Perspectivas Anarquistas y Libertarias sobre las Geografías de la Paz

Anarquistas y otros libertarios; geógrafos pero también no-geógrafos. La Paz. 2017.

GEOGRAFÍAS PARA LA PAZ

23- 25 April/abril 2017
La Paz, Bolivia

Desde la publicación en 1833 de El revolucionario pacifico, un periódico semanal editado por Josiah Warren y el primer periódico anarquista jamás producido, el pensamiento libertario ha abrazado la idea de la no-violencia. En esta sesión queremos dar la bienvenida a la oportunidad para que los participantes piensen a través de cómo el concepto de “paz” ha sido insuficientemente discutido y sin embargo, como este concepto necesariamente subyace a las prácticas y los debates anarquistas y libertarios. Temas potenciales incluyen por ejemplo: la promesa del nuevo internacionalismo (o de los nuevos internacionalismos) y de la(s) federación(s) libre(s); las potencialidades y los límites del activismo transnacional en términos de superación de la injusticia en todo el mundo; la pluralidad de las tradiciones y la multiplicidad de las contribuciones libertarias para el análisis de los conflictos sociales; la permanencia de ciertos prejuicios, como el estigma y la caricatura de los anarquistas como “gente intrínsecamente adoradora de la violencia”; las potencialidades y los límites de la no-violencia como estrategia política; las posibilidades de lucha constructiva por la libertad y la justicia en el contexto de la “violencia estructural” del capitalismo; y la prefiguración de alternativas pacíficas para la vigilancia y el castigo.

En el marco de las sociedades capitalistas heterónomas − y en particular para los países (semi)periféricos −, la “paz” no puede ser plenamente efectiva. Una perspectiva libertaria exige que el capitalismo sea visto como una forma de violencia estructural, lo que limita el espacio, el tiempo y la coherencia de la paz. En virtud de los sistemas integrales del capitalismo y el estatismo, la llamada “paz” solo puede lograrse a través de la opresión y la represión, que son periódicamente (e inevitablemente) cuestionadas por la eventual erupción de formas de protesta y resistencia. El logro de este tipo de “paz” es, en consecuencia, mera ilusión, mientras que la protesta y la resistencia, a menudo difamadas como “violencia”, en lugar pueden entenderse como respuestas a las patologías sociales generalizados del capitalismo y del Estado y a las formas de violencia que engendran.

La paz posee un valor intrínseco para los anarquistas y libertarios en general, tanto ética y estéticamente. Un compromiso con una paz significativa y duradera es necesariamente el verdadero antípoda del fascismo, una ideología arraigada en la noción de «gloria» militar y en el culto de la fuerza bruta. El liberalismo burgués y su formal y superficial “estado de derecho” no es suficiente para impugnar estos impulsos catastróficos, mientras que las corrientes anarquistas y libertarias en general proporcionan una respuesta en forma de rechazo de la soberanía estatal y la misma noción de un “monopolio de la violencia”. Y así, en la cara profunda de la violencia, nosotros desde la izquierda libertaria preguntamos: ¿en qué circunstancias se puede lograr la paz de una manera efectiva y duradera? ¿Cómo pueden las geografías anarquistas ayudarnos a entender la lógica de la lucha social y las posibilidades de paz en varias escalas? ¿En qué medida han contribuido las tradiciones libertarias para el nuestro entendimiento de estos desafíos, y cómo pueden el anarquismo y las perspectivas libertarias en general contribuir a un futuro de paz?

Por favor enviar los resúmenes a los dos defensores antes de 3 de diciembre de 2015.

Marcelo Lopes de Souza (Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil) mlopesdesouza@terra.com.br

Simon Springer (Universidad de Victoria, Canadá) springer@uvic.ca

*Apologies for cross-posting / Disculpas por la publicación cruzada

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