  las mujeres que destruyeron el laboratorio Aracruz Celulosa en Río Grande do Sul[5].  
En este contexto, tal vez algunos grupos no ligados al MST, pero ligados al PSTU[6] , PSOL[7] , van a encontrar en la lucha armada la única salida para continuar luchando ante este proceso de exclusión. Indirectamente, eso significaría para el MST un reflujo enorme.

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Da la sensación que el apoyo del MST al PT es ilimitado. ¿Hasta dónde va a estar dispuesto a aguantar?

Dr. Bernardo Mançano.- Hasta surgir una fuerza política equivalente. La cuestión hoy es la falta de salida, falta de alternativa. Hoy en día no existe una mejor opción. Si la sociedad brasileña, los movimientos populares, consiguieran organizar una nueva fuerza política de aquí a diez, veinte años, el MST va a acompañar ese proceso. Pero hoy en día, el límite es la falta de una fuerza política similar.  

Bruno López Aretio-Aurtena.-  Ante la perspectiva de un debate ideológico interno dentro del MST[8] , ¿cuál crees que puede ser el proyecto popular que éste pueda desarrollar?

Dr. Bernardo Mançano.- Yo creo que el MST no tiene fuerza como para plantear a día de hoy una propuesta. Sería un planteamiento de transformación de la sociedad, y no tiene potencia como para llevarlo a cabo. Ni siquiera consigue presionar a la administración para desarrollar un nuevo modelo agrario. Su papel en el gobierno continuará siendo marginal. Con certeza, insistirá en la exigencia de la reforma agraria a escala local, a escala nacional y a escala mundial. Va a continuar luchando en estas escalas pero sin mucha fuerza de transformación.
En la realidad brasileña, el MST es fuerte sólo cuando la sociedad es fuerte, y nosotros en Brasil tenemos un retroceso enorme de partidos de izquierdas y de movimientos sindicales. Cuanto más crecen estos elementos, más crece el MST.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Y en los momentos de crisis como el actual?

Dr. Bernardo Mançano.- El MST no retrocede al mismo nivel porque no depende tanto del capital como puede hacerlo un sindicato o un partido. Sin esa dependencia tan marcada, el MST consigue caminar más libre, más autónomo. Sin embargo, él sólo no avanza, precisa de esas otras dos instituciones.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Crees posible que ha medio/largo plazo, el MST, en conjunto con la coordinación de los movimientos sociales, pueda proponer un nuevo partido político como alternativa política para el gobierno de Brasil?

Dr. Bernardo Mançano.- A día de hoy no existe un escenario cercano para ello. Ahora, están empezando a trabajar para ello, los disidentes del PT, algunos sindicatos, están actuando en ese sentido. El proceso va a depender de la supervivencia del propio PT. Si el PT sobrevive, tendremos más dificultades. Si el PT no perdura, no habrá otra salida que no sea construir otro partido.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Cómo piensas que debería ser la línea política del MST en el contexto político actual?

Dr. Bernardo Mançano.- Hablar desde fuera es muy difícil, yo no estoy allá para hacer la lucha que ellos hacen, pero si pudiera definir alguna cosa, sugerir alguna cuestión, defendería la lucha democrática por la reforma agraria, la resistencia de los principios del MST, continuar luchando por la educación, contra el capital y el agronegocio; intentar mostrar que la democracia es diversidad y no monopolio de un sistema; continuar construyendo ideas, construyendo ideologías y en ese aspecto entraría el desarrollo de un nuevo partido.
Todo esto va a depender mucho de la coyuntura donde se desenvuelva. El MST en estos veinte años de existencia siempre acompañó mucho a la coyuntura política. Siempre fue muy coherente con ésta y pienso que continuará siéndolo.
En la situación política actual tenemos que percibir una crisis enorme del capitalismo, principalmente por el fracaso de las políticas neoliberales. La propia elección de Lula es ya un indicador. La propia clase empresarial brasileña no acredita ya que el mercado es definidor de todo. El papel del Estado es importante, el desarrollo económico y social es importante. Aquella fuerza que el neoliberalismo tuvo entre los años 95 y 99 en Brasil, cuando con el gobierno FHC[9]  consiguió ser reelegido basándose en estas políticas, hoy ya no tiene más representatividad.
Nosotros percibimos esa situación de descenso de las políticas neoliberales.

Bruno López Aretio-Aurtena.- ¿Eso es una situación de esperanza en cuanto el futuro político de Brasil?

Dr. Bernardo Mançano.- Es una situación de indefinición. El cuadro político tal y como está colocado hoy en día nos permite pensar que somos nosotros quienes debemos construir nuestra propia definición.

