¿Condenamos ya a Rodrigo Lanza y prohibimos ‘Ciutat Morta’ o esperamos al juicio y tal?
“Asesinan a golpes a un legionario por lucir la bandera de España” (Periodista Digital), “Fallece tras recibir una paliza por llevar tirantes con la bandera de España” (El Mundo), “Fallece el hombre que fue atacado por llevar unos tirantes con la bandera de España” (El Heraldo de Aragón). Estos son algunos de los titulares que relataron la muerte a golpes de Víctor Laínez, un hombre de 55 años que, según La Falange, había sido miembro de su partido, tras un incidente que tuvo lugar en la madrugada del 8 de diciembre en Zaragoza.
Las noticias obviaron desde el primer momento la presunción de inocencia. Recogieron exclusivamente las declaraciones de los amigos de Laínez, sin contrastar información y dejaron los principios de la práctica periodística por los suelos[1]. Y es que la noticia era demasiado jugosa como para ponerla en tela de juicio. La verdad podría estropear un magnífico titular. En plena crisis catalana – y de ebullición del patriotismo español como respuesta – contar que un hombre había sido asesinado exclusivamente por portar un símbolo nacional era la forma perfecta de mostrar adónde nos estaba conduciendo la deriva antiespañolista capitaneada por Puigdemont desde Bruselas y Junqueras desde Estremera.
La reacción social fue tremenda, con miles de personas despidiéndose de Laínez por redes sociales con imágenes de tirantes con la bandera de España en homenaje y cuentas fascistas como la del Hogar Social Madrid tratándole como un héroe.
Unos días después los medios se enteraron de quién era el principal sospechoso de la muerte de Laínez y la explosión de la noticia pasó de ser una granada de mano a una bomba nuclear. Se trataba, nada menos, que de Rodrigo Lanza, un anarquista chileno que había sido condenado en 2008 a 5 años de prisión por supuestamente dejar tetrapléjico a un Guardia Urbano de Barcelona durante el desalojo de una okupa en el famoso caso del 4-F. Es también uno de los protagonistas del popular documental Ciutat Morta[2], que expuso todas las irregularidades del caso, lo aleatorias que fueron las condenas y las torturas que sufrieron las detenidas que no fueron investigadas por ninguna autoridad judicial.
Era el cóctel perfecto. Un señor muerto por mostrar su orgullo por ser español y el asesino era un antisistema violento que osó mostrar las miserias de la Justicia en un documental de gran repercusión. De un plumazo se le condenó mediáticamente, el españolismo salió reforzado y Ciutat Morta quedó desacreditada hasta el punto de que el Pleno de Barcelona votó a favor de mostrar su rechazo a la cinta.
En esta línea, en un vergonzoso artículo publicado en El Mundo, se entrevistó a Bakari Samyang y Víctor Bayona, dos agentes de la Guardia Urbana cuyos testimonios fueron clave en el juicio a las acusadas del 4-F y que, posteriormente, fueron condenados en firme a dos años de prisión por el Tribunal Supremo en otro caso de torturas contra el joven Yuri Jardine. En la entrevista/lavado de cara, ambos manifiestan ser víctimas de la rabia de Lanza, de sus abogados y de “todo el frente okupa de Barcelona”, que buscaba “vengarse de ellos”, dejándoles desempleados y sin ingresos. Es increíble la habilidad del periodista para decir en un mismo artículo que Ciutat Morta es una aberración porque hay que respetar las resoluciones judiciales, pero a la vez cuestionar la sentencia que condenó a Samyang y Bayona y atribuirla a un montaje okupa. “Nosotros también somos víctimas de Rodrigo Lanza”, rezaba un titular de un artículo de La Vanguardia que seguía la misma línea.
Y no sólo el documental, sino que la noticia se ha utilizado como ariete contra toda clase de personas: a las antifascistas, al Centro Social Okupado (CSO) Kike Mur por ser un espacio comúnmente visitado por Rodri Lanza, al alcalde de Zaragoza por no haberles desalojado, a las impulsoras del Procès por difundir el odio a España, a Pablo Iglesias por haberse reunido con Patricia Heras (otra de las protagonistas del filme, que se suicidó tras su paso por la cárcel[3]), a Ada Colau por haberse reunido con Mariana Huidobro (la madre de Rodri)[4] y un largo etcétera. “Creemos que en esta situación, como en mucha otras, se han utilizado unos hechos concretos como herramienta para intereses políticos”, explicó un comunicado publicado por la Kike Mur[5].
En otro comunicado[6] publicado por CGT Aragón a raíz de la detención de Rodri, se denuncia que “los medios de comunicación han criminalizado a todo el movimientos social alternativo de la ciudad, en especial al movimiento antifascista y al movimiento okupa, señalando lugares y espacios concretos como el CSO Kike Mur y distintos locales de la Madalena. Con esta actitud irresponsable de los medios de comunicación se ha puesto en el punto de mira de grupos neonazis violentos a determinados espacios, como se ha podido comprobar este mismo sábado; donde una veintena de neonazis se han concentrado, sin los permisos pertinentes, ante el CSO Kike Mur. Por suerte no ha habido incidentes y los neonazis han tenido que abandonar el barrio escoltados por la policía ante los gritos y abucheos de los y las vecinas de Torrero”.
