El real brasileño ha sido la primera víctima del escándalo de corrupción política que el presidente de Brasil, el legendario ex-sindicalista, Luis Inacio "Lula" da Silva, no consiguió disipar el viernes en una intervención en la que se dijo indignado y traicionado por sus correligionarios del Partido de los Trabajadores en la compra de votos para asegurar mayorías parlamentarias a sus proyectos legislativos. Paradójicamente, estos proyectos defienden que la estabilidad macroeconómica es indispensable para financiar los proyectos sociales de reducción de pobreza en este inmenso país con más de 180 millones de habitantes (44 de los cuales sufren malnutrición).

La evolución que siga en los próximos meses la décimocuarta potencia económica mundial será determinante para el crecimiento de América Latina y su mayor integración comercial, proyecto en el cual Brasil quiere desempeñar el liderazgo que México – décimosegunda potencia económica mundial y segunda al sur del Río Grande- difícilmente puede disputarle por motivos geográficos. Además, Brasil ya recibe tanta inversión extranjera como México, totalmente integrado en el proceso productivo de las grandes empresas norteamericanas.

De momento, el viernes, el real cayó un 1,2% ante el dólar, cotizando a 2,374 unidades por dólar, un días después de un retroceso mayor (2,8%, el mayor desde mayo del 2002, antes de la elección de Lula, cuando la volatilidad y las incógnitas eran grandes en torno a la economía brasileña). Al mismo tiempo y como suele ocurrir en estos casos, la cotización de los bonos del Tesoro brasileño cayó (con el consiguiente incremento de las rentabilidades). Así, la rentabilidad del bono a 25 años subió desde el 9,285% hasta el 9,319% y la del bono a 10 años desde el 8,27% hasta el 8,38%.

A corto plazo, la opinión que contará otra vez el lunes a partir de la reapertura de los mercados financieros y de divisas será la de los operadores que el viernes siguieron en directo la polémica intervención televisiva de Lula. Y ayer iniciaron un periodo de 48 horas de reflexión divididos a partes iguales entre los que consideran que Lula convenció sobre su capacidad de superar la crisis y mantener la acción de gobierno y los que, por el contrario, opinaban que no abrió perspectivas para recibir apoyos de la oposición ni para garantizar la gobernabilidad en plena crisis de confianza en los políticos tras los escándalos de corrupción. Así, para el responsable en divisas del banco Prosper en Sao Paulo, Jorge Knauer, "aunque Lula no estuvo brillante, al menos no dijo nada estúpido". En cambio, Francisco Carvalho, responsable en divisas del operador Liquidez, considera que el discurso de Lula no fue lo bastante lejos . "El mercado todavía seguirá de cerca el desarrollo de la
crisis. Aún queda un interrogante", apunta.

Por su parte, la bolsa acabó con un avance del 1,19% en el índice Bovespa que tiene aún más mérito considerando que caía un 3% antes del discurso del presidente brasileño que en mitad de su mandato, el año pasado, resultó victorioso – mediante los candidatos del Partido de los Trabajadores- en las elecciones municipales de este país cuya elevada tasa de urbanización (80%) brinda mucha importancia a estos comicios locales (Brasil tiene una quincena de ciudades con más de un millón de habitantes). De momento, el viernes el capital extranjero se mantuvo atento a la crisis pero sin voluntad de marcharse.