NOTAS
[1]  Inspirado en la propuesta Fome Zero lanzada en el 2001 por el Instituto de la Ciudadanía,  el Gobierno Federal de Brasil impulsó en marzo de 2003 un proyecto homónimo con el objetivo de asegurar el derecho humano a la alimentación y erradicar el hambre que sufren alrededor de diez millones de brasileños. Se creó para tal fin un ministerio extraordinario de seguridad alimentaria, MESA, con la tarea de llevar a la práctica dicho programa, en función a políticas estructurales, específicas y locales. Ante la falta de los resultados esperados numerosos movimientos sociales, incluso organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, critican el carácter meramente asistencialista de las medidas desarrolladas y la demora de políticas estructurales al respecto.
[2]  Segundo Plan Nacional de Reforma Agraria, PNRA, presentado en noviembre de 2003 durante la Conferencia de la Tierra en Brasilia. El propio gobierno convidó a personas identificadas con la lucha por la Reforma agraria, junto con la participación de los movimientos sociales y la reflexión académica, para organizar un equipo de trabajo y preparar un Plan Nacional de Reforma Agraria. En ese plan estaban previstos el asentamiento de un millón de familias en cuatro años, así como la reestructuración  del INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), cambios en la legislación agraria, transferencia de la CONAB (Compañía nacional de abastecimiento) para el área nacional de la Reforma Agraria y la creación de un Instituto Nacional de Capacitación Técnica.
En relación a las metas propuestas, las cifras que presentó el gobierno, asentamiento de 430.000 familias, suficiencia de recursos económicos y prioridad en el asentamiento de las familias acampadas, quedarían lejos de las pretensiones iniciales. Finalmente los movimientos sociales del campo aceptaron el ofrecimiento y firmaron un acuerdo con el gobierno federal por considerarlo cuantitativamente representativo. La lucha por el cumplimiento de las promesas sostenidas por el gobierno en dicho acuerdo, han marcado buena parte de la lucha por la reforma agraria desde el 2004 hasta hoy.

[3]  El MST y los movimientos campesinos articulados en la vía campesina de Brasil organizaron,  entre los días 1 y 17 de Mayo del 2005, una gran marcha con destino a Brasilia con el objetivo general de colocar  el debate de la reforma agraria dentro de la sociedad. Se buscaba de esta forma influir en la correlación de fuerzas políticas dentro del gobierno, criticando el proyecto de desenvolvimiento neoliberal continuista del ejecutivo, así como el incumplimiento de las promesa sobre reforma agraria que el “Gobierno Lula” había resuelto en noviembre de 2003 en relación al Segundo Plan Nacional de Reforma Agraria.
A lo largo de los más de 300 kilómetros que recorrió la marcha por 23 Estados brasileños, los 10.000 participantes no solo reivindicaron la importancia de la reforma agraria y la democratización de la tierra, asuntos como el desempleo de los trabajadores, la movilización contra el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) , la exigencia de una auditoria de la deuda interna brasileña, la democratización de los medios de comunicación, o la retirada de las tropas brasileñas de Haití, fueron igualmente encaminados en forma de protesta hasta Brasilia.

[4] En referencia a las grandes corporaciones, principalmente transnacionales, ligadas a la producción, comercialización y distribución agraria.  Se caracteriza por una producción de monocultivo y latifundista orientada hacia la exportación. Está sustentada en el uso de alta tecnología y la utilización indiscriminada de agrotóxicos en función al mayor rendimiento posible sobre la tierra.

[5]  Ocupación realizada el pasado 8 de marzo del 2006 por cerca de mil manifestantes en el predio de Aracruz Celulosa, en Barra do Ribeiro, propiedad de la empresa sueco finlandesa Stora Enso. La acción busco denunciar las repercusiones ambientales y los desajustes sociales provocados por la mayor empresa responsable del avance del monocultivo de eucaliptos en Brasil. Nueve campesinas fueron detenidas acusadas de robo de material y la destrucción de los resultados de cerca de 20 años de investigaciones genéticas.

[6] Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado

[7]  Partido Socialismo e Liberdade

[8]  En una entrevista concedida el pasado 23 de marzo del 2006, Geraldo Fontes, miembro de la coordinación Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, aseguró que, a partir de Mayo de este mismo año se desarrollarían asambleas populares a nivel Local, Estatal y Nacional orientadas al interior del MST y en acción conjunta con la Coordinación de Movimientos Sociales para el desarrollo de un debate que comience a construir un proyecto popular para Brasil como alternativa al modelo económico neoliberal actual. Solo a partir de este debate a medio-largo plazo, el MST optará por una u otra candidatura política para las elecciones del próximo 1 de octubre de 2006.

[9]  Fernando Henrique Cardoso: (Río de Janeiro, 18 de junio de 1931). Político y sociólogo, presidente de la república brasileña en dos periodos constitucionales: 1995-2003. En el plano económico, intentó frenar la fuerte inflación desarrollando una política marcadamente neoliberal disminuyendo el intervencionismo estatal en la economía para atraer la inversión extranjera.

Entrevista realizada al Doctor Bernardo Mançano Fernández  por Bruno López Aretio-Aurtena, Licenciado en historia por la Universidad de Castilla la Mancha, el pasado día 4 de abril del 2006 en Presidente Prudente, Estado de Sao Paulo, Brasil.