Igor Ojeda
Los “sin-tierra” organizan protestas y ocupaciones para exigir al gobierno
agilidad en la reforma agraria y cambios en la política económica. No se sabe aún si el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, reelegido el día 29 de octubre, cumplirá las promesas de campaña en su segundo mandato como las de no reducir los derechos de los jubilados y la de priorizar a los pobres. Lo cierto es que el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra
(MST) ya comenzó a cumplir las suyas. Luego de haber manifestado su apoyo
a Lula en la segunda vuelta, frente a la amenaza que representaba la
candidatura de Geraldo Alckmin, del PSDB, el movimiento incrementó la
presión por la reforma agraria.
En la última semana, el MST inició una jornada de luchas que incluyeron
ocupaciones, marchas y protestas en todo el país. Junto a
reivindicaciones más generales, como la petición al gobierno federal de
que agilite la reforma agraria y cambie la política económica como medida
fundamental para efectivizarla, el Movimiento demanda: cumplimiento de las metas establecidas por el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) en el Estados; expropiación de las tierras cuyos propietarios están involucrados en
tráfico de drogas y grilagem o sean deudores del gobierno y realicen
experimentos con semillas transgénicas; escuelas itinerantes en los campamentos;
infraestructura, asistencia técnica y créditos para los asentamientos;
firma de las órdenes de posesión para las áreas ya compradas por el
Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA);y,
actualización de los índices de productividad.
Según la Ley del Rito Sumario, las acciones de posesión deben ser firmadas
en un plazo máximo de 48 horas después de su compra. Sin embargo, algunos
jueces tardan años para legalizar los predios expropiados. En cambio, los
índices de productividad utilizados hoy por el INCRA como parámetro para
las expropiaciones son de la década de 1970. Es decir, están 30 años
desfasados. A pesar de las reiteradas promesas, el gobierno todavía no ha
procedido a actualizarlos.
Movilizaciones
En Rio Grande do Sul, el MST realizó acciones en Arroio dos Ratos,
Eldorado do Sul, Santana do Livramento, San Gabriel y San Borja. El
movimiento reclama al INCRA del estado el cumplimiento de la meta de
asentamientos de 1070 familias en 2006. Hasta ahora, han sido asentadas
sólo 98. Además, reivindica la desapropiación de las haciendas Guerra,
Dragón y Southall, lo que viabilizaría el asentamiento de las 2 500
familias acampadas en el estado. Las tres haciendas juntas suman un área
de 23.500 hectáreas. Cada hectárea equivale más o menos a un campo de fútbol.
Según un comunicado de la coordinación provincial del MST de Rio Grande do
Sul, en la madrugada del día 14, la Brigada Militar, relacionada con el
gobierno del estado, volvió a practicar la tortura sicológica contra la
ocupación en San Borja. Las sirenas de los coches permanecieron
encendidas a un alto volumen, los policías insultaron a los sin-tierra y,
alrededor de las 2h30, dispararon una ráfaga por encima de las
barracas. Algo semejante ya había ocurrido en marzo, en Cocoteros del Sur.
En Paraná, la Vía Campesina de Brasil, entidad de la cual el MST forma
parte, volvió a ocupar la hacienda de la transnacional Syngenta Seeds, en
Santa Tereza do Oeste, el 13 de noviembre, el mismo día en que el gobierno
del estado confirmó la firma del decreto de desapropiación del área,
debido a que la Syngenta había realizado experimentos transgénicos ilegales.
En la capital, Curitiba, cerca de 600 sin-tierra se encuentran acampados
frente a la sede de la Superintendencia Regional del INCRA, reivindicando
la actualización de los índices de productividad, el cambio en la política
económica y la ampliación de las Escuelas Itinerantes en los
campamentos. El día 14, realizaron una marcha hacia el Tribunal de
Cuentas de la Unión (TCU), para que éste reanude el convenio de asistencia
técnica en los asentamientos. En este estado, hay cerca de 8 mil familias
acampadas, y han sido asentadas sólo 3 mil en los cuatro años del gobierno
de Lula. La meta era de 9 mil.
Violencia
En Isla Soltera, en el noroeste del Estado de São Paulo, cerca de 300
sin-tierra ocuparon una agencia del Banco de Brasil el día 14. Hay 1.500
familias acampadas en la región. En la región de Pontal de Paranapanema,
oeste del Estado, 170 familias ocuparon el día 10 dos haciendas (una en
Rosana y otra en Ranchería) ya adquiridas por el Instituto de Tierras de
São Paulo (ITESP) y por el INCRA, pero que todavía no habían sido
destinadas para asentamientos.
El día 12, los sin-tierra que habían ocupado la hacienda Oporto Maria, en
Rosana, fueron atacados por 20 malhechores al mando de Miro Conti,
grileiro del área. Incluso a mujeres, bebés y ancianos fueron agredidos.
En Aracaju, capital del Sergipe, integrantes del MST que estudian
agronomía en la Universidad Federal de Sergipe (UFS) ocuparon el día 13 la
sed local del INCRA, para exigir el fin de la retención de los recursos
necesarios para la continuación de los cursos destinados a los
sin-tierra. El día 14, el INCRA garantizó que liberaría el subsidio,
disponible desde el pasado año.
En el municipio de Sobradinho, en el Distrito Federal, cerca de 200
familias ocuparon la hacienda Salvia, que es grilada y que pertenece a la
Unión, exigiendo su expropiación
– Igor Ojeda es periodista del periódico Brasil de Fato.