Rodri se había mudado a Zaragoza hace unos años para escapar del acoso de la Guardia Urbana, pero el acoso le ha seguido hasta la capital aragonesa. Tres días después de su detención, declaró ante la jueza y expuso su versión de los hechos. Pero para entonces ya daba igual lo que contara. Los medios le habían juzgado y condenado durante todo el tiempo que había pasado privado de libertad. Su relato apenas ha tenido eco mediático y no ocupó la portada de ningún diario, a excepción de medios alternativos como El Salto o Arainfo, que informaron de que Rodrigo manifestó que había sido amenazado por Laínez, que le esgrimió una navaja y, en consecuencia, se defendió con el sillín de una bici[7].
Lo que sí apareció en la prensa generalista fueron varias fotos de Rodri. Bien grandes y nítidas, en un claro contraste con los rostros difuminados (para proteger su intimidad) de los cinco acusados de violación sanferminera de La Manada o de los tres jugadores de la Arandina C.F. detenidos por violar a una menor. “Se ha vulnerado desde el principio la intimidad de nuestro compañero, poniendo en riesgo todos sus círculos sociales: su familia, sus amigas, las vecinas del barrio de torrero, sus compañeras de trabajo, y en definitiva, todas las personas que comparten o han compartido su vida”, dice el comunicado publicado por el CSO Kike Mur.
La titular del Juzgado de Instrucción nº 6 de Zaragoza, que de momento se encuentra investigando – con las actuaciones bajo secreto – los hechos como constitutivos de un presunto delito de asesinato (con penas de 15 a 20 años) y no de homicidio (de 10 a 15), ordenó la prisión provisional sin fianza de Rodrigo. “Queremos manifestar que consideramos la prisión preventiva un castigo ilegítimo por el que ya tuvo que pasar Rodrigo Lanza. También queremos recordar que el régimen de aislamiento en el que se encuentra actualmente es considerado una forma de tortura por varios organismos internacionales”, explicó Metromunster (la productora de Ciutat Morta), en un comunicado[8].
Unas frases que hemos visto en redes sociales (atribuidas a un tal Darío) resumen perfectamente la sensación de frustración que genera este nuevo caso: “Sales una noche de fiesta, te dan una paliza, te detienen, te torturan, te condenan a años de cárcel por un delito que no has cometido, una de tus compañeras acusadas se suicida por ello, sales a la calle con una deuda que jamás podrás pagar, sufres acoso policial constante, amenazas, te vas de la ciudad, logras un cierto reconocimiento social de la injusticia que se ha cometido contigo a través de un documental que muestra el montaje que sufriste. Pero ahí sigue la deuda, los antecedentes, tu nombre en Google, las entrevistas de trabajo de las que no te llaman, las amenazas, el acoso…
No sé qué ha pasado, no sé si la prensa vuelve a apuntalar un montaje policial o si la rabia se ha desbordado. Solo sé que otra vez la prensa unánime condena sin juicio. Solo sé que miles de cuñados vuelven a pedir mano dura, solo sé que las cárceles nunca serán la solución y crean más problemas. Y que estoy triste y asustado. Que he aprendido a sentir empatía por un desconocido que vuelve a estar en la picota y que no puedo quitarme de la cabeza a los suyos”.
Pocos días después de la detención de Rodrigo Lanza, el foro fascista de Patriotas.es difundió el nombre, dirección profesional y teléfono de Ana Sebastián, su abogada defensora. En respuesta, la Asociación Libre de Abogadas y Abogados de Zaragoza (ALAZ) difundió un comunicado en el que “condena el ataque, mediante las coacciones y publicaciones en tono amenazante, que está recibiendo a través de las redes sociales” la compañera como consecuencia de la defensa asumida.
______________________
[1] Comunicado de Madres Contra la Represión condenando el tratamiento mediático recibido por Rodrigo Lanza: www.alasbarricadas.org/noticias/node/39367
[2] Véase www.todoporhacer.org/documental-ciutat-morta
[3] Véase www.todoporhacer.org/patricia-presa-del-4f-se-suicida-despues-de-6-meses-de-prision-por-un-montaje-juridico-policial
[4] Comunicado de la madre de Rodrigo Lanza: www.alasbarricadas.org/noticias/node/39382
[5] Véase www.alasbarricadas.org/noticias/node/39395
[6] Véase www.cgtaragon.org/cgt-ante-la-criminalizacion
[7] Véase www.alasbarricadas.org/noticias/node/39366
[8] Véase www.metromuster.cat/2017/12/un-altre-cop-rodrigo-lanza-casualitat