Hace un año, el 14.02.2020, se organizó una manifestación bajo el lema «Mi cuerpo no es tu porno», debido a los incidentes de violencia sexualizada en el festival Moni’s Rache.
Como sabemos, el sexismo, la violencia y el patriarcado no han sido eliminado ni disminuido desde entonces, ¡así que este año volvimos a salir a la calle!
A pesar de las bajas temperaturas, entre 1.500 y 2.000 personas participaron en la manifestación este 14.02.2021, que se desarrolló desde la Hermannplatz hasta la Lausitzer Platz. Además de varios discursos, entre otros de las compañeras de la red contra feminicidios, de la que también formamos parte, se bailó con música empoderadora feminista.
Dejamos aquí algunas fotos, así como el discurso que se ha leído por parte de Ni Una Menos Berlin en el evento.
«Nosotras, de Ni Una Menos Berlín, estamos hoy aquí en solidaridad con las muchas personas que eran filmadas sin su consentimiento y cuyas imágenes se difundieron en Internet. Entendemos la violencia sexualizada digital como una continuación de las estructuras patriarcales en el espacio «analógico». El uso, el abuso y la violación de nuestros cuerpos no son, por desgracia, nada nuevo. El hecho de que estos vídeos se distribuyan en internet, en páginas porno, sin el consentimiento de las personas implicadas, y que un hombre gane dinero con ellos, es uno de los muchos mecanismos con los que el patriarcado nos violenta sistemáticamente. La distribución desigual del poder y los recursos a favor de los hombres favorece la violencia sexual porque hace que las FLINTA (mujeres, lesbianas, inter, no binarias, trans, queer y asexuales) estén dotadas de menos agencia material e ideológica. El racismo, el rechazo y la hostilidad contra las personas queer sirven como mecanismos adicionales de opresión. A través de la opresión y la explotación de las personas FLINTA, el patriarcado capitalista con todos sus medios sexistas (trabajo de cuidados no remunerado, división del trabajo en función del género, dependencias económicas, explotación sexual) puede continuar. Esto sólo puede disolverse superando también los antagonismos de clase. La lucha feminista es una lucha de clases.
El hecho de que nos encontremos con tales estructuras de violencia incluso en espacios de izquierda, como fue el caso de Moni’s Rache, es algo que debemos tomar como una oportunidad para examinar y repensar nuestros espacios también. No fue un caso aislado. Porque es un sistema estructural de alianzas que intenta negarnos la autonomía de nuestros cuerpos.
En el pasado, la situación jurídica existente sólo permitía una protección limitada de lxs afectadxs. Exigimos que las estructuras y las leyes se adapten a la situación actual. Esto incluye que la policía debe registrar TODAS las denuncias de violencia de género, especialmente la digital, y clasificarlas como tales. A menudo, no sólo es inaceptable presentar una queja, sino que se desaconseja activamente. Quienes intentan denunciar la violencia patriarcal, especialmente la digital, se encuentran con demasiada frecuencia con una falta de sensibilidad por parte de las fuerzas del orden y no se les toma en serio, especialmente si se trata de una persona migrante que intenta defenderse.- Por lo tanto, pedimos capacitaciones con perspectiva de género sobre violencia sexual y digital para todas las instituciones responsables de investigar, sancionar y reparar los delitos violentos contra las mujeres y los cuerpos feminizados. En particular, para la policía y el poder judicial.- Pedimos que se ponga fin a la complicidad del Estado en la reproducción de la violencia de género, revictimizando y perpetuando la impunidad de la violencia.
Creemos que el cambio debe ser estructural e interseccional, internacional y local al mismo tiempo. Nos gustaría recordar que las manifestaciones deben ser una de las muchas acciones, ni la primera ni la última. Queremos animar a seguir organizándose, a desarrollar más estrategias, a organizar nuevas reuniones para volver a las calles con reivindicaciones precisas.
Estamos aquí junto a compañeras de diferentes colectivos feministas, entre otros con la Red contra feminicidios de la que también formamos parte, para llevar este problema a la opinión pública, para denunciarlo públicamente, para apoyarnos, para darnos voz, para contribuir a que la violencia de género se perciba como un problema de toda la sociedad.
Para nosotras, esta manifestación es un renacimiento del espacio público como espacio compartido de encuentro, de denuncia, de cuidado del otro, un espacio de lucha seguro para todos. Nos vengamos del patriarcado por las condiciones de opresión que impregnan todas las esferas de nuestra vida. Si tocan a una, respondemos todas.»
