Quizás sea un tema recurrente, pero su relevancia no es baladÃ. Es por ello que, tras trascender el tÃpico debate pro vs. anti transgénicos haciendo ver que no sólo no son necesarios sino que, principalmente por razones polÃticas y económicas, son desastrosos, volvemos ahora al debate tradicional para poder re-enfocar, con esta nueva perspectiva, los argumentos de siempre.
Primero empezaré con los pro-transgénicos. En este vÃdeo, queda patente el recorrido argumental que los pro-transgénicos suelen efectuar, con un discurso que se acerca mucho más a la polÃtica con lenguaje cientÃfico que a la ciencia en sÃ. Primero suelen hacer preguntas técnicas sobre los transgénicos y la modificación genética a población sin formación técnica para, a continuación, ir explicando poco a poco las diferencias entre unas y otras. Con esto quieren lanzar un mensaje: “la gente no sabe realmente lo que son los transgénicos, piensan que son peor de lo que son y, por lo tanto, su opinión no merece ser tenida en cuenta”. Si, además, entrevistan a unos pocos especialistas pro-transgénicos sobre aspectos técnicos que distraen la atención del espectador sobre la verdadera problemática del hambre, entonces la idea va calando: “la modificación genética es algo natural o, al menos, tradicional desde el neolÃtico; por lo tanto, los transgénicos no pueden ser tan malos”. Para dar un matiz plural al vÃdeo, sacan a gente que opina de forma diferente, normalmente abordando temas sobre si son naturales o no, si son sanos o no o si están etiquetados correctamente. El toque de elegancia último consiste en decir dos cosas malas de Monsanto (sobre el agente naranja y la hormona que suministran a las vacas) para luego decir que Monsanto ha prometido no utilizar la tecnologÃa terminator (que da semillas estériles, sin embargo, utiliza hÃbridos con el mismo resultado) y asà uno piensa: “oh, realmente los transgénicos sà que pudieron ser un poco malos, pero ya no lo son”. AsÃ, al oir los argumentos ecologistas, uno se sentirá listo para rebatirlos. Y, quizás lo más patético del vÃdeo, es sacar opiniones de estudiantes de colegio que probablemente hayan tenido antes de la grabación una clase-debate guiada por el profesor con ideas contrapuestas y muy generales sobre el tema (es decir, el mismo planteamiento que el vÃdeo). Obviamente, no tratan aspectos económicos ni polÃticos más complejos, quedándose en la dialéctica de la semántica (diferencias entre “transgénico” y “genéticamente modificado”) y de opiniones populares.
Y, por fin, volvemos a retomar un enfoque anti-transgénico con el vÃdeo “el mundo según Monsanto“. Este documental sà que contiene datos cientÃficos, aunque, como es comprensible, no aborda todas las vertientes de la problemática, como el acceso a la tierra, la diversidad en los cultivos, la especulación con alimentos, la presión de los distribuidores a los productores, el comercio de larga distancia, la especulación con hidrocarburos, el precio de los alimentos… Aún asÃ, merece la pena verlo para tener una idea más aproximada del tema, por supuesto, tratada con mayor profundidad y seriedad.
El pensamiento decrecentista responderÃa más al siguiente planteamiento: “para qué perder tiempo y energÃas en debates estériles cuando sé cuál es el problema y cuál es la solución, dediquemos el tiempo a disfrutar mientras solucionamos los problemas en comunidad y con alegrÃa”.
Yo no tengo suficiente información sobre transgénicos. Pero si te diré que este programa por un lado me ha gustado y por otro tampoco creo que pretenda vendernos que los transgénicos sean buenos.
En cuanto a lo de sacar “opiniones de estudiantes de colegio” es parte de la estructura del programa, lo preguntaron tanto ahora como cuando hicieron el reportaje sobre si el “hombre llego a la luna”, por ejemplo. Asà que no me parece nada patético.
El objetivo del programa es que aprendamos a ser crÃticos tanto con los pro-transgénicos como con los anti-transgénicos.
El debate sólo es esteril para quién ya tiene las respuestas de antemano y no está dispuesto a cambiarlas.
El programa en cuestión está dedicado a divulgar el “escepticismo cientÃfico”, una especie de doctrina internacional cientista, nacida en EEUU, que queriendo pasar por ciencia o cientÃfica, se dedica a mezclar temas tan tribiales como la no existencia de ovnis o fantasmas (que son algunos de los otros capÃtulos de esta serie), con temas importantes, como es este de los transgénicos y otros similares, tratando de ponerlos todos al mismo nivel y confundiendo asà a la gente sobre lo que es un debate cientÃfico con consecuencias con otros temas que no lo son. Aquà tienes a dos asociaciónes que se dedican a eso: “ARP” (Alternativa Racional a las Pseudociencias) y “CÃrculo Escéptico”. No sé si te suena la colección de “¡Vaya timo!”. Es de la ARP y allà puedes encontrar todo tipo de tonterÃas manipuladas mezcladas con tecnicismos cientÃficos y datos cientÃficos. Son fáciles de identificar, porque inducen confusión al verlos. Es más polÃtica que ciencia.
