MSTInforma – nº 158 viernes, 19 de diciembre de 2008

Sólo la lucha puede mejorar la vida del pueblo

 

Durante el año 2008, escribimos un capítulo más en la lucha entre los dos proyectos que disputan la agricultura brasileña. Por un lado, la pequeña y mediana agricultura, que produce alimentos para la mesa de las familias brasileñas. Por el otro, las grandes empresas, nacionales y transnacionales, y el capital financiero, que produce soja, eucaliptos, caña de azúcar y pecuaria extensiva para la exportación.

El gobierno Lula, infelizmente, sigue dando prioridad al modelo del agro negocio. Concedió créditos, perdonó deudas y flexibilizó la legislación ambiental, mientras los trabajadores rurales continúan en la lucha por la Reforma Agraria y los asentados pasan por grandes dificultades para garantizar la producción y obtener renta. De esta forma, gana fuerza el modelo agro exportador, basado en grandes extensiones de tierra, uso de agro tóxicos, impactos negativos en el medio ambiente y explotación del trabajo.

 

Este año, también se avanzó en la política de potenciar los agro combustibles, que contribuyen a aumentar los precios de los alimentos, tanto porque se plantan más que otros cultivos como porque eleva la media del valor de los productos agrícolas. El modelo del agro negocio, especialmente la producción de materia prima para combustible, aumenta el hambre en el mundo, de la misma manera que amplia el lucro de las empresas transnacionales, como la Bunge, Cargill, Monsanto, Bayer, Syngenta, entre otras.

 

Mientras tanto, ¡la Reforma Agraria no avanzó y la concentración de tierras aumentó! Entendemos que sin presión social no son posibles transformaciones significativas en nuestro país, marcado por profundas desigualdades sociales y pobreza.

 

Por todo esto, nos lanzamos a la calle, ocupamos latifundios, presionamos los gobiernos para conseguir la Reforma Agraria, escuelas, crédito, agro industrias cooperativas, casas, es decir, para conseguir mejores condiciones de vida y trabajo. Denunciamos el modelo del agro negocio, los crímenes cometidos por las compañías transnacionales, el avance de la cultura de los transgénicos, la usurpación de nuestro territorio y nuestra biodiversidad por empresas extranjeras. 

 

La lucha por la Reforma Agraria no es simple. Enfrentamos los sectores más conservadores de nuestro país, que intentaron criminalizar y hasta situar en la ilegalidad una lucha digna y justa para mejorar las condiciones de vida. Enfrentamos empresas poderosas y el capital financiero, que quieren controlar la producción, la industrialización, la distribución y la comercialización de la comida.

 

Y aún de esta manera, con tantos obstáculos y represión, ¡obtuvimos conquistas! Los nuevos asentamientos, como en San Gabriel (RS), en el corazón del latifundio endeudado, Chico Mendes (PE), en la antigua Votorantim, y, expropiando con fines sociales una hacienda de trabajo esclavo, en Pará, son ejemplos de que con lucha y resistencia, las conquistas son posibles.

 

Además de estas conquistas, la crisis del sistema financiero internacional – el mismo sistema financiero que gestiona el agro negocio- reveló la fragilidad del modelo concentrador. La especulación y el lucro por encima de cualquier interés de las empresas del agro negocio fueron revelados a la sociedad. Los grandes proyectos de celulosa, por ejemplo, que amenazaban transformar estados en “desiertos verdes” cayeron en la ruina con la especulación, consumiendo recursos públicos y expulsando millares de trabajadores engañados con las promesas de empleos. La crisis de los alimentos también reveló las prioridades del agro negocio: buscando la salvación de las bolsas de valores, especularon con un derecho básico de los seres humanos, la alimentación.

 

Ahora es evidente que sólo la Reforma Agraria puede producir alimentos y generar empleos permanentes en el campo, además de millares de empleos indirectos en las ciudades donde se instalan los asentamientos, moviendo la economía local y alimentando la ciudad.

 

Nuestra lucha es la misma de tantas brasileñas y brasileños: lucha por dignidad y por un país justo y fraterno. En el campo, luchamos al lado de los afectados por la construcción de presas, pequeños agricultores, indígenas, habitantes de quilombos y pescadores. En la ciudad nos unimos a los sin techo, los petroleros, los desempleados, los profesores, es decir, a todos los trabajadores y trabajadoras que defienden un Proyecto Popular para Brasil.

 

La crisis económica mundial abre oportunidades para nuestro país y para la clase trabajadora. No podemos dejar pasar la oportunidad de cambiar este modelo económico, que impide nuestro desarrollo con justicia social. Sólo la lucha podrá evitar que la crisis recaiga sobre los trabajadores, con aumento de desempleo y disminución del salario.

 

En este contexto, entramos en el 2009, año en el que celebramos 25 años de lucha y organización, animados y con la esperanza de que el pueblo brasileño se va a levantar para luchar por sus derechos. Buen 2009 y buenas luchas para todos nosotros!

 

Coordinación Nacional del MST