¿Eres adicto a las compras? Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), la Universidad del PaÃs Vasco y la Universitat de València han constatado que el 16’7% de los consumidores son adictos a las compras.
En el estudio que han realizado clasifican a los compradores en racionales (planificadores, reflexivos, 44’03%), sobrecompradores (su cesta de la compra es bastante mayor que su lista de la compra, 39’20%) y, cómo no, adictos a las compras, que tratan de mantener estados mentales “positivos” mediante la adquisición de nuevos productos.
Lo más interesante del estudio son las predicciones, a tres años, que realizan mediante un modelo matemático que es aplicable a la población española en su conjunto. Para realizar estas predicciones imaginaron varios escenarios económicos posibles, que iban desde un crecimiento trepidante hasta un estancamiento. Dos conclusiones deberÃan anunciarse a bombo y platillo. Sin embargo, la noticia está patéticamente calcada de unos medios de comunicación a otros y todos ahogan las conclusiones con cifras y detalles del modelo matemático, por lo que tendréis de sobre con un enlace.
La primera conclusión es que a mayor crecimiento, más gente se vuelve adicta a las compras, repito: adicta. Es decir, que el adorado crecimiento económico nos deja, además de más contaminación, desigualdades sociales… la adicción a las compras.
La segunda conclusión es que en todos los escenarios imaginados por los investigadores predicen que cada vez habrá más compradores compulsivos. Es decir, que aunque tengamos cada vez menos poder adquisitivo, cada vez más gente buscará consuelo en el templo del consumo. Vamos, que la adicción a las compras es contagiosa.
Para luchar contra esta enfermedad os ofrecemos algunos interesantes consejos y reflexiones.
Pero el más importante quizás sea: no pongas parches a tus problemas, ¡soluciónalos! La felicidad no se compra.
Es increÃble ver la cara de felicidad que la gente pone al comprar, pero aún más increÃble es ver la cara de stress que llevan otros y otras en algo que, se supone, es felicidad de la güena.