El debate es estéril en tanto y cuánto las preguntas que se plantean son tendenciosas y no pretenden ir al grano. Es decir, cuando se pasan medio programa debatiendo las diferencias entre transgénesis, modificación genética, evolución dirigida… y a recoger opiniones diversas, es que no quieren ir al meollo de la cuestión: las repercusiones socioeconómicas del uso de transgénicos en la agricultura. Ahà está lo gordo, que está causando tanto sufrimiento en tantos y tantos paÃses.
Bueno, sigo a la ARP, al CÃrculo Escéptico y a otros colaboradores de la colección ¡Vaya timo! Me parece curioso que les acuses de usar los mismos mecanismos que ellos critican, “tonterÃas manipuladas mezcladas con tecnicismos cientÃficos”.
Yo lo que sé es que todos los datos cientÃficos que usan son comprobables porque citan las fuentes. Y ya sólo por eso requieren más atención. La tarea de comprobar esas fuentes y decidir si son buenas o malas recae, me temo, en el telespectador. Lo importante es que te dan esa posibilidad.
En mi grupo de consumo escucho muchas tonterÃas manipuladas mezcladas con tecnicismos cientÃficos y no por ello pienso que todo lo que hacemos es tendencioso, aunque sà tiene mucho de polÃtica.
Creo que es más constructivo si nos limitamos a contrargumentar más que a desprestigiar. Eso es una estrategÃa más bien de organizaciones dogmáticas como el neoliberalismo o las religiones.
En fin, yo prefiero fiarme más de alguien da opción a la duda que de alguien que las afirma tajantemente.
Bueno, no sé si consigo explicarme. La próxima vez que vengas a la karakola a por leche lo discutimos con una cerveza. 😉
La manipulación se puede hacer con datos verdaderos, si son puestos en orden oportuno para insinuar conclusiones que no dicen. Es un trabajo concienzudo y premeditado, pero sigue siendo manipulación, por muy verificables que sean los datos.
Me explico. Si dicen que el ser humano ha modificado genéticamente las plantas desde el neolÃtico (es verdadero, incluso desde antes) e incluso podrÃan decir que nosostros somos transgénicos, pues gran parte de nuestro genoma proviene de virus que se han insertado en nuestro genoma… no estarÃan mintiendo. Pero estarÃan lanzando un mensaje bien claro: “los transgénicos no tienen nada de malo, pues todas las crÃticas que se realizan de que no son naturales son obviamente falsas”. Estos “cientÃficos” obvian todas las repercusiones socioeconómicas de la implantación de los transgénicos, al igual que todas las cosas que, aunque no sean transgénicos, suelen ir parejas a los mismos: hÃbridos, agricultura petrodependiente, patentes…
Por el otro lado, también es “criticable” el planteamiento simplista de la crÃtica. Pero también es comprensible que no todo el mundo conozca los pormenores de la producción y distribución de alimentos que se da en el capitalismo. EstarÃa bien explicar a la gente que el hambre no es problema de no producir suficiente, sino que es un problema meramente polÃtico, y que los grupos de consumo son una herramienta polÃtica potente para luchar contra ese sistema injusto.
TodavÃa queda mucho por hablar… jeje.
De acuerdo.
No niego que el documental sea partidista o subjetivo. Pero el presentar unos argumentos de una manera o de otra es elección del que argumenta. No veo manipulación en ello. Cualquiera puede ser acusado de manipulación entonces. Tú mismo en cualquiera de tus artÃculos.
Sin dejar de estar de acuerdo en que el problema del hambre, el problema de los transgénicos y el de la agricultura moderna es el sistema ecónomico, creo que mucha gente está en contra de los transgénicos, precisamente porque piensan que no son naturales. No me parece descabellado contrargumentar diciendo que la mayorÃa de los alimentos no lo son.
En cualquier caso, creo que es un buen ejercicio escuchar voces contrarias y abrir un poco más la mente.
Hace unas semanas los de ARP organizaron una charla-debate sobre la Agricultura Ecológica, habrÃa sido interesante ir.
Más que nada porque son abiertas y cualquiera puede participar en el debate.
Si te animas, la próxima vez que haya algo asÃ, te aviso.
El documental es partidista, sÃ, y lo peor de todo es que tiene aspiraciones de ser neutral, presentando unas y otras opiniones. Ser partidista fingiendo ser objetivo es manipular. Yo escribo en un blog de divulgación de ideas de decrecimiento, por lo tanto, es de esperar que uno exponga ideas decrecentistas. Eso no es manipular.
Has dado en el clavo. El principal problema del hambre es el sistema económico.
Y si mucha gente está en contra de los transgénicos simplemente porque piensan que son antinaturales, no ganamos nada haciéndoles ver que eso de “natural” es filosóficamente discutible. Sin embargo, veo mucho más útil hacerles ver los verdaderos problemas que ya citamos anteriormente y que suelen ir ligados a la agricultura moderna.
Ya oà al señor Millet en la radio hablar sobre agricultura ecológica. Critica la moda “eco-guay” y con razón. Pero insisto en que es un debate estéril de antemano. Cuando hagan una charla sobre AgroecologÃa, entonces será interesante para mÃ. Gracias de todas formas.