DÃa 22 de septiembre… dÃa internacional de lucha contra la fractura hidráulica. Pero ¿qué es eso de la fractura hidráulica? ¿de veras es tan importante como para que le dediquen un dÃa internacional? ¡Pero si ni ha salido en los telediarios!
IronÃas aparte, la fractura hidráulica es un proceso de extracción de gas natural que se ha extendido por muchos paÃses. La carestÃa de recursos energéticos (que viene de la mano del sobreconsumo de los mismos), los intereses de las empresas que explotan los yacimientos de hidrocarburos, la mayor resistencia al expolio que muestran los paÃses que tienen la dudosa suerte de vivir sobre hidrocarburos (o de interponerse entre el yacimiento y los consumidores, como le pasa a Afganistán) y el mayor precio de los mismos (en parte por su mayor consumo y en gran parte por la expeculación que se lleva a cabo sobre su precio)… todos esos factores han llevado a la locura humana a extremos insospechados.
La fractura hidráulica consiste en hacer un agujero en el suelo, muyyyy profundo… inyectar muuucha agua con productos quÃmicos cancerÃgenos, neurotóxicos (y un largo etcétera que hace del más irracional de los temores algo sensato y con mucho fundamento) para reventar el subsuelo (fracturarlo) y hacer que el gas que está encerrado en bolsas del subsuelo (asà como todos los metales pesados que están allà enterrados) emerja a la superficie de forma desordenada, extrayéndose el gas con bastante poco rendimiento. Si queréis más detalles, os recomiendo ver el documental Gasland (tierra de gas). Si no quieres ver el agua de tu grifo arder, infórmate e informa a los demás, ya hay proyectos en el Norte de nuestro paÃs para extraer gas de esa forma.
De todo el documental, quiero destacar una frase que aparece a la hora y veintidós minutos: “Perdimos más de lo que ganamos. El dinero no devolverá lo que destruyeron. La gente está harta, pero tienen miedo de hablar”. Y esto me hace plantearme ¿qué pensarán nuestros nietos de nuestra generación? ¿Nos verán como unos despiadados bárbaros que seguÃan quemando petróleo, gas y carbón a pesar de saber que se iba a acabar, que cuando escaseaba reventábamos el subsuelo, contaminábamos a nuestros iguales y los ecosistemas de los que dependÃamos con tal de sacar hasta la última gota, de ordeñar a nuestro planeta de forma tan bruta, oscura e ineficiente? ¿Nos verán como un pusilánime 99% que permitÃa que el 1% realizase todo ese saqueo? ¿Nos verán como aquellas personas que supieron ver más allá de su rutina, levantarse y tomar el rumbo de su historia, permitiendo que las generaciones venideras pudieran seguir decidiendo sobre su presente en vez de dedicarse a pagar la deuda ecológica que nosotras provocamos?
El futuro está en nuestras manos. Actúa.