El falsogobierno de izquierda en Brasil, para lavar sus culpas, intentaincriminar solamente a los gobernantes derechistas (que lo apoyan deuna forma o otra, incluso en las alianzas partidarias) del Estado deGoiás (Marconi Perillo – que había afirmado que no ocurriría lamasacre) y de la ciudad de Goiana (Iris Rezende, un caudillo localacusado con corrupción y agresiones a opositores en las últimaselecciones).
Mientras tanto, es grave la condición de los trabajadores en Goiânia.
Los cuatro voluntarios del indymediaarrestados permanecen detenidos. Entre los detenidos están el miembrodel indymedia de New York (Brad Will) y un miembro del movimiento UniónPopular (Rafael Augusto). El material de fotografía y de filmaciónestán en las manos de la policía (gran parte de este equipo registró labestialidad de la policía brasileña tirando contra los civiles).
Todos están encarcelados por la policía federal (no es ni la policíaestadual ni la municipal la que los arrestó) en Goiania. Fuerzasdel ejército habrían sido movilizadas para el masacre. Los medioscorporativistas del Brasil, sin embargo, no registraron las imágenes,obtenidas por Indymedia en Brasil.
El objetivo del gobierno Lula es criminalizar las luchas sociales enBrasil. Acciones del ejército con poderes de policía (conferidos por elgobierno) habían sido anunciadas en otros Estados brasileños.
Relatos más actuales (totalmentedespreciados por la comisión de "Derechos Humanos" del gobiernofederal) exponen la muerte de más del 30 personas (entre las cuales,niños chiquitos), cuyos cuerpos fueron lanzados en los pozos(cisternas) construidos por los moradores de la ocupación.
Los nuevos relatos (transmitidos por grannúmero de moradores desplazados de la ocupación) aseguran que muchoscadáveres están por ser CARBONIZADOS por la policía, para ocultarlos delos ojos de los trabajadores del Brasil y de los que pudierensolidarizarse internacionalmente en el mundo, con las víctimas de laacción de la policía brasileña.
En oposición al que lo afirma la prensareaccionaria brasileña, varias casas fueron destruidas por la policíacuando la invasión misma del terreno ocupado.
Los medios declararon (en total acuerdocon la versión de la policía) que las casas serían destruidasposteriormente por los policiales, lo que es falso.
Las residencias que fueron demolidas portractores y golpes de los policiales, las chozas de madera fueronincendiadas (algunas con personas en su interior).
También refutan las mentiras de la prensa(qué declaró que la policía evacuó la área vecina a la ocupación) elecho de que las residencias vecinas a la ocupación fueron invadidas porpolicías extremamente agresivos, que atacaron a los moradores,golpeándolos (hay incluso relatos de hombres agredidos delante de susfamilias) y disparando con armas de fuego para el interior de lasresidencias.
Varios habitantes del barrio (El ParqueIndustrial Oeste, en la ciudad de Goiânia), fueron afectados porproblemas respiratorios ocasionados a la nube de fumarada de las bombasde la policía que se expandió por todo lo barrio.
En São Paulo (San Pablo) y en algunasotras ciudades brasileñas se organizan manifestaciones para el sábado(19/02) en solidaridad con las víctimas de la represión.
El funeral de los desplazados asesinadospor la policía (los muertos que el Estado reconoce como tales -oficialmente) Pedro Nascimento Silva y de Wagner da Silva Moreira,ocurrió en el último 18/02. El funeral se convirtió en una protesta.
La policía infiltró tres agentes secretos(disfrazados) en la protesta para detener algunos de los líderes de laocupación que no fueron arrestados en lo masacre. Los agentes son de laP2, la policía política de la policía militar del Brasil. Los agentesfueron descubiertos por la población, que los atacó y casi los linchó.
La policía intervino con fuerzas deelite, violentamente armadas para defender sus agentes. Ellos tirabancontra el pueblo en las calles, y después invadieron la iglesia dondese hacían los funerales y disparó contra las personas. Los agenteshuyeron con seguridad, defendidos por los policías que cobardementetiraran contra el pueblo (y aún durante un funeral!).
