Traigo a colación una noticia antigua titulada Evo gana al FMI con un tÃtulo provocador donde los haya. Cuando uno se aproxima al concepto de decrecimiento puede extraviarse nada más empezar, pensando que defendemos un sistema económico basado en el decrecimiento del PIB (lo cual darÃa un decrecimiento logarÃtmico, es decir, cada vez decrecerÃamos menos). Este tÃtulo viene a desmentir esta idea.
El crecimiento económico más neoliberal, que propone e impone el Fondo Monetario Internacional (véanse los reajustes estructurales que “imponen los mercados”), se ha caracterizado por incrementar las desigualdades sociales, la concentración de recursos en manos de unos pocos y la degradación medioambiental más despiadada.
Por otro lado, Evo Morales, presidente del MAS, una formación polÃtica minoritaria, querÃa legalizar el cultivo de coca. Algún representante de la administración Bush presionó públicamente a los bolivianos para que no votaran al MAS. Respuesta boliviana: el MAS pasó a ser la segunda formación más votada. En las siguientes elecciones… ganó. Durante su presidencia desvió la polÃtica económica del paÃs de las directrices dictadas por el FMI, a pesar de las presiones que recibió. Nacionalizó muchos de los recursos naturales, impidiendo que las multinacionales expoliaran el paÃs dejándolo en la miseria… invitió en mejorar la sanidad, la educación, los salarios… y “a pesar de eso” su PIB creció al 3,2%. El FMI tuvo que quitarse el sombrero y reconocer que otro crecimiento es posible.
Hasta ahà todo claro. Ahora bien, ¿se encuentra este modelo dentro de las ideas del decrecimiento? La respuesta no es ni blanco ni negro: digamos que es gris oscuro. Por un lado, el decrecimiento no se opone al crecimiento económico. De hecho, muchos paÃses tendrÃan que crecer para mejorar su calidad de vida, pero no crecer de cualquier manera… Además, este crecimiento se podrÃa calificar como un crecimiento económico bastante “social”. Por otro lado, la explotación de combustibles fósiles y el importante apoyo exterior no hacen sino acercar a Bolivia al abismo de la dependencia (del exterior) y del colapso (cuando sus yacimientos de hidrocarburos se agoten).
Asà que, siendo consciente de las limitaciones propias de nuestro tiempo, hemos de romper una lanza a favor del señor Evo, principalmente por haber hecho al FMI inclinar la rodilla y darse un baño de humildad. Sin embargo, no todo está hecho. La pregunta es ¿podrá mantenerse la economÃa boliviana sin crecer y garantizar a la vez el bienestar de sus habitantes y ecosistemas? Es ahà donde reside la verdadera prueba.
No consiste en basarse en un crecimiento mejor, sino en no basarse en el crecimiento…