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«Wir von Ni Una menos Berlin sind heute hier aus Solidarität mit den vielen Personen, die ohne ihre Zustimmung gefilmt und deren Bilder im Internet verbreitet wurden. Wir verstehen digitale sexualisierte Gewalt als Fortführung patriarchaler Strukturen im «analogen» Raum. Der Gebrauch, Missbrauch und die Verletzung unserer Körper ist leider nichts Neues. Dass diese Videos ohne Zustimmung der beteiligten Personen im Internet, auf Porno-Seiten, verbreitet werden, und dass ein Mann mit ihnen Geld verdient, ist einer der vielen Mechanismen, mit denen das Patriarchat uns systematisch verletzt. Die Ungleichverteilung von Macht und Ressourcen zugunsten von Männern begünstigt sexuelle Gewalt, da aus ihr resultiert, dass FLINTA (Frauen, Lesben, Inter, Nicht-binäre, Trans, Queere und Asexuelle Personen) mit weniger materiellen und ideellen Handlungsmöglichkeiten ausgestattet sind. Rassismus, Ableismus und Anfeindungen gegen Queers dienen dabei als zusätzliche Mechanismen der Oppression. Durch die Unterdrückung und Ausbeutung von FLINTA Personen kann das kapitalistische Patriarchat mit all seinen sexistischen Mitteln (unbezahlte Care-Arbeit, geschlechtliche Arbeitsteilung, ökonomische Abhängigkeiten, sexuelle Ausbeutung) weiter bestehen. Dies kann nur aufgelöst werden, indem wir auch Klassengegensätze überwinden. Feministischer Kampf heißt Klassenkampf.
Die Tatsache, dass wir solchen Gewaltstrukturen auch in linken Räumen begegnen, wie es auf Monis Rache der Fall war, müssen wir als Anlass nehmen, um auch unsere Räume zu überprüfen und neu zu denken. Es war kein Einzelfall. Denn es handelt sich um ein strukturelles System von Allianzen, die versuchen, uns die Autonomie unserer Körper abzusprechen.
Die bestehende Gesetzeslage führte in der Vergangenheit nur bedingt zu einem ausreichenden Schutz der Betroffenen. Wir fordern die Anpassung der Strukturen und Gesetze an die aktuelle Lage. Dazu gehört, dass die Polizei ALLE Beschwerden über geschlechtsbezogene Gewalt, insbesondere digitale, aufnehmen muss und sie als solche klassifiziert. Oft wird nicht nur nicht akzeptiert, dass Anzeige erstattet wird, sondern auch aktiv davon abgehalten. Wer sich gegen patriarchale, insbesondere digitale Gewalt zu wehren versucht, stößt bei den Strafverfolgungsbehörden allzu oft auf fehlende Sensibilität und wird nicht ernstgenommen, inbesondere, wenn es eine migrantisierte Person oder eine Person of Colour ist, die versucht, sich zu wehren.- Deshalb fordern wir Schulungen mit Gender-Perspektive zum Thema sexuelle & digitale Gewalt für alle Institutionen, die für die Untersuchung, Sanktionierung und Wiedergutmachung von Gewaltverbrechen gegen Frauen und feminisierte Körper zuständig sind. Insbesondere für Polizei und Justiz.- Wir fordern ein Ende der Komplizenschaft des Staates bei der Reproduktion von geschlechtsspezifischer Gewalt, der erneuten Viktimisierung und Aufrechterhaltung der Straflosigkeit für diese Gewalt.
Wir sind davon überzeugt, dass Veränderungen strukturell und intersektional sein müssen, international und gleichzeitig lokal. Wir möchten daran erinnern, dass Demonstrationen eine von vielen Maßnahmen sein müssen, weder die erste noch die letzte. Wir möchten dazu ermutigen, uns weiter zu organisieren, weitere Strategien zu entwickeln, neue Treffen zu veranlassen, um mit präzisen Forderungen auf die Straße zurückzukehren.
Wir sind hier zusammen mit Genossinnen aus verschiedenen feministischen Gruppen, unter anderem mit dem Netzwerk gegen Feminizide von dem wir auch Teil sind, um dieses Problem in die Öffentlichkeit zu tragen, um es öffentlich anzuprangern, um uns gegenseitig zu unterstützen, um uns eine Stimme zu geben, um dazu beizutragen, dass geschlechtsspezifische Gewalt als ein gesamtgesellschaftliches Problem aller wahrgenommen wird.
Für uns ist diese Demo eine Wiederbelebung des öffentlichen Raums als gemeinsamer Raum der Begegnung, der Anklage, der gegenseitigen Fürsorge, ein Raum des Kampfes, der für alle sicher ist. Wir rächen uns am Patriarchat für die unterdrückerischen Zustände, die alle Sphären unseres Lebens durchziehen. Si tocan a una respondemos todas.»